Tras una extensa reunión que duró alrededor de 120 minutos, los 10 jugadores del Deportivo Quito, que el martes pasado fueron separados de la institución por “indisciplina y bajo rendimiento”, llegaron a un acuerdo con el titular del plantel, Fernando Mantilla, en la que se decidió que la plantilla volverá a los entrenamientos en el complejo de Carcelén a partir de hoy.

“Hay un acuerdo de buena voluntad para que todo vuelva a la normalidad”, precisó Mantilla previo a dejar el complejo del norte de la ciudad, donde se efectuó el diálogo con los jugadores.

El gerente deportivo Vladimir Ortiz, quien fue el único dirigente que acudió el jueves último a Carcelén, fue el enlace para acercar a los jugadores con Mantilla y lograr el acuerdo final. “Creo que el diálogo siempre es la mejor vía y así lo hicimos para bien del Deportivo Quito, la institución y los hinchas”, reiteró Mantilla.

Los términos del arreglo debían conocerse a través de un boletín, que hasta el cierre de esta edición no fue emitido por el departamento de prensa de los “azulgrana”.

De su lado los jugadores prefirieron mantener la reserva y no dieron declaraciones a la prensa, aunque fue notable la satisfacción que se observaba  en los rostros. Cada uno salió en su vehículo de la concentración a la que se presentaron los días anteriores, mas nunca cambiaron de vestuario para iniciar la práctica. Hasta el jueves último a ningún elemento de los 10 separados le llegó alguna notificación por escrito de su situación, pero estaban decididos a aceptar la decisión.

“Solo quiero que me paguen hasta el último día que trabaje. Si ya no quieren contar con mis servicios no hay problema”, señaló en esa ocasión el defensa y exseleccionado Giovanny Espinoza.

El entrenamiento que deben cumplir hoy, en Carcelén, será bajo las órdenes del asistente técnico Luis Oste y del preparador físico César Bayoli. El estratega Rubén Insúa se unirá al equipo el próximo lunes, ya que al momento está con permiso.

En la reanudación del torneo el elenco de la “Plaza del Teatro” recibirá en su estadio, pero sin público, a Barcelona.