Los pupos Pichurca los usó hasta Pelé; los zapatos inteligentes hoy le sirven a Messi
Además del balón, con el pasar de los años los zapatos se convirtieron en elementos esenciales del fútbol. En la actualidad, son el objeto del deseo de los profesionales, que buscan, aparte de las características óptimas para potenciar su juego, los colores más llamativos para que nadie los pierda de vista en la cancha.
En 1899 llegó el fútbol a Ecuador, pero no con un calzado acorde para practicar el deporte. Recién para 1940, Víctor Manuel Cruz, asiduo a los partidos en el estadio El Arbolito, en Quito, creó y empezó a fabricar los pupos con el nombre de Pichurca, como se los conoce hasta hoy.
Su hijo, Gerardo Cruz, es el único que los confecciona en la actualidad y le atribuye el nombre a su tío Gabriel. “Él fue uno de los primeros en jugar en el exterior, en Colombia y México. En el país azteca a él le decían Pichurca, porque jugaba mirando al piso, como un pájaro de esa zona. Cuando regresó, le contó a mi padre esa anécdota y le gustó ese nombre”, recuerda Cruz, de 50 años.
El éxito de los zapatos fue tal que a la semana vendían 50 pares a 60 sucres cada uno. Víctor Cruz trabajaba con 4 obreros y por cabeza hacía 10 pares. “Todos los usaban. De los jugadores más destacados que recuerdo están Alberto Spencer, Juan Joya (compañero de ‘Cabeza Mágica’ en Peñarol) y Polo Carrera”, se enorgullece el fabricante.
También se los regaló a Pelé, cuando en un partido amistoso con el Santos visitó el estadio Olímpico Atahualpa. “Había otro calzado, Aldaz se llamaba, pero no era tan reconocido como el nuestro”.
Sin embargo, el auge de los Pichurcas terminó a finales de la década de los 60, cuando empezaron a llegar los zapatos fabricados en el exterior. En 1954, Adi Dassler, fundador de Adidas, ya había lanzado los zapatos de fútbol en Alemania y pronto llegaron a Sudamérica.
De a poco la clientela de Cruz bajó considerablemente, pero él continuó con su oficio hasta cuando falleció en 1975. Gerardo, su último hijo, es el único de sus otros 5 hermanos que continúa con la tradición familiar hasta la actualidad.
Hoy, la compra es escasa. A la semana consigue vender unos 5 pares a $25 cada uno. Se tarda un día en elaborar un conjunto, que hace bajo pedido. “Viene gente que me conoce, y que quiere zapatos para jugar en ligas barriales o solo para tener de colección”.
No obstante, esta clase de zapatos también se modernizó. Cuando se crearon, la parte inferior tenía una suela dura y los pupos se fijaban con clavos. En la actualidad, las suelas son de caucho al igual que los pupos y son prefabricadas. Se adhieren al resto con pega y clavos pequeños.
Gerardo lleva 30 años haciendo los Pichurca, ya que desde niño vio a su papá fabricando el calzado en su taller. El local permanece en el mismo lugar de siempre, en la calle Antepara y Fermín Cevallos, sector de San Blas.
Después de que se termina de pegar la suela con el resto de la plantilla, el toque final es la marca de los zapatos. Un molde que utilizó su padre en su época absorbe pan de oro y se fija en la lengueta. “Calzado Pichurca” está escrito sobre un dibujo de un zapato de pupos. Algunas cosas que variaron con el tiempo también son los colores, ya que al inicio eran totalmente negros y ahora se incluyen vivos blancos o verdes, según la elección de los clientes.
Gerardo jugó fútbol en su juventud y fue uno de los que estuvo en la cancha con los Pichurcas. “Eran bien duros la verdad, pero eso también permitía pegarle fuerte al balón. Como era cuero legítimo duraban muchísimos años”.
En el local no solo se ven los materiales para fabricar el calzado, sino también otros productos para poder cubrir los gastos. Una vieja máquina de coser, una computadora y muchas plantillas se ven en el taller.
La tradición, a pesar de que a muy pocos les interesa, se mantiene con el pasar de sus años, gracias al único que continuó con el trabajo de su padre, su último hijo.
Lo más moderno y tecnológico
Si los Pichurcas son elaborados por una sola persona y de forma artesanal, el otro extremo son los modernos y coloridos zapatos de las principales marcas en el mundo.
Adidas y Nike se especializan en el calzado e intentan personalizar los zapatos para que se ajusten a la necesidad de cada jugador, dependiendo de sus habilidades.
Por ejemplo, Adidas lanzó el Adizero F50 micoach, que es un zapato inteligente que contiene un chip en la suela. Allí se recopila información como velocidad, piques e intensidad que pueden ser calculados en diversos intervalos.
“Es el más ligero (165 gramos) que existe en el mundo. Es para jugadores veloces como Lionel Messi, quien los usa en la actualidad”, asegura Carlos Castro, especialista en productos de esta marca.
El Adipower Predator ayuda a tener mayor control del esférico y brinda más potencia para la pegada, mientas que el Adipure es más sobrio y para futbolistas que poseen el balón por más tiempo en sus pies.
“Como marca, nosotros encasillamos a cada jugador, según cada familia que tenemos. También los que juegan a nivel amateur pueden elegir según sus características en la cancha”, añade Castro.
El material usado es sintético en algunos casos, pero también se usa el cuero vacuno, que se asemeja a las cualidades del cuero de canguro que se usaba anteriormente. Ese material es resistente y elástico.
Nike posee 4 tipos de calzado: Mercurial, para los jugadores más rápidos; Tiempo, para los que requieren precisión con el balón; Total 90, para los que juegan muchos partidos y Ctr 360, para los que distribuyen el balón.
“Ahora los jugadores tienen mucha influencia en la fabricación. Por eso cada vez se hace más personalizado”, asegura Eduardo Martínez, coordinador de fútbol de Nike.
Antonio Valencia es uno de los que usa esta marca, el modelo Tiempo, que tiene mayor ajuste y resistencia en el talón, algo que le sirve de ayuda por su fractura.
La fabricación de zapatos es muy cambiante en la actualidad y cada vez la tecnología representa un valor agregado. Sin embargo, la indumentaria solo representa un detalle para los mejores futbolistas. Si no hay talento, no importa si el calzado está hecho por la NASA.