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Lo ocurrido muestra la necesidad de crear el Banco del Sur en latinoamérica

“Debemos convertirnos en actores para desmonopolizar el poder”

En Buenos Aires hay carteles contra los fondos especulativos que no se acogieron a los canjes de 2005 y 2010. Foto: EFE
En Buenos Aires hay carteles contra los fondos especulativos que no se acogieron a los canjes de 2005 y 2010. Foto: EFE
20 de junio de 2014 - 00:00 - Fander Falconí

Los buitres son aves carroñeras que se alimentan de desperdicios o animales muertos. Aunque a simple vista son muy desagradables, su vuelo, como el de los cóndores, es hermoso y  tienen un papel muy importante en el equilibrio de los ecosistemas, ya que eliminan restos orgánicos. Los buitres aprovechan la carroña que muchas veces dejamos los propios humanos.

En días pasados, la Corte Suprema de Estados Unidos rechazó el pedido de reconsideración del fallo a favor de los ‘acreedores buitres’ de los tribunales de Nueva York. Esta resolución deja en firme un fallo de primera instancia del agrio juez Thomas Griesa que obliga a Argentina a pagar unos 1.500 millones de dólares a los acreedores externos, sin plazo, en efectivo. Resulta muy preocupante la sentencia del tribunal norteamericano sobre estos fondos especulativos argentinos.

Lo más grave de la decisión no es que le ordene a Argentina a pagar, pues eso fue ya decidido en anteriores ocasiones. Lo peligroso es que ahora la Corte Suprema ordena a un banco estadounidense a que debite las cuentas de Argentina y pague a los fondos buitre. Esto es insólito. Esto genera un precedente nefasto contra cualquier país, ya que en Nueva York está la mayoría de la deuda externa y contratos financieros. Ahora un contrato entre un país y un banco no sirve de mucho, pues hay el precedente de que una corte puede ordenarle a un banco que le quite la plata a su cliente.

Examinemos los hechos. En 2005 y en 2010, Argentina en forma unilateral propuso renegociar sus pasivos internacionales. Muchas de estas deudas externas, al igual que las de muchos países latinoamericanos, fueron adquiridas en forma ilegítima e inmoral por las dictaduras militares y por los gobiernos de la ‘década perdida’ del 80. El 92% de los acreedores accedió a la renegociación y el resto acudió a la justicia norteamericana a demandar el cambio unilateral de condiciones y exigir que se respeten las condiciones de endeudamiento y pago originales.

Como era lógico, los valores de mercado de ese 8% de papeles de deuda se desplomaron. Apareció una empresa financiera que compró esos papeles aprovechando la situación  y apostando a la decisión de la justicia norteamericana.

La jugosa tajada de estos ‘buitres’ ronda los 1.500 millones de dólares, que serían los inmediatos beneficiarios de la decisión del juez de Nueva York. Pero se desconoce el monto total de los demás acreedores (de buena y mala fe) que podrían beneficiarse de la sentencia de ese juez; algunos dicen que serían entre 10.000 y 15.000 millones.

En resumen, los ‘fondos buitre’ son un conjunto de papeles de deuda externa argentina adquiridos por un grupo de filibusteros financieros del norte que ahora se aprovechan de una justicia norteamericana que se arroga jurisdicción universal. Nos pasó a nosotros con la demanda de Chevron (recordemos que Lewis Kaplan, juez superior de la Corte Federal para el Distrito Sur de Nueva York, consideró que la sentencia impuesta por la justicia ecuatoriana y ratificada en todas las instancias contra esa empresa transnacional, debido a los daños sociales y ambientales ocasionados en su operación en Ecuador, se logró por medio de una supuesta conspiración y el contubernio de abogados corruptos), y esta misma empresa ha exigido al gobierno argentino que sus eventuales diferendos por la inversión en operaciones hidrocarburíferas sean discernidos en un tribunal extraterritorial europeo.

La sentencia del juez newyorquino a favor del capital financiero especulativo coloca en igualdad de condiciones a las personas y a un Estado soberano como Argentina. Desde una visión liberal del siglo XIX, esto tiene todo ‘sentido de justicia’. En aquel entonces, era la época en la que los banqueros burgueses querían defender su propiedad frente a los atropellos de monarcas que decían “El Estado soy yo” y confundían tesoro real con tesoro nacional. Es evidente que la situación ahora es muy distinta, y el Estado es, más que nunca, el instrumento de acumulación más poderoso del capitalismo financiero global. La justicia ahora está en otro punto, muy lejos del que propone el juez newyorquino.

Esto nos debería llevar a reflexionar sobre las consecuencias reales de la apertura financiera. Con más de 200.000 millones de dólares de deuda, Argentina tiene mucho poder de negociación, lo que no es el caso de otros países.

Contra la sabiduría convencional, es necesario seguir perseverando en lo que se propuso hace más de un lustro: regular los mercados financieros internacionales, desconocer las jurisdicciones supranacionales, promover el ahorro interno, mirar con recelo la inversión internacional y dirigirla a donde promueve economías de escala, evitar los tratados de libre comercio, promover la denuncia a los oprobiosos tratados bilaterales de inversión. En otras palabras, debemos convertirnos en actores para desmonopolizar el poder (financiero, comercial, de los medios de comunicación) y sus intereses.

Estas circunstancias también nos llevan en la actualidad a proponer de nuevo la necesidad de empujar el funcionamiento operativo del Banco del Sur y la Nueva Arquitectura Financiera como respuestas que cortan uno de los poderosos tentáculos de la gobernanza financiera mundial.

DATOS

El Gobierno argentino sostuvo ayer que la última decisión de la justicia estadounidense, a favor de los fondos especulativos que litigan contra Argentina, es ‘parcial’ y pretende ‘fulminar’ el proceso de reestructuración de la deuda que sigue el país para pagar a sus acreedores.

“Le repito, juez Griesa, la Argentina ha demostrado voluntad de pago. Cualquier otra interpretación es desconocer esta trayectoria”, dijo el jefe de Gabinete argentino, Jorge Capitanich, quien agregó que por el momento no viajará una delegación de su país a Nueva York para reunirse con el juez.

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