Marcelo González, pescador artesanal, fija su mirada en el horizonte del mar, donde hace un año sembró las semillas de ostras del Pacífico (Crassostrea gigas), cultivo experimental que se desarrolla en Palmar, provincia de Santa Elena.

Él es presidente de la Fundación Neo Juventud de la Cooperativa Horizontes de Palmar, que agrupa a 17 jóvenes involucrados directamente con este nuevo sistema de producción. Esta fundación participa  desde diciembre de 2013 en este proyecto que es una nueva alternativa de ingresos para los habitantes de la comunidad.

El cultivo de este molusco es parte del proyecto ‘Maricultura y piscicultura para el fomento acuícola en Ecuador’, impulsado por el Viceministerio de Acuacultura y Pesca del Ministerio de Agricultura, Ganadería, Acuacultura y Pesca (Magap), en las provincias de Manabí, Santa Elena y Guayas.

Son cerca de 155 beneficiarios -entre directos e indirectos- de esta alternativa de producción que son miembros de cooperativas de pescadores artesanales que se encuentran en la comuna Palmar, de la parroquia Colonche, provincia de Santa Elena; y, en Puerto Cayo, provincia de Manabí. En Guayas está por definirse otro lugar.

Para impulsar el proyecto, el Gobierno invierte $ 80.000 en cada sector, donde se ejecuta el programa. La Subsecretaría de Acuacultura inició la construcción del proyecto en 2013.

Fases de producción

El sistema de producción del cultivo es de tipo “long-line”, que consiste en instalar en el mar líneas madre de 100 metros de longitud, de las cuales se suspenden jaulas o linternas de 10 pisos o compartimentos  para la siembra y engorde.

El cultivo tiene 4 fases. En la primera se instalan 10 linternas por línea para sembrar 40.000 semillas de ostras, que son adquiridas del laboratorio del Centro Nacional de Acuicultura e Investigaciones Marinas, de la Escuela Politécnica del Litoral (Espol). En Palmar están sembradas 5 líneas con 200.000 unidades de semillas del molusco.

La segunda fase consiste en el mantenimiento. Aquí se limpian las linternas y se efectúan inspecciones mensuales al sistema de anclaje (bloques de concreto), para verificar las condiciones en que se encuentra.

De igual forma, se ejecuta el monitoreo del crecimiento (tamaño de las ostras). La toma de datos oceanográficos es también importante para medir la salinidad y la temperatura del agua, ya que permite llevar un mejor control.

Después de un mes de crecimiento, los moluscos son transferidos a las linternas de engorde, que corresponde a la tercera fase o proceso intermedio. Los moluscos son filtradores y se alimentan de algas microscópicas o fitoplancton. En esta etapa se pueden hacer raleos o clasificaciones de las ostras de acuerdo a su tamaño.

Al completar los 8 meses de cultivo se procede a la cosecha. En la comuna Palmar hasta mediados de diciembre se extrajeron unas 7.000 unidades de ostras de tamaño comercial (8 cm), que han sido comercializadas entre $ 0,35 y $ 0,50 cada una.