Derecho a la réplica
“El destino de Cuba no ha sido casual”
Quito, 27 de diciembre de 2017
Sr. Andrés Michelena
Gerente General de Medios Públicos
Estimado Sr. Michelena.-
Al tiempo de saludarlo, tengo el deber de referirme nuevamente a un desacertado artículo publicado por la sección de Cultura de EL TELÉGRAFO, en su edición del día 26 de diciembre, que intenta tergiversar la historia y ofende la sensibilidad del pueblo cubano y su Revolución.
Nos referimos al artículo “El testimonio de un disidente que generó una novela”, basado en una entrevista con el Sr. César Gómez Hernández. El mencionado artículo, de enredada redacción, intenta, en vano, sembrar dudas sobre acontecimientos y líderes de la Revolución Cubana que han sido protagonistas de la historia y que se han enfrentado con gallardía y valor al imperialismo yanqui y a sus secuaces y que no podrán ser mancillados por más mentiras que se digan.
El recuento con falsos argumentos de acontecimientos tan trascendentales como conocidos de la historia de Cuba, resulta no solo risible, sino cuando menos violatorio de los principios fundamentales que rigen al periodismo serio y competente, informar con objetividad y veracidad.
La Revolución Cubana es y será resultado de la lucha del pueblo que bajo la guía de Fidel supo labrarse su propio camino. Es una Revolución que nació por los humildes y para los humildes, con un gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo. Los que no deseaban tomar ese digno y honroso camino, abandonaron la Revolución.
A pesar de todos los malos augurios que se hacen desde hace décadas, la Revolución Cubana sigue y seguirá imbatible y demostrando fehacientemente su solidez y su apego a las ideas de Martí, Maceo, Gómez y otros muchos que iniciaron el camino de nuestra libertad e independencia. La Revolución Cubana no fracasará. Cuando se lucha por una causa digna y justa, no puede haber muertos inútiles.
Líderes de la Revolución Cubana tan reconocidos en el mundo entero como Fidel, Raúl o el Che Guevara no pueden ser ofendidos por alguien que decidió no continuar en la lucha revolucionaria, que no siguió junto a su pueblo.
El sistema democrático cubano se sustenta en una rica tradición de lucha por la igualdad plena del hombre, la independencia, la soberanía, la no discriminación, la unidad, la participación, el poder popular y la justicia social. Decir cualquier otra cosa sería desconocer la historia de Cuba.
El destino de Cuba no ha sido casual ni se ha llegado a él por la voluntad de una persona; se basa en la decisión soberana y libre de todo un pueblo. Once diferentes administraciones norteamericanas han intentado desconocer esto y han fracasado en sus intentos de destruir a la Revolución Cubana.
Por todo lo anterior, rechazamos totalmente lo expresado en el artículo y solicitamos a EL TELÉGRAFO que enmiende el error cometido, publicando íntegramente esta carta que se ha escrito en legítimo uso del derecho a la réplica.
Aprovecho la ocasión para recordarle que el pasado 23 de noviembre, le remitimos una carta solicitando, igualmente, el derecho a la réplica ante unas declaraciones realizadas por el Embajador de los Estados Unidos en el Canal 7 y en EL TELÉGRAFO.
A pesar de nuestros múltiples reclamos, hasta el día de hoy no se me ha otorgado ese derecho. Espero que no suceda lo mismo con esta carta. (O)
Atentamente,
Rafael Dausá Céspedes
Embajador de Cuba
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De la redacción
“El testimonio de un disidente que generó una novela”
Título de la nota que salió publicada en la sección
de Arte y Cultura, el pasado 26 de diciembre.
En referencia a la solicitud de réplica por parte del Embajador de Cuba en Ecuador, Rafael Dausá, por el artículo “El testimonio de un disidente que generó una novela”, publicado en la sección cultural de Diario EL TELÉGRAFO el pasado 26 de diciembre de 2017, debo manifestar lo siguiente:
Uno de los primeros puntos que plantea la carta señala que el mencionado artículo pretende “sembrar dudas sobre acontecimientos y líderes de la Revolución Cubana, que han sido protagonistas de la historia y que se han enfrentado con gallardía y valor al imperialismo yanqui (…)”.
Hay que señalar que el artículo recoge las opiniones –es decir, la versión particular de un hecho personal o social– de César Gómez Hernández, un exiliado cubano que fue tripulante del yate Granma en 1956 y cuyo testimonio fue usado por el escritor ecuatoriano Óscar Vela para armar su novela –obra ficcional basada en hechos reales– “Náufragos en tierra”, publicada por Alfaguara.
En una entrevista con este Diario el anterior 15 de noviembre, Óscar Vela remarcaba sobre su libro: “En algún punto me propusieron hacer la novela así (sin ficción), desde el punto de vista editorial, pero soy un escritor de ficción, no un historiador. Eso no me permite escribir una novela histórica; no lo haría”. Esto remarca el carácter de su obra literaria.
Aun así, más que sembrar dudas, Gómez Hernández expone –en su legítimo derecho a la libertad de expresión- su punto de vista sobre Cuba, con total apego a lo que vivió. Esta nota, cabe añadir, no solo ha sido publicada en nuestro Diario, sino por diversos medios en Hispanoamérica que trabajan con EFE, agencia de la cual tomamos las opiniones y testimonios antes citados.
El periodismo, en todo caso, tiene la tarea de sembrar dudas, sospechar de los discursos oficiales, interpelar al poder y ser esencialmente autocrítico.
En otro punto de su carta dice: “El recuento de falsos argumentos de acontecimientos tan trascendentales como conocidos de la historia de Cuba, resulta no solo risible, sino cuando menos violatorio de los principios fundamentales que rigen al periodismo serio y competente, informar con objetividad y veracidad”.
Aunque este no es el espacio para discutir sobre la deontología del periodismo, como aquel de que es objetivo, pues bien se sabe que la subjetividad media todo accionar humano; hay que señalar que entre los principios de este oficio está el de difundir diversos puntos de vista, aunque estos fueran conflictivos o incómodos para ciertos grupos de poder. La historia y la realidad se narran desde múltiples voces y no desde una sola. Tener un único relato no solo que atenta contra la democracia y la libertad de expresión, sino que distorsiona la posibilidad de entender mejor la realidad, de ponerla en perspectiva.
En otro punto de su carta indica: “Líderes de la Revolución Cubana tan reconocidos en el mundo entero como Fidel, Raúl (sic) o el Che Guevara, no pueden ser ofendidos por alguien que decidió no continuar en la lucha revolucionaria, que no siguió junto a su pueblo”.
Como periodistas no podemos censurar las declaraciones de César Gómez Hernández. Cuestionarlas sí, pero no censurarlas. Si nos guiáramos bajo ese postulado que plantea la carta de la Embajada de Cuba, en nuestras páginas jamás hubiéramos publicado largos y profundos artículos –como lo hemos hecho antes– sobre escritores que han sido críticos de la Revolución Cubana como Reinaldo Arenas y Virgilio Piñera, o sobre artistas fundamentales en el campo del arte contemporáneo como Tania Bruguera o Ana Mendieta, una de las pioneras de la vanguardia feminista de los años 70 del anterior siglo.
Al ser EL TELÉGRAFO un diario público que vela por la libertad de expresión, publicaremos su solicitud de réplica, acompañada de estas reflexiones que enriquecen el debate y la democracia.
Atentamente,
Fausto Rivera Yánez
Editor de Cultura