Las adquisiciones abastecerán a la red pública de salud durante los dos próximos años
Comisión Técnica de la Subasta Inversa de Medicamentos analizó 216 procedimientos
El Servicio Nacional de Contratación Pública (Sercop) se reunió ayer con la Comisión Técnica de la Subasta Inversa Corporativa de Medicamentos (SICM) para analizar la adjudicación de 216 medicamentos.
A través de este procedimiento de compras públicas, el Estado ecuatoriano consolidó la demanda de medicamentos efectuada por la Red Pública Integral de Salud (RPIS), la cual abarca los establecimientos del Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS), el Instituto de Seguridad Social de las Fuerzas Armadas (Issfa), el Instituto de Seguridad Social de la Policía (Isspol) y del Ministerio de Salud Pública (MSP).
El diseño de la subasta permitió un ahorro de $ 285 millones
El actual proceso de subasta comenzó a prepararse en 2015 mediante la actualización de la información de proveedores, el registro de proveedores internacionales, la elaboración de su reglamento y de los pliegos, la convocatoria a un consejo consultivo y la adecuación de la plataforma virtual.
Luego, desde enero hasta mayo de 2016, la subasta entró en una etapa precontractual en la cual las empresas participantes presentaron electrónicamente sus ofertas, su documentación habilitante y procedieron a la negociación con el Estado. Inmediatamente después, durante todo el mes de junio, se suscribieron convenios marco con las empresas ganadoras de las pujas.
De esta manera, mediante la cooperación entre el Sercop y la RPIS, la subasta inversa permitió identificar y seleccionar a oferentes nacionales y extranjeros para la provisión de medicamentos de uso y consumo humano. En el caso de la actual subasta, se convocó a la presentación de ofertas para la adquisición de 427 medicamentos que forman parte del Cuadro Nacional de Medicamentos Básicos.
Para efectuar el proceso agregado de compra pública, inicialmente, se estableció un presupuesto referencial de $ 500 millones, un monto destinado a financiar las adquisiciones de medicamentos para el uso de RPIS durante dos años.
La subasta estuvo diseñada para garantizar la competencia económica mediante la eliminación de cualquier impedimento que pudiese crear una ‘barrera de entrada’ para los oferentes. Se logró así la participación de 161 oferentes, cantidad que permitió que existiera un promedio de 10 competidores en un mismo proceso de adjudicación.
A su vez, con el concurso de la Superintendencia de Control del Poder de Mercado (SCPM), el Sercop logró asegurar que no existan vinculaciones entre quienes participaron en un mismo proceso ni, tampoco, malas prácticas de participación en cada subasta.
Como resultado de lo anterior se alcanzó una mayor democratización del mercado farmacéutico público. Hasta principios de la semana en curso, con respecto a 416 medicamentos publicados para subasta, el 95% de los casos ganó por puja y solo el 5% por negociación directa; el 80% de los ganadores fue proveedor nacional y el 20% internacional; y ningún oferente individual ganó más del 15% de la subasta. Se logró así un ahorro para el país de $ 285 millones con respecto al presupuesto inicial.
La calidad, eficacia y seguridad del medicamento está garantizada
Para su diseño y ejecución, la SICM contempló también diversos procedimientos dirigidos a asegurar la dotación de medicamentos genéricos de calidad para la Red Pública.
En primer lugar, para que el oferente ganador en una puja pueda recibir una adjudicación, aquel debe presentar obligatoriamente el registro sanitario del medicamento. Este documento es emitido por la Agencia Nacional de Regulación, Control y Vigilancia Sanitaria (Arcsa), una vez que esta verifica que el medicamento cumple con todas las especificaciones técnicas requeridas.
Si la empresa ganadora no tiene ese registro, el Sercop no efectuará la adjudicación y procederá entonces a adjudicar el medicamento al siguiente mejor proveedor, según el orden de prelación establecido durante la puja competitiva.
Por otra parte, dado que los convenios de compra de medicamentos entre el Estado ecuatoriano y una empresa proveedora tienen una duración de dos años, se estableció un sistema de farmacovigilancia y control de calidad que operará permanentemente con posterioridad a la adquisición de los medicamentos.
Como parte de ese dispositivo, se desarrolló un ‘Sistema de Alertas’ en el cual intervienen laboratorios nacionales debidamente acreditados y, también, laboratorios internacionales que trabajan con las autoridades sanitarias de Estados Unidos y Europa. Estos laboratorios toman muestras aleatorias de medicamentos para verificar que tengan el principio activo, la concentración y otras especificaciones técnicas solicitadas por la Red Pública.
Entre los participantes en tal sistema, por ejemplo, se encuentra el Centro de Biomedicina de la Universidad Central del Ecuador (UCE), una institución que efectúa una verificación continua de 88 productos y 181 presentaciones.
A su vez, para el control posterior de los medicamentos, el Sercop estableció convenios con la Asociación de Facultades Ecuatorianas de Ciencias Médicas y de la Salud (Afeme) y con el Observatorio de la Salud de la UCE. (I)