El déficit fiscal del país no se ha recuperado desde 2009
Analistas económicos son claros en explicar que la esencia de un endeudamiento público es el déficit fiscal: gastos que no se logran cubrir con los ingresos. Y Ecuador, desde 2009, no termina un año sin cifras en contra.
Expertos atribuyen el elevado gasto público a un cuestionable manejo de la economía del gobierno anterior.
Rafael Correa estuvo en el poder durante 10 años (2007 - 2017). Aunque hubo bonanza petrolera e incremento en los ingresos tributarios, la deuda cada año se incrementaba en la medida en que el déficit fiscal no se superaba.
Durante los primeros ocho años de la dolarización, Ecuador tuvo superávits. En 2007 este fue de 2,7% respecto al Producto Interno Bruto (PIB) (ver infografía).
Sin embargo, dos años después, los números en rojo aparecieron. Según cálculos de la Fundación Ecuador Libre, el déficit fiscal en 2009 fue de 3,6%, incluso en 2016 llegó al 7,3%.
La deuda pública pasó de $ 13.872 millones en 2007, a $ 46.535 millones en 2017.
Jaime Carrera, director del Observatorio de la Política Fiscal, detalla que el gasto público pasó de representar el 20% del PIB en promedio entre 2000 y 2006 a alrededor del 45% del PIB durante la administración de Correa.
Según Ecuador Libre, el gasto corriente aumentó 13 puntos del PIB entre 2006 y 2018; pasó del 17,1% al 30,5%. Uno de los rubros que más creció fue el de sueldo y salarios, de 6,8% a 9,8%.
Andrés Mideros, decano de la Facultad de Economía de la Pontificia Universidad Católica del Ecuador, destaca que durante el gobierno anterior los desembolsos también se fueron a infraestructura vial y logística, hidroeléctricas, infraestructura para salud y educación, entre otros.
El gasto de inversión en el sector público llegó a representar el 15% del PIB, pero, para Carrera, muchos de estos se hicieron con deuda, corrupción y sobreprecios.
“El gobierno anterior lo que hizo fue tener un déficit permanente de alrededor de $ 5.000 millones. Todo déficit significa más deuda y esta creció desproporcionadamente”, asegura Carrera.
Esto pese a que el Código Orgánico de Planificación y Finanzas Públicas indica que la deuda pública no podía superar el 40% de PIB y detallaba la composición de esta obligación.
Según un examen especial a la legalidad, fuentes y usos de la deuda pública, interna y externa de la Contraloría General del Estado, presentado en abril de 2018, Correa disminuyó el nivel de endeudamiento cuando se aproximaba al límite permitido.
La auditoría señaló indicios de responsabilidad penal contra el expresidente y otras autoridades por realizar operaciones financieras no sustentadas y cambios normativos entre enero de 2012 y mayo de 2017.
Se valieron de decretos, reglamentos y resoluciones para excluir la deuda interna y la preventa petrolera de la estadística total. También se declararon como secretas y reservadas las operaciones de endeudamiento.
De este modo, pudo concretar nuevas operaciones de deuda sin permiso de la Asamblea Nacional.
Para Carrera estas maniobras fueron ilegales. Pero para Mideros no, pues asegura que el cálculo de deuda consolidado, sin deuda interna, está establecida en los manuales del Fondo Monetario Internacional (FMI).
La deuda interna es con tenedores del país, como la seguridad social. La externa tiene tres fuentes esenciales: bonos comerciales con el sector privado, préstamos con los multilaterales y créditos con otros gobiernos.
La deuda externa, por ejemplo, pasó de $ 10.632 millones en 2007 a $ 25.522 millones en 2016.
Sin embargo, Mideros recuerda que en primera instancia la política de endeudamiento del expresidente fue de reducción. En 2009, por ejemplo, esta obligación se ubicó en $ 7.389 millones.
“Cuando Ecuador tenía alto precio de petróleo podía manejar mayores niveles de inversión y gasto corriente de forma sostenida. Pero cuando cae el precio del petróleo caen los ingresos y se pierde esa capacidad”, dice Mideros.
Pero Vicente Albornoz, decano de la Facultad de Ciencias Económicas y Administrativas de la Universidad de Las Américas, recalca que el déficit se da incluso en la misma época de bonanza. “La deuda empieza a crecer en 2010 y el precio del petróleo empieza a caer en el 2014”.
Para Albornoz, la anterior administración se endeudó de una manera irresponsable, se trató mal a los acreedores y se destruyó el prestigio del país. Las consecuencias se palpan hasta la actualidad. (I)