Rogge: “Los boicots se vuelven en contra de sus impulsores”
Los boicots a los grandes eventos deportivos, como forma de protesta política, solo sirven para perjudicar a los deportistas, aseguró el presidente del Comité Olímpico Internacional, Jacques Rogge.
“Los boicots, en última instancia, se vuelven contra los que los imponen. Si alguien puede terminar dañado, son ellos mismos (los impulsores). Pueden estar sacrificando una generación buena de jóvenes deportistas”, advirtió.
El dirigente belga, de 70 años, señaló que el boicot occidental a los Juegos Olímpicos de 1980 en Moscú, por la invasión soviética de Afganistán, y el recíproco de la edición de 1984 en Los Ángeles (Estados Unidos), por parte del Bloque del Este, excepto Rumania, no logró ningún propósito y no sirvió para nada.
“A pesar de estos boicots, los Juegos siguieron adelante y los países que no estuvieron allí fueron rápidamente olvidados”, apuntó.
Con esta apreciación, Rogge hacía referencia a las críticas que la comunidad internacional está alzando contra Ucrania, país coorganizador de la Eurocopa-2012 junto a Polonia, por el encarcelamiento y posterior trato de la opositora Yulia Tymochenco, ex primera ministra ucraniana, condenada a siete años de prisión y que inició recientemente una huelga de hambre.
Este asunto ha llevado a los políticos europeos a anunciar que boicotearán los partidos organizados por Ucrania en el torneo europeo de selecciones, no acudiendo a estos. A pesar de que la situación es complicada y preocupa tanto a la Unión de Asociaciones Europeas de Fútbol (UEFA) como a la Federación Internacional de Asociaciones de Fútbol (FIFA), todavía no hay indicios de que el boicot pueda ser seguido por algunos deportistas, siendo, por el momento, un movimiento de protesta protagonizado por la clase política.
Sin embargo, las palabras del capitán de la selección alemana de fútbol, el defensa del Bayern de Múnich Phillip Lahm, que acusó al Gobierno ucraniano de falta de respeto a los derechos humanos por el caso de Tymochenko, demuestran que también entre los deportistas puede estar germinando este malestar.
Por otra parte, Rogge insistió en la idea de que el COI y el prestigio de albergar unos Juegos Olímpicos puede tener un efecto positivo en la infraestructura social de un país, poniendo como ejemplo a Doha, ciudad candidata a organizar los Juegos de 2020 en Catar, que está sufriendo una gran transformación, llegando incluso a permitir por primera vez la participación de mujeres en competiciones deportivas.
“Ellos tenían un fuerte incentivo para que las mujeres compitan, porque, de lo contrario, no serían elegidos para albergar los Juegos”, aseguró Rogge con pleno convencimiento. Por otra parte, dejó claro que hechos protagonizados por los estamentos políticos, como es el caso del Gobierno de Argentina, que filmó para un anuncio al capitán de la selección nacional de hockey, Fernando Zylberberg, entrenándose en las islas Malvinas -territorio por el que está en disputa con Gran Bretaña-, no pueden tolerarse.
“Es contrario a las normas del COI y no queremos que se repita. El Comité Olímpico Argentino está de acuerdo en esto”, indicó.
Rogge no cree que, debido a la crisis financiera mundial, los Juegos de Londres vayan a ser peores que los de Pekín-2008. “Puede que lo parezca en la televisión, pero el estadio olímpico de Pekín (el Nido de Pájaro) no es más grande que el de Londres o el de Atenas en 2004. No veo ninguna diferencia fundamental entre Londres y Pekín, o incluso Atenas”, explicó.
A su juicio, lo importante es la magnitud deportiva a escala mundial que se concentra en cada edición de los Juegos Olímpicos.