Ma. Teresa, entre los caballos y los clásicos
A sus cuatro años, María Teresa Carrión-Manzur, tuvo su primer acercamiento con los caballos en un hipódromo, motivada por su abuelo Carlos Manzur. Desde ahí no se despegó de la equitación, por lo que su pasión pasó al plano deportivo y compite en las categorías de adiestramiento y salto.
Hoy tiene 11 años y varios títulos en las competencias en las que ha intervenido. Los más recientes y uno de los más importantes, los consiguió en el Campeonato Provincial en la categoría pre-infantil. En ambas modalidades se alzó con la presea dorada.
“Fue una experiencia chévere poder conseguir ese campeonato. Este deporte no solo se trata de saltar bien, sino, también, de conectarse con el caballo. De esa forma él va a entender lo que quieres realizar cuando estés compitiendo”, comentó la amazona.
En sus inicios solo hacía salto, pero luego le compraron un caballo joven y empezó a adiestrarlo. Ahí comenzó a practicar también esa disciplina. En esta modalidad, la amazona debe conseguir que el animal obedezca sus órdenes de una manera armónica y equilibrada.
Cuando entrena en esta modalidad, algunos ejercicios los realiza con el acompañamiento de música clásica. Beethoven y Bach son algunos de los compositores que ella prefiere para practicar.
Con Gitano hace adiestramiento, mientras que con Pilar cumple las pruebas de salto. Tiene tres caballos más: Prieto, Emilia y Rashad, pero dos de ellos están lesionados.
“No tengo un caballo favorito. A todos los quiero por igual. Emilia se rompió una pata y no puede competir, pero está conmigo igual”.
Nunca tuvo miedo cuando estuvo sobre el lomo de un caballo, pero sí pasó muchas horas entrenando para mejorar su técnica y su relación con los animales. “Claro que me caí muchas veces, pero el que no se cae no es jinete”, dijo con naturalidad.
Lo que más disfruta mientras está sobre uno de sus caballos es experimentar como saltan y la sensación de estar en el aire, además de conectarse con el animal. “Yo siento el apoyo de cada uno de ellos cuanto estoy montando. Y claro, que yo les doy mi respaldo a ellos, para poder competir bien”, comentó.
Su abuela María Elena de Manzur la acompaña a las competencias y siempre está pendiente de ella. Sin embargo, dijo tener algo de temor por los equinos, por eso no se aleja de la nieta al observarla montar, le gusta verla feliz mientras compite.
Incluso estaba pendiente de que llevara puesta la chaqueta y su casco cuando fotografiaban a María Teresa. La joven amazona disfrutaba mientras acariciaba a Pilar y a Gitano, quería una zanahoria para alimentarlos, pero se habían terminado.
Además de su abuela, también la acompañan Carlos Cola, su entrenador, y Petita, su nana, quienes le brindan su apoyo en cada competencia. Estuvo en Quito el pasado fin de semana en el Campeonato Nacional representando a Guayas. “No siento diferencia si monto en Guayaquil o Quito. Me da igual”, aseguró.
Mientras compite, se entrena de martes a domingo en el Guayaquil Country Club, durante una hora diaria. Cursa el sexto de básica en el colegio Cruz del Sur de Guayaquil y por las tardes va a practicar con sus caballos.
El próximo año subirá de categoría, por su edad, y participará en Infantil “B”. “Va a ser una experiencia distinta, porque va a ser más complicado, pero me siento lista para competir en esa categoría. Ojalá también tenga posibilidades de participar en el exterior, para mejorar el nivel que tengo”, afirmó.
Su felicidad es montar sobre un caballo y es lo que quiere continuar realizando en su vida por mucho tiempo más. “Es lo que me gusta y me apasiona y no pienso dejar de hacerlo”, dijo.
El año pasado fue elegida como la mejor competidora de 2010 por la Asociación de Deportes Ecuestres del Guayas, por sus actuaciones en salto y adiestramiento.