Su particular voz y  estilo inconfundible se perdieron en el infinito. A los 78 años, dejó de existir el connotado periodista deportivo y radiodifusor Carlos Efraín Machado, víctima  de un paro cardíaco, según información de sus familiares.

Retirado de la actividad hace seis años, aproximadamente, “Carmac”, como  lo conocían en el ámbito deportivo, había comenzado a experimentar algunos problemas de salud, hecho que lo alejó, casi definitivamente, de  su pasión: el micrófono, su inseparable compañero. 

Su inclinación por la narración, según sus propias expresiones, nació mientras realizaba sus estudios primarios en la escuela de El Cebollar de los Hermanos Cristianos, en donde en los recreos y echando mano a cualquier cosa  parecida a un micrófono, se inventaba partidos y de pronto gritaba “goooool”... Su voz se escuchaba en los patios del establecimiento.  “A veces me creían loco”, comentó alguna vez.

El fútbol fue uno de sus deportes favoritos, más aún cuando en su juventud se enroló en clubes amateur, como el Atahualpa y España, desempeñándose como  defensa lateral o volante. 

Antes de incursionar en la radiodifusión, luego de recibirse como contador, prestó sus servicios en  una de las entidades bancarias más antiguas de la capital, pero mas pudo su vocación por el periodismo deportivo que   lo llevó a formar parte de los equipos radiales de varias emisoras capitalinas y luego a crear sus propios programas y en particular “Mundo Deportivo”.

Emisoras Central, estación radial que  adquirió hace cuadro décadas, abrió una nueva página en el periodismo deportivo radial capitalino. Carlos la bautizó con el nombre de Nueva Emisora Central que pasó a ser una escuela para los nuevos narradores y periodistas especializados en la década de los 70s.

En sus cabinas de transmisión se formaron comunicadores como Jacinto Bonilla, Luis “Bambino” Paredes, Fabián Gallardo, Gonzalo Melo Ruiz,  Salvador Landeta, entre otros, en una primera camada.

Posteriormente, surgieron otros nombres que tomaron la posta, entre ellos Roberto Omar Machado, su hijo, hoy columnista de este rotativo, manteniendo una misma filosofía de trabajo y profesionalismo que distinguió al medio  deportivo quiteño, incrementando su prestigio.

Las coberturas de los más importantes eventos deportivos en el continente como la Copa Libertadores, Copa América, se escucharon en las ondas sonoras de la NEC con personal propio.   

Desde 1978, año en el cual narró su primera Copa del Mundo, Carlos Machado era infaltable en estos certámenes ecuménicos, con excepción del de Italia en 1990, al que no pudo asistir por  desempeñar  funciones en el cabildo, como encargado de la Alcaldía de Quito, debido a la  licencia de su titular, Rodrigo Paz Delgado, hoy dirigente deportivo.

Los desplazamientos de las selecciones nacionales para sus participaciones internacionales, incluyendo países como Rusia, fueron destacados en el trabajo desplegado por Machado, en cuales siempre estuvo acompañado de la

bandera ecuatoriana, que la paseó con orgullo por  los países que visitó en muchas ocasiones.
Parte de su trayectoria está plasmada en el libro “Bendita Pelota”, en la que  reseña los pasajes más importantes e interesantes de su vida, escrito por Gonmel.

“El relato ha sido mi vida, el fútbol es el mismo y con toda mi pasión y alma traté de ponerle toda la emoción”, fueron las expresiones que vertió en una de sus tantas entrevistas para periódicos y medios televisivos que destacaron su actividad de más de medio siglo.

En el plano gremial, ocupó la presidencia de la Asociación de Periodistas Deportivos de Pichincha, entidad que ha cobijado a prestigiosos elementos que, inclusive, ya no están con nosotros.

Lamentamos su deceso y nos sumamos al dolor que aflige a sus familiares. Que haya paz en su tumba. Sus restos fueron velados ayer en el Teatro Quitumbe.