¿Qué influye al ejecutar un penal?
Las miradas, los nervios, el rezo y las promesas de último momento a Dios... todo se conjuga cuando un jugador de determinado equipo se alista para cobrar un tiro penal sobre el final del partido o a las puertas de una instancia decisiva.
El momento es único, la posibilidad de clasificar, de obtener un campeonato o simplemente ganar un partido se acerca. El jugador se apresta a rematar y... ¡falla! La suerte favorece al rival.
Momentos como ese se han dado en reiteradas ocasiones a nivel mundial. Jugadores referentes o considerados ídolos, en clubes o selecciones, que han tenido la responsabilidad de hacer historia, fallaron en ese instante, en el menos indicado.
Roberto Baggio, Franco Baresi, Zico, Martín Palermo, Kaká, Cristiano Ronaldo, Sergio Ramos y hasta el mismo Lionel Messi experimentaron la sensación de pasar de héroes a villanos en un mismo partido.
Para el psicólogo deportivo Eduardo Tigua este tipo de situaciones son normales y pueden presentarse en jugadores de élite, por más que estén preparados en el aspecto mental.
“Es un fenómeno aleatorio en el que intervienen diversos factores. En este tipo de situaciones están presentes el azar o la suerte. Los futbolistas son humanos, ellos saben todo lo que disputan: prestigio, clasificación y hasta cifras de 7 u 8 dígitos”, indicó el profesional.
Cuando los yerros son reiterativos generan una falta de confianza por parte de los seguidores, tal como pasó en el encuentro entre Deportivo Cuenca y Barcelona, donde Narciso Mina falló su segundo penal al hilo y el tercero consecutivo para los “amarillos”.
“Todos esos antecedentes llevaron a que los fanáticos se contagiaran. El nivel de confianza y el factor de la resiliencia es importante, pues no es más que la capacidad de afrontar situaciones adversas”, comentó.
Tigua indicó que cualquier jugador puede mostrarse vulnerable a pesar de tener un acorde equilibrio emocional. No todos los partidos ni las exigencias son las mismas.
También señaló que tras esos acontecimientos, el jugador afectado debe fortalecer su mentalidad, seguir entrenando y ganar confianza.
“La ejecución de un penal es un acto mecánico. Se debe tener la certeza y seguridad en el cobro”. La parte dirigencial y del cuerpo técnico juegan un papel preponderante en la recuperación mental de un jugador que ha tenido fallos constantes en los penales.
A muchos se los castigó, como es el caso de Martín Palermo, quien desde esa Copa América que se disputó en Paraguay en 1999 (donde falló tres penales en un mismo partido), no vistió más la camiseta de la selección de Argentina, hasta las eliminatorias Sudáfrica 2010, cuando fue llamado por el entonces entrenador Diego Armando Maradona.
Para el ex delantero argentino Claudio Campos, hay jugadores como Damián Díaz que arriesgan por su forma de ejecutar (a lo Abreu), “pero Mina ejecutó mal su tiro”.
Asimismo, descartó que el estado del campo de juego influya en la manera de patear la pelota. “Lo que cambia es el momento, lo que estás jugando”, aseveró Campos. (EHP)