EE.UU. y China quieren reducir su pelea comercial pese a nuevos aranceles
Miles de productos estadounidenses y chinos se encarecieron por aranceles de 25% desde la pasada medianoche pero ambas potencias cerraron este jueves 23 de agosto dos días de discusiones en Washington para contener su guerra comercial.
Como parte de la agresiva postura proteccionista del presidente Donald Trump, Washington empezó a aplicar aranceles a productos chinos por 16.000 millones de dólares lo que generó la inmediata represalia de Pekín con una medida idéntica.
Sumados a los ya 34.000 millones de dólares en productos gravados en julio, la aplicación recíproca de aranceles alcanza a bienes por 100.000 millones de dólares. Además, Estados Unidos actualmente considera gravar otros productos chinos por 200.000 millones de dólares, lo cual, según Trump podría ocurrir pronto.
"Pusimos allí una cifra de 50.000 millones de dólares. Ahora la cantidad total es de 250.000 millones", dijo en la Casa Blanca. "Y hay un gravamen de 25% que está llenado...Algo de eso comenzará en una semana", añadió.
Washington estará recogiendo opiniones de empresas sobre esos 200.000 millones de dólares hasta el 6 de setiembre pero la aplicación de esos aranceles podrá ocurrir después.
Trump insiste con que su dura táctica beneficiará a Estados Unidos pero las empresas, e incluso la Reserva Federal, advirtieron que esa política comercial ya está dañando a la economía.
Pese a esa nueva salva de aranceles, negociadores de China y Estados Unidos discutieron el tema por segundo día consecutivo.
Al mismo tiempo, delegados estadounidenses discutieron con enviados de México la modernización del tratado de libre comercio TLCAN y seguirán la semana proxima.
¿Señales de progreso?
El subsecretario del Tesoro, David Malpass, encabezó los dos días de negociaciones abiertas el miércoles con el viceministro de Comercio de China, Wang Shouwen, y el viceministro de Finanzas, Liao Min.
Estados Unidos no reveló detalles sobre el avance de las tratativas.
El ministerio de Comercio de China, que "se opone firmemente a los aranceles y no tiene otra opción que seguir con los necesarios contraataques", aseguró una vez finalizadas las negociaciones que ambas delegaciones habían mantenido unas conversaciones comerciales "constructivas y francas".
"Ambos lados mantendrán contacto sobre planes futuros", señalo el ministro en un comunicado.
Mientras esas negociaciones, que son las primeras desde junio, animaron a Wall Street y generaron optimismo sobre una atenuación de la guerra comercial, analistas advirtieron que los resultados reales se alcanzarán cuando se involucren funcionarios de mayor rango.
"El hecho de que envíen gente de menor nivel jerárquico, significa que no están hablando de grandes cosas", dijo a la red CNBC el ex secretario de Comercio Carlos Gutiérrez.
El propio Trump dijo a comienzos de semana que no espera gran cosa del contacto con los chinos.
Las empresas estadounidenses están más que preocupadas por la guerra de aranceles por cuanto está encareciendo sus costos y perjudicando a granjeros y consumidores.
La propia Reserva Federal dijo que las peleas comerciales internacionales pueden generar riesgos económicos, crecimiento de la inflación y suspensión de inversiones.
El secretario de Comercio de Estados Unidos, Wilbur Ross, sostuvo que China no podría seguir aplicando aranceles al mismo ritmo de Estados Unidos. "Nosotros tenemos más balas que ellos para eso", dijo.
Sin embargo China podría atacar a empresas estadounidenses con inspecciones o boicots como ya lo hizo antes con Corea del Sur y Japón. (I)