Hasta junio pasado los banqueros obtuvieron ganancias por $ 165 millones
Los depósitos bancarios crecieron 1.19%
Cuando se habla de neoliberalismo en Ecuador, las personas se remiten al gobierno de León Febres-Cordero, pero en realidad fue en el periodo 92-96 cuando ese modelo económico sentó sus bases en el país.
Así lo expresó Pabel Muñoz, titular de la Secretaría Nacional de Planificación y Desarrollo (Senplades), durante el debate realizado el jueves pasado en la Escuela Superior Politécnica del Litoral (Espol).
Y no hay duda de que esa etapa favoreció la mayor concentración de la riqueza y fue el germen de la peor crisis financiera de la historia.
En 1994 el Congreso aprobó la Ley del Sistema Financiero, que en la práctica desregularizó la banca. Era la época del Consenso de Washington, en que el Estado debería intervenir lo menos necesario en la economía para evitar distorsiones y porque el mercado, aparentemente, lo resolvía todo.
En Ecuador gobernaba Sixto Durán-Ballén, pero las riendas económicas del país las tenía su vicepresidente, Alberto Dahik.
Tanto así que en un momento de la discusión el exsegundo mandatario dijo “yo tuve un precio de barril de 12 dólares, tuve crecimiento y enfrenté una guerra”.
Con ello quedaba claro quién gobernaba realmente Ecuador durante esos años. Y fue con él con quien debatió Muñoz.
Tras un exilio de más de 20 años en Costa Rica, el pensamiento de Dahik no ha cambiado. Por ello recomendó achicar el Estado, eliminar el impuesto a la salida de divisas, las salvaguardas y otras medidas que recuerdan al Ecuador de los 90.
En su exposición no hubo mea culpa. “Los argumentos que dio Pabel (cuando describió el país que heredó Rafael Correa) pueden generar una discusión de 100 años”, expresó Dahik.
Quiere centrarse en el presente, pese a que Fánder Falconí, el otro invitado a la discusión, rechazó la falta de memoria histórica.
Para Dahik hay una crisis en ciernes. Que hay un incendio, que el enfermo está en terapia intensiva, que puede presentarse un escenario igual al de Grecia. El exvicepresidente se basó en dos datos.
El primero, los depósitos bancarios, que supuestamente han caído, una tesis que fue abonada ayer por diario El Comercio y que va en la línea de esas notas de voz que circularon hace dos semanas por los celulares de medio Ecuador donde se advertía de una crisis financiera y un feriado bancario.
Dahik presentó dos líneas con la evolución de los depósitos, una de 2014 y otra de este año. A inicios del año pasado las captaciones en los bancos, siempre según los datos del exvicepresidente, eran de $27.500 millones y 6 meses después de $ 28.036 millones.
La misma comparación para 2015, y aquí la línea ya era roja. A comienzos del año, los depósitos eran de $ 30.000 millones y en la actualidad de $28.683.
Como hay un descenso Dahik advirtió de una falta de circulante, que no hay liquidez y que eso en una economía dolarizada era catastrófico.
¿Qué ocurre en realidad? Los depósitos no han caído: siguen siendo más altos que los del año pasado. Hay una desaceleración, es decir, siguen creciendo, pero a un ritmo más lento, si se compara con los mismos meses del año pasado.
De hecho, según datos oficiales de la Superintendencia de Bancos, a junio de 2014, los depósitos eran de $ 25.426 millones, y en junio de este año son de $ 25.729, lo que representa un aumento de 1.19%.
Si hubiera crisis los banqueros registrarían pérdida, pero hasta el mes pasado las entidades financieras reportaron utilidades por $ 165 millones.
La misma cifra, pero en el primer semestre del año pasado, fue de $ 148 millones. Los banqueros no han dejado de generar ganancias.
El otro punto de Dahik fue el llamado gasto público. Según él, y en eso fue apoyado por el otro panelista, Walter Spurrier, Ecuador es el país de las Américas con mayor gasto público.
Es una crítica que el Gobierno afronta desde hace meses, cuando empezó a caer el precio del petróleo y adoptó medidas como las salvaguardas o la eliminación del subsidio a las pensiones jubilares.
El presidente Rafael Correa justamente el sábado pasado, en su enlace ciudadano, desmintió la aseveración.
La Comisión Económica para América Latina (Cepal) ha señalado que el promedio regional del gasto corriente es de 17.8%. Ecuador tiene 14.9% y Chile, ejemplo del libreaperturismo, tiene 18.5%.
Muñoz se detuvo en este punto y se dirigió al auditorio. “Piden reducir gasto público, pero ¿qué es gasto público? Habría que preguntar a los profesores que ahora sí pueden vivir de su sueldo. Sería ingenuo creer que el gasto público está en las sabatinas o en la Secretaría del Buen Vivir”, dijo.
Y en esa línea se ha pronunciado Correa. El gasto corriente son los salarios de los profesores, médicos, policías y demás funcionarios que garantizan los servicios básicos. Porque la inversión pública es otra cosa.
En este ítem Ecuador sí lidera las estadísticas debido a la construcción de unidades educativas del milenio, hospitales, centros infantiles del Buen Vivir, unidades de Policía Comunitaria, hidroeléctricas y obras de riego. Son estas dos últimas las que absorben la mayor cantidad de recursos.
Es algo que ya se tenía planificado, dijo Muñoz. Correa en varias ocasiones explicó que 2015 sería un año difícil por los millonarios desembolsos. El problema se complicó por el derrumbe de los precios del petróleo y la apreciación del dólar.
“Ecuador tenía grandes deudas atrasadas”, dijo Muñoz. Se necesitaban recursos para satisfacer las demandas históricas de la población.
“¿Quién dijo que había que garantizar derechos? ¿Correa? No, fueron todos al aprobar la Constitución”, insistió. La Carta Magna obliga al Estado a dotar de educación y salud gratuitas.
La intención del Gobierno es que una vez que esas obras estén funcionando los números bajen, al igual que el gasto en subsidios de combustible, pues el gas de las cocinas y la gasolina de los carros serían reemplazados por electricidad barata y limpia.
En ese punto Muñoz reconoció un error: la lentitud en el cambio de la matriz productiva. Por eso dijo que el Gobierno apuesta al talento humano, a la innovación y a un fortalecimiento del sector industrial para dejar atrás la dependencia del petróleo.
Un tercer punto de discusión fue el nivel de endeudamiento, en la misma línea del discurso de la oposición. Dahik llegó a decir que en los últimos 2 meses han entrado a la economía $ 6.000 millones de endeudamiento, lo que no permite que el dinero circulante en el país caiga.
Fue una crítica fácilmente rebatible para Muñoz. Cuando Dahik gobernaba la deuda pública representaba el 65% del PIB, hoy es del 22.4%.
Y a eso se añade la disposición constitucional que estableció, por primera vez en la historia del país, un techo del 40%.
Eso llevó a Fánder Falconí, el cuarto panelista, a replicar “no acepto lecciones aquí de macroeconomía”. La comparación con Grecia no tiene cabida.
El propio Falconí explicó que los griegos se endeudan para pagar deuda, mientras que los ecuatorianos lo hacen para financiar obras de infraestructura.
Además en el país heleno se han adoptado medidas de ajuste como la reducción de las pensiones y aumento del IVA, lo que no ha ocurrido acá. (I)