Esta vez pido la palabra, y no precisamente para opinar de lo que tanto nos apasiona, el fútbol.  Mencionar sí que el arranque de la Copa América ha sido bastante discreto, quizá mediocre, con muy poco espectáculo, poquísimos goles y escasas emociones.

Pido la palabra para protestar sobre algo que lamentablemente desde hace unos años atrás se ha agudizado y al parecer no tiene freno ni límite. La falta de respeto y consideración a los profesionales de la comunicación.

A las cada vez crecientes limitaciones que recibe el periodismo para realizar su labor profesional, entrenamientos con puertas cerradas, prohibición de mirar las prácticas, ruedas de prensa con infraestructuras precarias, se suma una actitud que no se puede tolerar y que considero es el momento de unirse para hacer valer los derechos de quienes durante años hemos trabajado en la promoción y la difusión y desarrollo del rey de los deportes.

En esta Copa América, ha aparecido un grupo de personas, que no son dirigentes ni nada parecido, pero que se lucran con el fútbol y que creen tener patente de corso para llevarse por delante a todos y a todo.

Se exige una serie de requisitos por parte de la Confederación Sudamericana de Fútbol, para obtener la acreditación, todo con meses de anticipación, llenar formularios y más formularios, solicitar las entradas, ya que con la simple acreditación no se puede ingresar a los estadios, más solicitudes y documentos, un trámite burocrático interminable, después de este intenso papeleo, de sortear algunos filtros se logra por fin obtener la credencial, pero viene lo más duro y humillante, conseguir la entrada para poder ingresar al escenario respectivo.

En Santa Fe este trámite requirió de 10 horas y dos días, increíble que con el avance tecnológico, aun se tenga que esperar la voluntad de ciertos obscuros personajes, que reitero no son dirigentes, pero al parecer el poder económico los transforma en dueños del torneo.

Después de una larguísima espera en el primer día, más de medio día, el anuncio fue más frío que la temperatura que en estos días se vive en Argentina, llegó el encargado, pero hoy no va a entregar ningún pase. ¿El motivo? Este personaje quiere ser importante. Al día siguiente otra vez la larga fila, dos horas más, para que el “Señor importante”, al estilo de los Césares del imperio Romano te suba o baje el pulgar y de acuerdo con su estado de ánimo entregue la entrada y sentencie que  para el cotejo con Brasil en Córdoba no todos los periodistas ecuatorianos tendrán el ingreso al estadio. ¿Quién es este todopoderoso? ¿De dónde salió? ¿Quién lo conoce? ¿Desde cuándo y por qué tiene o cree tener tanto poder?

Considero que ha llegado el momento en que el periodismo ecuatoriano y Sudamericano nos unamos y digamos basta ya de estos malos y denigrantes tratos por parte de personajes que nunca le pegaron a una pelota ni mucho menos y que peor pueden conocer la importancia del trabajo del periodismo, que con su labor y difusión ha hecho que el fútbol crezca y se convierta en fenómeno social que en ocasiones supera incluso informaciones que de segurorevisten mayor importancia y que por el fútbol han quedado en segundo plano.

El periodismo durante muchos años trabaja por y para el fútbol, 365 días al año, sin descanso y con el mayor esmero. No conozco un dirigente que haya tenido que pagar una factura por la promoción de su espectáculo. Horas y días enteros a través de las radios, espacios importantes en la TV, páginas de páginas en los medios escritos, sin descanso, sin desmayo para promocionar este deporte que hermana y que permite que pueblos olviden sus problemas, por la alegría de una victoria que generalmente son contadas por estos “intrusos” periodistas que hoy reciben el maltrato de un minúsculo grupo de empresarios que lo único que saben es contar los billetes que el fútbol, con sus  diversos estamentos, directivos, técnicos, jugadores, aficionados y periodismo generan día a día.

¡Ya basta!, lo de Argentina fue la gota que derramó el vaso y si el periodismo no se une, no está lejos el día en que también debamos pasar por la caja de los empresarios depositando el dinero que tanto apetecen para realizar nuestro trabajo profesional y seguir promocionando la empresa que les genera grandes ganancias.

En esta Copa América, con el diálogo entre varios comunicadores de diferentes países se ha sembrado la semilla para defender la dignidad de periodistas que honestamente hemos dedicado la vida entera a esta noble profesión.