Ecuador registró en julio una inflación de -0,08%, según el último reporte del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC). Sin embargo, aquello no puede considerarse como una deflación debido a que no ha sido un proceso permanente, aseguró Roberto Palacios, analista económico y profesor de la Espae.

El experto indicó que este tipo de cambios en el comportamiento del  mercado obedece a una disminución de la demanda. Esto, a su vez, puede desencadenarse por una pérdida de capacidad de compra de los ciudadanos o por un cambio en los patrones de consumo. “Lo segundo es menos probable porque los cambios de hábito de los consumidores no ocurren de un momento a otro”, apuntó Palacios.

La variación negativa, según el Índice de Precios al Consumidor (IPC), recayó en el séptimo mes del año en tres divisiones de gasto:alimentos y bebidas no alcohólicas, transporte, y recreación y cultura (ver infografía). (VER PRESENTACIÓN INFLACIÓN JULIO 2015) (VER REPORTE DE INFLACIÓN JULIO 2015)

En contraste, los segmentos que registraron una inflación positiva fueron los de restaurantes y hoteles, agua, electricidad, gas y otros combustibles.

A criterio de Víctor Hugo Albán, presidente del Colegio de Economistas de Pichincha, eso no podría catalogarse como deflación porque el país “viene con un proceso inflacionario ya avanzado”, de modo que lo ocurrido en julio fue una reacción del mercado ante una disminución del consumo.

Albán auguró que para los próximos meses la economía buscará su propia estabilidad. “La inflación es un desequilibrio en donde cobran un rol preponderante la oferta y la demanda”.

Machala es la ciudad con mayor inflación, con el 0,33%; seguida de Esmeraldas, con el 0,31%. Mientras que Ambato y Loja son las que menos inflación registran, con el -0,47% y -0,35%, respectivamente.

Por otro lado, según informó ayer la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), los precios de los principales productos alimentarios llegaron en julio a su nivel medio mensual más bajo desde septiembre de 2009. La caída fue de un 1,0% respecto a junio y hasta un 19,4% respecto al año anterior.

El mayor impacto se reflejó en los productos lácteos y aceites vegetales, lo que, según el organismo, compensaría el aumento sufrido por el azúcar y los cereales.

En el caso de los lácteos, hubo una menor demanda desde China, Oriente Medio y África. (I)