Caficultores piden agilizar derogatoria
Cambiar las atribuciones para impulsar el desarrollo del sector cafetalero, velar por sus intereses e impulsar las investigaciones fue el consenso al que llegaron los productores sobre la posibilidad de que las atribuciones del Consejo Cafetalero Nacional (Cofenac) pasen al Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca (Magap). A mediados de esta semana la Asamblea Nacional trató en primer debate el proyecto de Ley Derogatoria a la Ley del Especial del Sector Cafetalero, promulgada en el Registro Oficial Nº 657, del 20 de marzo de 1995.
Nancy Calderón, pequeña cafetalera del cantón 24 de Mayo (Manabí), dijo que en representación de su sector lo importante del cambio es que en esta ocasión, en realidad, haya una ayuda efectiva por parte de las instituciones que están al frente en la regulación de esta actividad. “Conocemos que la Asamblea Nacional pasará las atribuciones del Cofenac al Ministerio, pero ni la una ni la otra entidad han hecho nada por los cafetaleros. Por ello exigimos, como actividad productiva que somos, que promuevan un impulso del sector con técnicos que conozcan sobre el tema”. “Quienes han estado al frente del sector solo se limitan vía telefónica a conocer qué es lo que tenemos, pero no se acercan aquí a ver la realidad”, añadió la productora.
Es así que también solicitan que contraten personal idóneo, técnico, que sí hay en las granjas. Para ella, el cambio de competencias hacia el Ministerio de Agricultura debe ser un puntal fundamental para enrumbar al desarrollo de los cafetaleros, en especial los pequeños productores que tienen escasos recursos para realizar inversiones en las haciendas vitales para el aumento de la producción de la pepa.
Resaltó que en este camino el Ministerio del ramo tiene que inmediatamente poner en marcha políticas e incentivos que logren alcanzar el objetivo de aumentar la producción del café.
Ricardo Proaño, pequeño productor, compartió el criterio de la cafetalera y reiteró que el cambio debe ser implementado lo más pronto posible y no esperar la derogatoria de la ley o creación de reglamentos. “Por ejemplo, al momento estamos en una sequía grave en donde si no llueve la producción de café para el próximo año caerá notablemente y nadie se hace presente para decirnos qué hacer. Esto lo sabe el Magap, el Cofenac, los gobiernos seccionales y nada se hace”.
Reveló que la iniciativa surge de los propios cafetaleros. Cada uno, para enfrentar las adversidades, realizan gestiones e inversiones por cuenta propia y no impulsadas por Cofenac. “Al momento, los técnicos hemos sembrado la variedad de café sachimor, que es un poco más resistente para la sequía. Esto va por nuestra propia cuenta y no de ningún gremio”.
El productor reiteró que las enfermedades que atacan a la planta son combatidas con mucho esfuerzo por los agricultores y es la razón por la baja productividad o, en muchos casos, la principal causa por la cual las personas dejan abandonadas las plantaciones.
Ecuador produce anualmente 650 mil sacos de 60 kilos de café. El consumo interno entre los hogares ecuatorianos es de alrededor de 200.000 sacos y los otros 450 mil son destinados para la exportación, siendo el principal destino el vecino país Colombia, a donde llega un promedio de 400 mil sacos. Se estima que alrededor de 130.000 agricultores cultivan café en sus fincas directamente y un aproximado de 600 mil personas están dentro de la actividad o se benefician de ella indirectamente.
Líder Vélez, actual gerente de la Asociación Nacional de Cafetaleros (Anecafe) y ex directivo de Cofenac, dijo que, en efecto, como sector exportador, están a la expectativa por el futuro de la entidad. “Es importante indicar que desde hace más de 15 años esta entidad ha sido la única que se ha preocupado por el desarrollo de la caficultura, desde luego con enormes limitaciones. Hemos sido nosotros los exportadores quienes hemos financiado sus operaciones a nivel del país. Contra toda lógica del comercio exterior, nosotros, al pagar el 2% del precio FOB por cada quintal en grano, tostado o tostado y molido que se exporta”.
Destacó que Cofenac, desde la entrada en vigencia de la Constitución de la República, en 2008, se quedó con un vacío jurídico, no obstante, pese a perder competitividad, los exportadores siguieron pagando la Contribución Agrícola Cafetalera, algo que no sucede con otros productos.
Dijo que el problema no se centra en la eliminación del Cofenac, su cambio de denominación u otro artificio tecnoburócrata. El Estado, como tal, debe asumir las riendas y plantear verdaderas políticas agropecuarias, eso se hace con la suma de dos factores: uno es con gente progresista, técnicos y gente que sabe de café; y otro es con la provisión de recursos en cantidades suficientes como para garantizar una reactivación de un sector que en cuanto a producción tiende a desaparecer, pero como exportador, especialmente en café con alto valor agregado, sigue creciendo cada año.
Opinó que si el Gobierno Nacional no adopta e implementa medidas urgentes para financiamiento, el sector cafetalero productivo nacional desaparecerá paulatinamente. Y que no suceda como el proyecto de reactivación de la caficultura que propende a la renovación de 50.000 hectáreas. “Habiendo transcurrido ya más de un año de su puesta en marcha, nos damos cuenta de que poco o nada se ha hecho, como dirían los caficultores en el campo: muchos truenos y poca lluvia”.
Alberto Romo Larrea, productor de la zona de Los Ríos, dijo que los cafetales tienen una producción promedio de 4 a 5 quintales por hectárea, lo cual es una tasa media muy baja. Y debe ser este el objetivo primordial hacia donde tiene que trabajar el Ministerio de Agricultura cuando asuma el manejo del sector cafetalero del país.
La opinión de los directivos del Cofenac, a pesar de la insistencia a conocer su postura sobre la derogación de la Ley Especial del sector cafetalero, no fue conocida al no haber una respuesta positiva a un contacto con ellos.
El Cofenac es una institución donde hay delegados de las siguientes entidades: El Ministro de Agricultura y Ganadería o su delegado (Presidente), el Ministro de Comercio Exterior o su delegado (Vicepresidente), un representante de la Asociación Nacional de Exportadores de Café (Anecafé), un representante de los industriales de este sector productivo, un representante de la Federación de Cooperativas Cafetaleras del Ecuador (Fenacafé), un delegado de los caficultores independientes y un delegado de los caficultores de la región amazónica.
En Ecuador existen otros gremios independientes vinculados a la producción de café que operan en agrupaciones que son: Federación Nacional de Cooperativas Cafetaleras del Ecuador (Fenacafé), Corporación Ecuatoriana de Cafetaleros (Corecafé), Asociación Nacional de Exportadores de Café (Anecafé) y Asociación de Productores de Café de Altura de Puyango (Procad).
En el país se cultivan dos tipos de especies de planta de café: arábiga y robusta. La arábiga ocupa en 62 por ciento de los cultivos y se cultiva en las zona de Manabí, de baja altura hasta los 600 metros sobre el nivel del mar.
La robusta ocupa el 38 por ciento de las hectáreas cultivadas y está en el sur, en las provincias de El Oro y Loja. Se lo conoce como café de altura al estar las plantaciones desde los 500 a 2.000 metros sobre el nivel del mar. También está en la zona septentrional oriental de la cordillera, hasta los 1.600 metros sobre el nivel del mar.