Una auténtica pasión por correr inhóspitas distancias extremas
No es su primera participación internacional en un deporte extremo como el utratrail, pero denota cierto nerviosismo como si se tratara de un debut en una prueba que demanda una preparación metódica y prolongada. Raúl Javier Rivadeneira Espinoza, estudiante de Gastronomía de la Universidad Tecnológica Equinoccial, es el primer ecuatoriano en tomar parte en la competencia Ultratrail 355 km en Mallorca-España, que se inició el sábado anterior, y que durará siete días.
Su nombre es poco conocido y su delgada figura tampoco ha aparecido en las páginas de medios impresos ni en entrevistas radiales o televisivas, pero sus méritos los tiene muy bien ganados, basta con señalar que es el campeón mundial de ultramaratón de 100 km, título logrado el 28 de septiembre de 2008.
A pesar de su juventud, ha adquirido la suficiente experiencia en pruebas de largo aliento en nuestro país. Había cumplido un fuerte y exigente período de entrenamiento por espacio de seis meses, sin contar con recursos para su hidratación. “Esas cosas hacen que tu carácter se endurezca y seas fuerte. Gracias a eso pudimos traer el campeonato mundial”.
Manifestó su orgullo de ser hijo de una madre soltera que ha sabido sacarlo adelante y esa es la inspiración para el día a día. Ha ganado ocho pruebas de la especialidad a nivel nacional e internacional y es poseedor de marcas nacionales, latinoamericanas y europeas en su categoría.
Es considerado como uno de los atletas más completos que tiene el país, ya que su innata resistencia lo ha proyectado a ocupar sitiales preponderantes en eventos extremos como el Ultramaraton 100 km, Ironman 3, 8 km +380 km+42 km; el Iron Gimnasio y el Huairasinchi.
Su talento ha sido reconocido por entrenadores mexicanos y europeos para la práctica del ultrafondo, aunque su edad (27 años) lo ubica en desventaja frente a competidores de mayor recorrido y experiencia, pero su preparación mental y física lo ponen a la par. “Este deporte siempre me llamó la atención”.
La poca difusión de esta especialidad atlética en el país no ha abonado para su expansión. El Ultratrail es una carrera de montaña que supera la distancia de la maratón, por terrenos muy difíciles, irregulares y agrestes que, inclusive, obligan el uso de las manos para poder avanzar en pequeñas trepadas; la táctica más adecuada es subir caminando y bajar corriendo o combinar las dos estrategias.
Su silenciosa trayectoria es producto de lo antes señalado, pero en Ecuador existen muchos elementos de gran talento que solamente hay que pulirlos con el sustancial apoyo gubernamental, como sucede en los actuales momentos a través de la cartera del deporte.
Es así como, en forma paulatina, esta dura disciplina se ha extendido a ciudades como Cuenca e Ibarra, en donde se han efectuado sendas ultramaratones. “Ha sido un poco difícil esta cuestión porque, en el ultrafondo, mientras más edad, tienes algo más de ventaja porque tus músculos se muestran más fuertes, pero mientras se es joven hay esa inexperiencia. Creo tener un buen currículo para surgir en estas pruebas de alto rendimiento”.
El hecho de no de disponer de recursos económicos ha sido un serio inconveniente en su actividad deportiva, como sucedió cuando estaba entusiasmado por ir a Dubái a un evento mundial, pero no tuvo dinero para adquirir los pasajes.
Las lesiones no han estado al margen de su formación atlética, pero la plantitis plantal, dolencias lumbares y varias caídas no han hecho mella en su desarrollo físico.
UTE le ha concedido una beca y en uso de ella pudo viajar a España en donde, luego de una visita oficial para competir, tuvo una propuesta encaminada a lograr la nacionalidad ibérica, otorgándole un piso (departamento), un sueldo entre 300 y 800 euros y estudios. “Pero no quise en ese rato, ahora tampoco, porque creo que Ecuador sí puede ayudarme. Si alguien cierra una puerta, otras se abrirán”.