Luis Sánchez Correa simplemente no creía que ya tenía una camioneta nueva para trabajar. Su viejo “cacharro” -como él lo llamaba a su antiguo automotor- ya funcionaba por gracia divina. Siempre se le dañaba algo. No sabía qué hacer. “Hasta el último día lo arranqué empujándolo para llevarlo a la chatarrización; ahora, está es otra realidad, me siento como un rico con este carro nuevo”, sentenció.

Sánchez la tarde del jueves recibió las llaves de su vehículo nuevo por parte de funcionarios del Ministerio de Transporte y Obras Públicas, quienes llevan adelante el denominado Plan Renova, que permite a los propietarios de vehículos de alquiler cambiar su viejo automotor por uno nuevo, exonerado de impuestos.

La camioneta que tenía  Luis Sánchez era del año 1981 y de marca Max, poco conocida. A él le entregaron una camioneta Nissan de última generación.

Para esta nueva entrega de camionetas se desarrolló un acto especial en los patios de la Nissan, ubicados al norte de la ciudad. En total fueron 49 unidades que recibieron miembros de la  Compañía de Servicio de Carga Liviana y Turismo (Consercalit).

Johnie Holguín, presidente de la referida cooperativa, dijo que esto es algo digno de reconocimiento para el Gobierno, porque antes sí tenían la posibilidad de acceder a unidades exoneradas de impuestos, pero en esta ocasión el cambio es radical porque las personas que renuevan sus unidades reciben un crédito de la Corporación Financiera Nacional (CFN), donde el único requisito es ser chofer formalizado en una cooperativa y poseer una unidad obsoleta.        

“Antes era un verdadero trámite que los bancos otorgaran un crédito. Las personas no podían acceder y en muchas ocasiones se negaba el financiamiento”, dijo.    

Agregó que esto ahora no ocurre con el Plan Renova, en donde la camioneta vieja es chatarrizada y sirve como entrada para el nuevo automotor. Las letras que hay que pagar ahora son de $286 y en el transcurso de vigencia  del crédito las cuotas bajan hasta quedar en $143 al final. El vehículo está valorado en 14.490 y tiene un financiamiento de cinco años.     

Camilo Samán, principal de la Corporación Financiera Nacional, quien presidió el acto especial de entrega de llaves, dijo que muchas personas no creían en el proyecto. Hubo quienes afirmaban que iban a tirar el dinero y que la mora sería caso total. “Ahora luego de varios años de iniciarse el proyecto podemos decir que casi no existe mora y que los mejores pagadores son los propietarios de vehículos. Ellos saben que este es el sustento para mantener a sus familias y separan de sus esfuerzos los 260 dólares de las cuotas”.           

Agregó que los morosos son esos banqueros que les están cobrando y que han estafado por años a la CFN en gobiernos anteriores. “Ahora hacemos lo que debemos hacer, que es apoyar el crecimiento productivo del país”, reitera.           

La reacción de respaldo de los beneficiarios a la acción de la CFN y del Ministerio de Obras Públicas no se hizo esperar. Édgar Izurieta, beneficiario, precisó que quienes no ven el cambio son unos ciegos. “Nunca pensé que iba a cambiar mi camionetita de 35 años.

Ese es mi carrito viejo de toda la vida, pero ahora tengo una camioneta grande, confortable, que me hace sentir que me he superado en la vida. Dicen que no hay que agradecer porque es el deber de un funcionario público, pero yo le doy gracias al Señor Presidente”, anotó

Napoleón Cabrera, presidente de  la Federación de Transporte Liviano y Mixto del Ecuador (Fenacotrali), dijo que la iniciativa permite a miles de familias avanzar en sus actividades productivas porque las camionetas son su sustento.

Juan Carlos Abad, gerente del Plan Renova, dijo que el programa inició en el año 2008 y que a la fecha ya se han entregado 16.000 vehículos para mejorar los servicios que prestan las diferentes asociaciones y gremios. La intención es seguir avanzado en este tema, en conjunto con la Corporación.