El peruano Florencio Machacuay, de 35 años, se convirtió ayer en el vencedor de la Maratón de Quito, desarrollada por séptima ocasión en las calles capitalinas.

El segundo lugar fue para el ecuatoriano Franklin Tenorio y en tercer puesto quedó Byron Gutiérrez.
Las penumbras aún cobijaban las avenidas de la capital cuando los atletas ya estaban en el sitio de partida. Ninguno ocultó su ansiedad por escuchar la señal de partida. Eran las 05:30 cuando salieron desde la Plaza de San Francisco (centro) para dirigirse al sur y posteriormente al norte de la urbe.

En sus primeros metros, las luces del alumbrado público les ayudaron en la visibilidad. Posteriormente el sol cobijó con sus rayos el recorrido de los deportistas.

A partir del kilómetro 7, el peruano se separó por completo del pelotón. Por eso llegó en solitario a la meta, ubicada en el parque Bicentenario (antiguo aeropuerto), tras dar tres vueltas adicionales a la pista y completar así los 42 km. Su tiempo extraoficial fue de 2h27m51s.

“Fue una prueba muy exigente y dura, sobre todo en la parte que nos tocó cumplir sobre el asfalto de la pista. Los rayos solares también complicaron mucho”, expresó el ganador, quien llegó a Quito sin auspiciantes, él costeó su pasaje.

En Perú es propietario de una cadena de farmacias, de lo que obtiene el sustento para vivir.

Es nativo de la ciudad de Huancayo (3.200 msnm), ubicada en la Sierra Central peruana. Por ello no tuvo inconvenientes en el trayecto. “Me sentí bastante bien, aunque la ruta fue distinta a la del año anterior, en la que logré ubicarme en segunda posición”.

Su próximo desafío será en 15 días, en la maratón de Huánuco, en la que espera acercarse a la marca base 2h18’ para conseguir un lugar en los JJ.OO. de Brasil 2016.

Por su parte, el ecuatoriano Franklin Tenorio, quien es el actual presidente de la Federación de Atletismo, llegó en segundo lugar. Dijo que el circuito en la pista del parque Bicentenario fue muy desgastador.

“Para un deportista, dar tres vueltas en un mismo lugar es demasiado estresante y agotador. Eso se debe corregir en la próxima edición”.