Campos maduros dejarán al país $ 3.584 millones
La suscripción de los contratos de “Prestación de Servicios Específicos, con financiamiento para la Optimización de la Producción y Recuperación de Reservas”, efectuada anoche entre la estatal Petroecuador y los consorcios Shushufindi S.A. y Pardaliservices S.A., para los campos Shushufindi y Libertador, respectivamente, permitirán que, hasta el 2027, el Estado perciba alrededor de 3.584 millones de dólares de ganancia neta.
El contrato establece que los consorcios invertirán cerca de 1.678 millones de dólares en: perforación de pozos, mejorar las facilidades de producción e inyectar energía en los campos (aplicar técnicas de recuperación de crudo), pues se trata de reservas que en los últimos años han reducido su producción hasta en un 60% por efecto de la misma explotación y la falta de nuevas tecnologías de exploración.
En Shushufindi quedan por producir 440 millones de barriles de crudo con las técnicas convencionales, pues tiene un factor de recuperación de las reservas del 46%. Es decir, de cada 100 barriles existentes se extraen 46. Con la aplicación de nuevas tecnologías, las empresas contratadas preven incrementar ese factor en un 10%, con lo cual habrían otros 400 millones de barriles más por producir. Ahí se invertirán 1.294,2 millones de dólares con el propósito de incrementar la producción de 43.600 barriles a 60 mil barriles diarios.
En el campo Libertador la situación es diferente. Los pozos son más pequeños, tienen mayor complejidad y menos reservas. Se tienen que recuperar pozos abandonados, perforar otros e implementar varios proyectos pilotos para recuperar cerca de 130 millones de barriles de reserva. La propuesta del consorcio es invertir 384,5 millones de dólares para elevar la producción de 16.200 barriles a 16.400 barriles diarios.
El ministro de Recursos No Renovables, Wilson Pástor, explicó que las compañías contratadas recibirán el 5% de la renta incremental y el Estado el 95% restante. Ese 5% representa un margen de utilidad de 179,9 millones de dólares para las compañías, mientras que el Estado percibirá 3.584 millones de dólares, monto calculado al precio actual del petróleo (90 dólares el barril), por los 15 años que durará el contrato.
El funcionario anotó que la recuperación de los campos maduros (aquellos que tienen más de 20 años de explotación) era una decisión que debía tomarse hace más de dos décadas, cuando técnicos de Petroecuador y observadores internacionales ya advertían sobre una caída de la producción, lo que exigía invertir en nuevas tecnologías.
Sin embargo, hay quienes cuestionan la contratación de compañías especializadas -la francoestadounidense Schlumberger, la argentina Tecpetrol y la ecuatoriana Sertecpet- para ese proceso, pues aducen que se intenta privatizar la producción petrolera. Pástor lo desmiente: “Eso es falso.Aquí no hay privatización alguna. Petroecuador mantendrá la operación y la administración de los campos petroleros. Así lo hacen muchas compañías en el mundo, utilizan a empresas que tienen la tecnología para mantener la producción bajo contratos de servicios (...) No es un contrato petrolero, donde la compañía es dueña del crudo o administra el campo, este es un contrato de Servicios Específicos”.
Benigno Trujillo es geólogo y colaboró por más de 30 años con Petroecuador en Shushufindi. Recuerda que por muchos años la estatal petrolera pidió financiamiento para invertir en tecnología, pero fue infructuoso. “Se hizo lo mínimo... Habían pozos muy extensos que se perforaban con una sola torre, y por la falta de recursos se dejaron de hacer obras, que con el tiempo redujeron el factor de recobro”, es decir, la productividad. Según las cifras oficiales, la producción de ambos campos se redujo de 165 mil barriles diarios a 69 mil.
Ello trajo consigo dos problemas: la reducción de la presión (que facilita la salida del crudo a la superficie) y un incremento en el volumen de agua. Actualmente el corte de agua es del 60% en Shushufindi y del 82% en el Libertador, eso quiere decir que por cada 100 barriles de fluido que se extrae, 60 son de agua y el resto crudo, lo que representa un costo adicional para la compañía, que debe procesar el agua para devolverlo al reservorio natural.
Según Pástor, el propósito de las compañías especializadas es evitar un incremento en el corte de agua, lo cual se consigue con mecanismos de recuperación secundaria como la inyección de CO2 y vapor de agua en los yacimientos, un procedimiento que también eleva los costos de producción.
Actualmente Petroecuador invierte 8 dólares por barril, pero con las nuevas inversiones el costo ascenderá a 17 dólares, que serán asumidos por las compañías privadas.
Aún así, se estima que de las reservas existentes en los dos campos, descontando los costos de producción, el país percibirá 3.584 millones de dólares, un monto semejante al que se espera recibir de la comunidad internacional por el proyecto Yasuní ITT para mantener el crudo bajo tierra.