Mario Álava, a punto de cumplir su sueño “Dorado”
Con tan solo 15 años, Mario Álava sentía que había dado un paso gigante hacia el profesionalismo, ya que era parte de una pre-selección de Ecuador de cara al Sudamericano Sub 17 que se realizaría en Lima, en 2001. En aquel equipo compartió con elementos como Cristian Benítez y Pedro Quiñónez, dos jugadores que llegaron a la serie “A” y que en la actualidad son figuras en sus equipos, el “Chucho” en el América de México, y “Pedrito” en Emelec.
“Me da mucho gusto ver que se han convertido en grandes jugadores, en especial Cristian. Quizás podía haber dado más en el fútbol, ellos estaban en aquel tiempo al mismo nivel que yo, pero ya no hay que lamentarse sino seguir adelante y sonreírle a la vida”, dice Mario, quien jugó en el Manta hasta la temporada 2009.
Con 23 años, Álava se tuvo que retirar del fútbol profesional, debido a que sufrió una lesión en su gemelo derecho. “Me operaron de la pantorrilla y desde ahí ya no fue igual. Creo que tenía para dar mucho más, pero mejor fue el retiro, así pude dedicarme más a mis estudios y logré graduarme de ingeniero en Marketing”, destaca.
Ahora Álava está cerca de recibir a la que ya considera su mayor razón de vivir: su futura hija Dayana, quien nacerá en 9 días.
“Estoy demasiado emocionado. Seré padre por primera vez y es un sentimiento que no puedo describir. Mi hija será una linda mujercita tal como lo quería”, indica el “chocho” padre que está casado con Ligia Espinel desde hace un año.
Acerca de su pareja, Mario comenta: “es la mujer de mi vida. Es la esposa que siempre soñé, estamos muy entusiasmados como pareja con el hecho de ser padres; ojalá le podamos dar un gran futuro a nuestra hija”.
El abandonar la ilusión de seguir siendo profesional no le significó a Mario alejarse totalmente del fútbol, ya que tiene actividad en la modalidad de playa. Álava es el capitán de la selección del Ecuador, así como además jugador del equipo El Dorado.
“Fundé este club con unos amigos hace unos cinco años. Ahí me toca ser jugador, capitán, presidente, dueño, de todo... Ojalá que este año volvamos a quedar campeones en el Festival Olímpico de Playa, tal como sucedió el año pasado acá en Manta”, manifiesta el defensa, quien se extiende un poco en cuanto a los inicios del equipo.
“Se llama El Dorado por el restaurante de mis padres, del mismo nombre. Mi hermano Freddy también jugaba, pero ya tiene 35 años y quedó para dirigente... ja, ja, ja”.
Con respecto a su labor en el restaurante, que fue fundado por sus padres (Ciro Álava y Carmen Rosario) en 1994, Mario cuenta: “yo trabajo acá como administrador. Lo bueno es que el local queda en la playa y eso me ayuda a que cuando tengo un rato libre me ponga a trotar en la arena y así me mantengo en forma”.
Luego del Festival Olímpico, en el que debutó ayer con su equipo con una victoria 6-5 sobre el conjunto de Playas en la que marcó un “hat-trick”, Álava se concentrará con la selección nacional para lo que será la intervención de la “Tri” en el Sudamericano de Playa, que se realizará en Manta (2-12 de diciembre).
“Ojalá me pueda dar una escapada para estar en el parto de mi hija, será un momento muy lindo, pero también tengo que estar metido en el equipo, ya que ser el capitán de la selección me genera muchas responsabilidades. Deseo alzar el título en el Festival y también en el Sudamericano que se avecina”, resalta.
Para el ex Manta, quien fue compañero del volante “atunero” Efrén Mera, Brasil y Argentina son los rivales a tener cuidado en el Sudamericano.
“Nuestro nivel se compara al de Brasil, pero la diferencia se marca en el entrenamiento que ellos tienen. En otros países hay ligas todo el año y los jugadores siempre están activos. Acá solo nos reunimos un tiempo antes de cada torneo y aún así siempre realizamos buenas presentaciones en los Sudamericanos”.
Mario asevera que a Ecuador le falta un proceso serio y que el fútbol playa “debería ser tomado como un deporte profesional. Deberíamos entrenar todo el año, pero lamentablemente no es así.
Necesitamos más apoyo, ya que estoy seguro de que si regularizáramos el fútbol playa, crearíamos una liga competitiva y los deportistas serían tratados de mejor forma; de seguro le haríamos frente a Brasil, ya que en habilidades tenemos un juego muy parecido”.