Entrevista / carola ríos / presidenta de la cámara de industrias de cuenca
“En Cuenca sabemos cómo hacer industria”
Más de 40 años le tomó a Cuenca convertirse en la ciudad más industrializada del país, título curioso para un valle apartado de grandes puertos, aunque rico en artesanía y emprendedores.
Fue la Ley de Fomento Industrial promulgada en 1973 la que apuntaló esta zona para convertirla en lo que es hoy, la única urbe en la que los índices de ventas del sector manufacturero superan los del comercio con $ 4.900 millones y $ 3.174 millones, respectivamente, según datos del último Censo Económico y Poblacional del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC).
El Producto Interno Bruto (PIB) per cápita de los sectores predominantes como agroindustria, cerámica, muebles, línea blanca o neumáticos, llega a $ 9.692, cifra comparable al de Quito y mucho mayor al de Guayaquil.
Carola Ríos Michaud, presidenta ejecutiva de la Cámara de Industrias de Cuenca, habla de la historia y los retos que tiene Santa Ana de los Cuatro Ríos.
¿Aun con limitaciones geográficas cómo se convirtió Cuenca en la ciudad más industrializada del país?
Yo diría que pese a las condiciones adversas y los costos que implica, por ejemplo, no contar con un patio de contenedores y tener que pagar un contenedor vacío en Guayaquil para que se lleve productos de exportación, o al importar materias primas hacer lo mismo, el empresario cuencano aprendió a ser eficiente y competitivo.
Por otro lado Cuenca es una ciudad que nace de la artesanía. Estos artesanos se han ido convirtiendo en empresarios y esa mano de obra calificada sirvió para transformar las materias primas, que es una de sus fortalezas. Hay que considerar que es el sector que genera mayor bienestar y estabilidad en el tiempo, pues es de largo plazo y por sus requerimientos de calificación, también el mejor remunerado.
¿Cómo le ha ido a Cuenca con el cambio de matriz productiva?
Ese tema va a encontrar un terreno fértil en Cuenca porque hemos venido haciendo industria muchos años y sabemos cómo hacerlo, somos una ciudad que trabaja dando valor agregado y si es que existieran incentivos en ciertos sectores podrían evolucionar de mejor manera.
¿No existen incentivos ahora?
Más allá de tener una ley, como el Código Orgánico de la Producción, sería importante que esos beneficios se trasladen a las empresas ya constituidas, pero que tengan nuevos proyectos o inversiones que hacer porque en estos momentos no gozan de ningún beneficio. Por ejemplo la reducción del impuesto a la renta del 25% al 23% sirve para las empresas nuevas hasta 5 años después de su establecimiento. Habría que pensar en aquellas compañías que quieren abrir nuevos mercados, tener nuevos productos, hacer inversiones para mejoras tecnológicas, por ejemplo cambiar el uso de GLP por gas natural.
¿Entonces la industria no está creciendo?
Se ha invertido, pero en la medida de la necesidad de mantenerse en el mercado, lo que no está sucediendo es que se hagan inversiones nuevas para mejorar la competitividad. Hasta ahora no hay un crecimiento marcado, sino más bien relacionado con el desempeño normal de las industrias.
¿Cuáles son esos sectores que le han dado a Cuenca su prestigio y que requieren de impulso?
Hay sectores importantes, pues no se trata solo de productos nacionales sino también de muchos que se exportan. El 100% de los neumáticos nacionales se hace en Cuenca; en línea blanca, el 60%, igual en el caso de los muebles de madera. El 70% de los licores, como son aguardiente y ron, se produce aquí. En el caso de la cerámica plana, podríamos hablar de que un 80% de la producción sale de aquí. Y muchos de estos productos son de exportación.
¿Cuántas plazas de empleo genera la industria?
En el caso de las 89 empresas afiliadas a nuestra cámara, el 20% son grandes y generan al menos 14.000 plazas de trabajo. Algunas empresas de línea blanca participan en el programa de inducción.
De las industrias afiliadas son 3, incluyendo una de ollas, sin embargo, el programa ha generado una situación de espera que ha causado a la vez una baja de al menos el 40% de las ventas de cocinas tradicionales. Los consumidores estaban a la expectativa de adquirir un nuevo producto, pero a la fecha no hay claridad del cambio del sistema. Pienso que si no se retira el subsidio al GLP de manera radical, la gente no tendrá la motivación para cambiar de un sistema a otro por ahora. Hay que pensar que ese impacto lo reciben los industriales.
¿Qué retos tiene la ciudad?
Por ahora el parque industrial está colapsado, se necesita abrir polígonos industriales donde podamos concentrar empresas grandes y proveedores que nos permitan un crecimiento. Además solicitamos a las autoridades disponer del uso de espacios como el cuartel Cayambe, junto al parque industrial, como una zona de apoyo logístico para bodegas y una zona verde de amortiguamiento.