Desde el 1 de enero de este año entró en vigencia la reforma al Reglamento de Comprobantes de Venta, Retención y Documentos Complementarios. La norma determina que los contribuyentes que emitan y entreguen facturas por montos iguales o superiores a $ 20 llenen los datos del comprador, es decir se facturen. Hasta 2014 el monto a partir del cual se debía facturar era de $ 200.   

Este cambio es parte del Reglamento a la Ley Orgánica de Incentivos a la Producción y Prevención del Fraude Fiscal, emitido por el presidente de la República, Rafael Correa, mediante Decreto Ejecutivo 539 del 31 de diciembre, y con el carácter de económico urgente.

El cumplimiento de esta medida está a cargo del Servicio de Rentas Internas (SRI), que el pasado martes especificó que las facturas a partir de los $ 20 deberán contener  los nombres, apellidos  y número de cédula de personas naturales, o razón social y número de identificación o Registro Único de Contribuyentes (RUC) de las personas jurídicas.

Otros datos adicionales como dirección y medios de contacto son indispensables en las liquidaciones de compra; no son requisitos obligatorios para llenar facturas y/o comprobantes de venta por ningún monto o concepto; a excepción de los emitidos por servicios básicos: agua, luz, teléfono o televisión pagada, internet, estados de cuenta y telefonía móvil.

El organismo de control tributario aclaró que los clientes pueden solicitar que se les entregue la factura con datos, aunque esta sea por un valor inferior a los $ 20.

Para el analista Jorge Rodríguez, la medida tiene como objetivo un mejor control por parte del Gobierno para evitar la evasión tributaria, ya que con facturas más pequeñas no se podía llevar un registro adecuado de los montos de los gastos. “Lo que se pretende con esta decisión es tener la información cruzada que establezca que los ingresos son declarados oportunamente”, aseveró.

El analista puso reparos en los recursos tecnológicos que demandará esta norma. “Lo primero que debió observarse es que se requerirá mayor capacidad de almacenamiento ahora que se pedirán los datos desde $20, lo que significa que se necesitó adquirir nuevos equipos para incrementar la capacidad de almacenamiento de la información”, dijo

Rodríguez consideró que esta información deberá digitalizarse, de modo que se cargue automáticamente al contribuyente y que, sumado al final del ejercicio económico, se determine si su gasto está acorde a los ingresos que declara.

Imprentas expectantes  

Sobre la medida, los dueños de imprentas opinaron que podría “en algo” solucionarse el problema que enfrentan por la facturación electrónica, ya que esta ha ocasionado la disminución de emisiones de documentos físicos en los establecimientos comerciales y, por ende, de trabajo para ellos.

El programa de facturación electrónica inició en 2013 como un plan piloto y  con un determinado número de empresas. Para agosto del año pasado, según el cronograma establecido por el SRI, se incorporaron las emisoras de tarjetas de crédito y en octubre las instituciones financieras.

Desde el 1 de enero se sumaron los exportadores y contribuyentes especiales, en abril ingresará el sector público y en julio los gobiernos autónomos.

Robin Madero, gerente de Artes Gráficas ‘Oredam’, augura sobre esta exigencia un beneficio al sector en vista de que los locales necesitarán notas de venta para la comercialización de sus productos y que aumenten sus pedidos de impresión de documentos.      

“Creo que en algo ayudará porque veo que la medida hará que la gente que compra pida notas de venta para justificar los gastos que hacen, pero habrá que esperar para ver qué pasa”, aseveró.

Ciudadanía desconoce la medida

Si bien la medida está en vigencia desde el primer día del año, algunos propietarios de tiendas y locales comerciales dijeron desconocer que tenían que cumplir con esta nueva disposición.     

Este es el caso de Piedad Catota, quien tiene una tienda a la altura de la avenida 10 de Agosto y Eloy Alfaro, en Quito, quien sostuvo que hasta ayer hizo una venta de $ 25 y que  entregó una nota de venta sin datos.

¿QUÉ ES LA FACTURACIÓN ELECTRÓNICA?

La facturación electrónica es la solución tecnológica que varias empresas están adquiriendo para aumentar la eficacia en los trámites. Reducirán parcialmente los valores al emitir y entregar la factura tradicional. El esquema de facturación electrónica inició su primera fase en 2012, cuando los contribuyentes ingresaron al sistema invitados por la administración tributaria de forma voluntaria.   

Según el SRI, hasta noviembre de 2014 se han autorizado más de 134’554.195 de comprobantes electrónicos, entre facturas, comprobantes de retención, guías de remisión y notas de crédito y débito, emitidos a través de los 760 contribuyentes acreditados. Para finales de 2015 se estima contar con más de 13.000 contribuyentes bajo este esquema, quienes emitirán aproximadamente 2.000 millones de comprobantes electrónicos al día.