El 9 de agosto de 2013 el Servicio Nacional de Aduana del Ecuador (Senae) anunció la decisión de colocar etiquetas especiales en las botellas de licor como una forma de verificar el orígen lícito de las bebidas que se expenden en el país y controlar el contrabando; sin embargo, para entonces no hubo empresas que pudieran proveer de la tecnología exigida por la institución.

Casi 10 meses después, Xavier Cárdenas, director general del Senae, informó que la semana pasada se abrió nuevamente el proceso de compras públicas, esta vez con la participación de entre 4 y 5 proveedores. La intención es que en 3 meses los adhesivos sean puestos en circulación.

El monto de inversión en el sistema de etiqueta fiscal será de $1’300.000 y se prevé la elaboración de varios millones de adhesivos para un año y medio.

Según Cárdenas, los tiempos adicionales que llevó este proceso se debieron a que la dificultad en encontrar una empresa que fabrique los membretes bajo las exigencias de la Aduana. “Seremos uno de los primeros países con ese nivel de seguridad”, anunció.

Las tecnologías para elaborar estos adhesivos van desde códigos cifrados hasta tintas moleculares, pero esto se definiría una vez que el proceso llegue a su fin.

La etiqueta fiscal tendrá 2 elementos en su funcionamiento, mencionó Cárdenas, uno para el especialista aduanero y otro para el cliente. Este último tendrá una participación activa en el control, pues podrá saber, solo con una fotografía de la botella hecha con su celular, si  es legal, quién la importó e incluso cuánto pagó de tributos. El consumidor deberá descargar una aplicación que le permitirá además reportar al Senae la ubicación de esa botella.

“Los consumidores se convertirán en una especie de fiscalizadores gracias a esta tecnología”, dijo Cárdenas, quien agregó que los membretes se colocarán antes de su salida al mercado y corresponderá a las importadoras hacerlo.

Contrabando y control

El perjuicio económico ocasionado por el contrabando de licores en el país es por el momento incuantificable; sin embargo, durante los primeros 4 meses del año, el Senae decomisó cerca de $ 7’500.000 en mercadería, de los cuales $298.968,70  correspondían a bebidas alcohólicas. En 2013, el total de capturas de la Aduana llegó a $ 22 millones.

El titular de la Asociación Ecuatoriana de Importadores de Licores (AEIL), Felipe Cordovez, comentó que el año pasado se importaron legalmente apenas 40.000 cajas (de 12 botellas) de whisky escocés, pero la circulación en el mercado local hace suponer que existe otra vía de ingreso. “Es fácil darse cuenta de que en todo matrimonio y evento social se toma whisky”, añadió.

De 2011 a 2013 las importaciones de este producto -tradicionalmente el de mayor rotación-, cayeron en 87% por temas arancelarios, sobre todo por la resolución 63 del Comité de Comercio Exterior (Comex), que gravó con 25 centavos los licores por cada grado alcohólico.

Actualmente los precios de los whiskys en Ecuador, dependiendo de sus marcas, están desde 40% hasta 400% por encima de los de otros países. “Un whisky que se vende en $ 10 en Perú, aquí puede costar $40”, aseguró, por lo que en tal escenario el negocio ilícito se volvió atractivo y rentable.

El empresario admitió que la racionalización de los impuestos sería una vía definitiva para controlar el contrabando, sin embargo aseguró que apoya la iniciativa del organismo. “Pensamos que toda acción es importante y aplaudimos los esfuerzos que hace el Senae para tratar de controlar el contrabando”, expresó Cordovez.

Shaffira Salvador, guayaquileña y madre de familia, dijo que suele comprar whisky, vino, amaretto y tequila para las fiestas de fin de año en su casa, y que estaría dispuesta a usar la aplicación, sobre todo porque le garantiza que el producto es legal y que su consumo es seguro.