La industria textil pide más control contra el contrabando
Representantes del sector textil del país vuelven a alertar a las autoridades sobre las pérdidas que causa el contrabando en su actividad y solicitan más controles.
En 2018, los textiles representaron el mayor rubro de las incautaciones del Servicio Nacional de Aduana del Ecuador (Senae) equivalentes a $ 10 millones en un aproximado de 589.000 unidades.
En total, todas las mercancías aprehendidas por el Senae durante el año pasado están avaluadas en $ 36 millones, según indica el último informe de rendición de cuentas de la entidad.
Sin embargo, en Ecuador el comercio ilícito persiste y en general mueve cerca de $ 2.000 millones, afirmó Javier Díaz, presidente ejecutivo de la Asociación de Industrias Textiles del Ecuador (AITE). Agregó que a nivel regional la cifra aumenta a $ 150.000 millones.
El comercio ilícito en el país en el área textil se da por dos vías: el contrabando técnico y el abierto. Solo en el primer caso, que se da mediante subvaloración, facturas con datos falsos o evasión de impuestos, Ecuador perdió $ 40 millones en 2018, señaló la AITE.
Charles Dávila Bond, presidente del directorio de la asociación, explicó que esta práctica implica que un producto entra al país con un costo barato de importación y que generalmente los productos provienen de China.
Mientras que por contrabando abierto, que se refiere a aquellas mercancías que ingresan por pasos fronterizos o aeropuertos, el perjuicio se calcula entre $ 150 millones y $ 250 millones.
A este problema se suma la venta informal, agregó el directivo de la AITE, pues existe producción local que no cumple los requisitos legales, falsifica productos y marcas, o son personas que venden artículos en las calles o mediante las redes sociales sin emitir facturas.
“La venta callejera es enorme y eso es contrabando. Tratamos como empresa privada de dar trabajo, continuar con nuestra producción y nos vemos atados a un producto importado a menor costo de la materia prima que importamos”, comentó Dávila Bond.
Para la Aite, es necesario atacar este problema con políticas de Estado articuladas con todas las entidades de control.
Cambios laborales
Esta rama de la industria apoya la flexibilización laboral. Díaz es partícipe de las reformas laborales ya discutidas en el Consejo Nacional de Trabajo y Salarios como los cambios en la modalidad de contratación, reparto de la jornada y cambios en las normas sobre despidos, desahucios y jubilación patronal. “Hay que dinamizar los empleos; se necesitan alternativas para generar empleos sostenibles”.
Díaz recalcó que el Estado y la industria textil deben llegar a acuerdos de largo plazo que incluyan a las personas desempleadas y subempleadas. Recordó que en el país, seis de cada 10 ecuatorianos no cuentan con empleo.
Retos de la industria
En 2018, la actividad textil presentó una ligera recuperación, aunque todavía no con los resultados esperados.
La baja productividad es el problema más serio que tiene la industria, indicó el representante de la AITE, puesto que la industria no llega a superar la barrera de $ 6.000 de productividad laboral.
A nivel internacional, la industria se desarrolla a un mejor ritmo gracias a la inversión en investigación y creación de nuevos productos. “Nuestra ventaja es que tenemos mayor capacidad de respuesta, líneas especializadas de producción, que de alguna manera nos hace diferentes frente a los competidores del mundo”, señaló el empresario.
Sugiere, entonces, que en Ecuador se desarrolle un clúster, es decir, que toda la cadena productiva se una para impulsar la competencia e incentivar la exportación de confecciones.
El sector, además, está a la expectativa de la firma de acuerdos comerciales con México, Estados Unidos y Canadá. Asimismo del aumento de la compra pública. (I)