“Ecuador debe entrar a la fase de industrialización petrolera”
Miguel Robalino, analista petrolero
Por decreto ejecutivo, el Gobierno Nacional dispuso el proceso de fusión entre Petroecuador y Petroamazonas que, según estimaciones, debe culminar a fines de este año. El analista petrolero Miguel Robalino considera que se debe aprovechar esta instancia para acometer en la etapa de industrialización.
Está en marcha un proceso de fusión entre Petroecuador y Petroamazonas ¿Qué se logrará con este objetivo?Societariamente en los modelos de dos empresas se pueden dar la fusión por la vía de la absorción, en que una empresa toma el control sobre la otra; la empresa absorbente consigue la mayoría o totalidad del patrimonio de la otra. Se entiende que esta es una absorción amistosa y se realizan como parte de una estrategia de crecimiento. Partiendo de este concepto, el Gobierno ha adoptado esta decisión para fortalecer la industria petrolera y el resultado final debe beneficiar a los ecuatorianos. La empresa nueva deberá tener una visión internacional, o sea técnica y estratégicamente eficiente tanto para el mercado interno como para el mercado externo.
¿Qué cambios se pueden esperar?
El modelo de esta fusión es que debe estar manejado con autonomía financiera, jurídica. La industria petrolera, por principio se tiene que manejar proactivamente, con lineamientos para crear escenarios a futuro para tomar las mejores decisiones. Esta es una industria que tiene proyecciones tanto para el mercado local como para el mercado internacional y tiene que crear cadenas de valor; somos un país productor de 530 mil barriles, es de decir marginal en un contexto mundial y el ser productor pequeño permite que lo manejemos de la manera más eficiente, esto tiene que marcar un hito en el país.
Históricamente ¿Cómo se ha manejado la industria petrolera?
Somos productores de petróleo desde 1972, y en 48 años se han manejado varias empresas; primero fue CEPE, en 1989 se crea Petroecuador con su holding de filiales, en 2010 se declara empresa publica y en 2013 se crean las unidades de negocios, que técnicamente no lo es, sino que fue una decisión política. Separaron la parte de la producción y hace que Petroamazonas lo absorba, lo único que ha creado es un gran incremento de personal con casi 12.000 mil funcionarios. Con la misma producción en el 2004 tenía cerca de 5.000 funcionarios, entonces cuando estas industrias no se manejan técnicamente y se le da agregado político, las consecuencias son esas.
¿Entonces el camino de la fusión se hace necesario?
Esta es una industria que cuando se realizan inversiones son de mediano y largo plazo, pero es importante un punto de arranque: si nos dan una empresa bien estructurada y diseñada quedaríamos satisfechos los ecuatorianos, porque el petróleo es de los 17 millones de ecuatorianos y los gobiernos son administradores. Tenemos muchos modelos a seguir: Ecopetrol de Colombia, es una empresa que en el 2003 empezó su reestructuración que ha funcionado muy bien, se manejan técnicamente y los ganadores son ellos mismos, porque les genera recursos para el Estado. Incluso a pesar de la pandemia y la caída del precio del crudo acabó de generar utilidades por más de $ 25.000 millones en este trimestre y opera en Perú, en Brasil, en Angola y en Estados Unidos.
¿Cómo se lo deberá administrar en adelante?
Este es un negocio integral, la industria petrolera tiene tres negocios: la producción, el transporte y almacenamiento; y el de refinamiento y comercialización; entonces la visión es cómo optimizar a cada uno de los negocios y nos solo estar en la fase de producción, sino de industrializarlo. El mensaje es que tenemos que entrar a una fase de industrialización, porque creamos una independencia energética y creamos un concepto de autosuficiencia. Si se tiene una planta petroquímica va a generar puestos de trabajo, entonces su encadenamiento de valores debe apuntar a la parte industrial.
¿Petroecuador debe absorber o Petroamazonas o viceversa?
Si vamos a la parte societaria, se supone que la empresa más saludable económicamente en su mercado debería absorber a la otra, pero ahora se empieza la discusión de su nombre. El nombre Petroecuador, aunque se lo liga a algunos malos momentos, con temas poco éticos, no creo que sea argumento para un cambio de nombre, lo lógico es que se quede como Petroecuador porque es la marca del país, entones el nombre de la nueva empresa dependerá de la buena reputación con la que se inicie y para eso hay parámetros.
Se avecina un nuevo gobierno ¿debe continuar con el proceso?
Yo pido a los políticos que tomen conciencia de que el petróleo es de todos y el problema es que no nos hemos empoderado, necesitamos fortalecer la industria petrolera, porque de ahí sale el pago de deuda, nuevos créditos para que el mundo nos mire; es tan importante el barril de petróleo de Ecuador como el de Arabia Saudita eso nos ayuda a tener buenos aliados y los gobiernos tienen que aprovechar el momento, así que el gobierno que llegue tiene que indicarnos cuál va a ser su política.
¿Uno de los desafíos es emprender en la refinación y comercialización?
En nuestro país tenemos tres refinerías: La libertad con capacidad instalada de 45.000 barriles, Shushufindi, con 20.000 y Esmeraldas con 110.000 barriles, cada una para una característica de crudo, pero de las tres la única que funciona y al 50% es Esmeraldas. Aquí es donde hablo de entrar a la industrialización con fuerza, somos importantes importadores de derivados, casi del 40 al 70% es lo que importamos, entonces el mercado está aquí mismo.
Estas separaciones efectuadas en el gobierno anterior ¿en qué medida afectó al sector petrolero?
Cuando se toman decisiones equivocadas, los resultados son lo que estamos viendo, porque eso de separar tiene un costo y desorienta al negocio: hay problemas con los proveedores, que se quedan en el limbo y hasta que se solucionen los temas jurídicos no pueden cobrar sus tarifas. Debe ser una empresa que genere confianza, credibilidad y eso se hace nombrando autoridades altamente técnicas, con afán de servir al país y con políticas claras y de largo plazo.