Antonio Valencia se convirtió desde la semana pasada en el primer Embajador de Buena Voluntad ecuatoriano de la Unicef. Recibió ese nombramiento en su tierra, Lago Agrio, dentro de la cancha donde empezó a disputar sus primer partidos antes de viajar a Quito para iniciar su etapa como profesional.

“Toño” y la Unicef firmaron un contrato simbólico con una duración de dos años y el futbolista recibirá $1 anual como recompensa. Su vínculo con la entidad será renovable si existe un acuerdo entre ambas partes. Con ese nuevo título, Valencia se suma a otros deportistas exitosos a nivel mundial que también tienen esa misión como el argentino Lionel Messi y el portugués Luis Figo. En esa lista también están otros atletas destacados como el tenista suizo Roger Federer o el piloto español de Fórmula Uno, Fernando Alonso.  

“Desde hace muchos años, Unicef se apoya en el renombre y prestigio de celebridades que tengan una identificación con los niños. El objetivo es que la entidad llegue a más personas a través del mensaje que entregan las personalidades”, dijo Nadia Vásquez, representante del fondo de Naciones Unidas para la infancia en Ecuador.  

Según la Unicef, el compromiso que adquieren los embajadores es el de mejorar las vidas de los niños en todo el mundo. “El mejor equipo del mundo no es el Manchester United, es el de la Unicef, que vela por los niños y ahora estoy con ellos. Primero los niños de mi provincia y luego los del mundo”, dijo Valencia en Lago Agrio después de haber recibido esa distinción.  

Entre las obligaciones que adquirió Valencia al sumarse a Unicef  se encuentra estar atento a acciones de carácter humanitario y dispuesto a participar en campañas para recaudar fondos. Además, promover la educación, sobre todo en los preadolescentes, a través de lo que más sabe: el deporte.

“Dentro del programa nos gusta contar con gente, que por su experiencia de vida tiene más autoridad para hablar de ciertos temas. Él es una muestra de superación en Ecuador, pues es un chico que  fue a la escuela, ayudó a sus padres y siempre mostró esa pasión por el deporte. Eso hace que sea una persona modelo para los chicos”, dijo Vásquez.

Después de que Valencia cumpla con los partidos junto a la selección, este sábado ante Argentina y el 10 del mismo mes contra Colombia, la Unicef tiene previsto reunirse con él para delinear un plan de trabajo. 

La Unicef no se fija en el origen étnico,  ni en la profesión, ni tampoco en su posición política para nombrar a un embajador. Su celebridad solo debe incidir positivamente en la misión que encomienda la Unicef y su ética debe estar acorde para apoyar a los niños. “Es el primer Embajador de Unicef de Ecuador y hemos visto que ha causado orgullo en los aficionados al fútbol y en los niños que lo admiran. El deporte tiene la posibilidad de unir a la gente”, precisó  Vásquez.

La institución también realiza un riguroso control interno a todos los embajadores, para comprobar que todo esté acorde con los ideales de la Unicef. Inicialmente, el trabajo del “Toño” Valencia estará enfocado en proyectos en Ecuador, pero no se lo desliga de actos y campañas en otros países del mundo.

El club Manchester United fue nombrado embajador también en 2010, y su compañero de equipo, el galés Ryan Giggs, asimismo, forma parte de la lista, además de David Beckham, ex jugador del plantel. El mexicano Javier Hernández también se integró ayer como embajador.  

Danny Kaye, músico y comediante estadounidense, fue el primero en recibir este tipo de nombramiento en 1954 y desde ahí se ha incluido a una diversidad de personalidades del deporte, la música, el cine, entre otras áreas. (AGM)