El medidor y la instalación de la línea eléctrica hasta el inmueble serán asumidos por el Estado en lo que respecta al proceso de cambio de las cocinas a gas por las de inducción.

Mientras que la conexión interna, que va desde el medidor hasta el espacio de la estufa, lo cubrirá el ciudadano.

Según técnicos eléctricos consultados, el costo por la instalación de la nueva línea será de acuerdo a la distancia que haya entre  la caja de breakers o el medidor y la ubicación donde se prevé instalar la cocina de inducción.

Carlos Alvarado, experto eléctrico, indicó que primeramente los usuarios deberán solicitar a la empresa eléctrica que coloque en sus viviendas el medidor a 220 voltios, luego de ello contratar a un técnico para que  coloque un circuito exclusivo para el adecuado funcionamiento de la cocina de inducción.

“Parece un trabajo sencillo pero no es así. En algunos casos se va a tener que picar las paredes, ya que las viviendas no poseen la estructura para este tipo de instalación y eso representa un costo adicional a la mano de obra del técnico eléctrico”, dijo Alvarado, quien resaltó que los demás electrodomésticos podrán seguir funcionando con el voltaje que tienen actualmente.

Alvarado puso como ejemplo que si la caja de breakers está a 10 metros de la cocina, el trabajo tendría un costo de entre $ 120 y $ 150, dependiendo de la dificultad que haya. El tipo de breaker a utilizarse será de acuerdo al número de hornillas que tenga la cocina de inducción: si es de 2, será de 20 amperios; mientras que si tiene 4, debe colocarse uno de 40 amperios con 2 polos.

Para Luis Ordóñez, de la Fundación CICE (Centro de Investigación Capacitación Eléctrica), la instalación  tendría un valor mínimo de $ 50, tomando en cuenta que se trate de una casa que se encuentre en la periferia urbana y el medidor esté cerca de la cocina.

“Para la instalación del sistema de electricidad para las cocinas de inducción se requiere un breaker, que entrará en la caja térmica respectiva, y el alambre conductor (que en este caso deberá ser número 8 o 10, dependiendo del número de hornillas) que irá desde el medidor hasta la caja térmica y desde esta hacia el tomacorriente de uso exclusivo”, subrayó.

Las ferreterías ya se preparan para la demanda que traerá el cambio de cocinas a gas por las de inducción, y auguran buenas ventas.

José Albán, propietario de ferretería Crisol, ubicada en Colón entre García Avilés y Rumichaca, en el centro de Guayaquil, afirmó que el negocio tendrá un repunte, ya que muchos ciudadanos para hacer sus instalaciones requerirán de productos como breakers, cables, tomacorrientes, tubos y varillas de tierra. “Será muy importante este cambio y desde agosto, que inicia el plan, vamos a tener más pedidos”, dijo.

Financiamiento

Esteban Albornoz, ministro de Electricidad y Energía Renovable, informó que si los ciudadanos desean, el Gobierno podría financiarles a través de la compra de la cocina de inducción y las ollas de acero, la conexión eléctrica interna. “Hay un incentivo de 100 kilovatios hora para cocción y para calentamiento de agua en las duchas. El costo de la cocina, más las adecuaciones, va a ser financiado a 3 años, a un interés muy bajo”, enfatizó el funcionario, quien agregó que la energía es limpia y más barata.