Las dos plantillas más caras verán final por TV
Las apuestas eran favorables para que la final de la Liga de Campeones sea entre los españoles Barcelona y Real Madrid. Las figuras de ambos equipos han acaparado con los premios individuales desde la temporada 2007.
Cinco años atrás, el brasileño Kaká, volante “merengue”, fue elegido como el mejor jugador del mundo. En 2008 el turno fue de la principal estrella de los madridistas, Cristiano Ronaldo, quien en aquella época militaba en el Manchester United. Pero el barcelonista Lionel Messi es quien ha acaparado los premios desde 2009, ganando por tres años consecutivos el Balón de Oro.
Así, y por lo mostrado a lo largo de la temporada, ambos clubes eran los favoritos para llegar a la final... un nuevo derbi en la temporada era inminente para muchos.
Pero el orden con el que el Chelsea inglés, dirigido por el italiano Roberto Di Matteo, fue más que el juego ofensivo y preciso del Barcelona en la semifinal del torneo. En la ida, la semana anterior, los londinenses se impusieron 1-0, mientras que en España lograron un empate 2-2, el martes, en el Camp Nou.
Las burlas por la eliminación “culé”, por parte de los simpatizantes del Madrid no se hicieron esperar, especialmente en diversas cuentas de Twitter. Pero al día siguiente, el miércoles, llegó el cotejo de vuelta de la serie entre los “merengues” y el Bayern Múnich.
En la ida, los alemanes vencieron 2-1 y en la vuelta los ganadores fueron los ibéricos, por idéntico marcador. En penales, los bávaros se impusieron, dejando fuera de la final al Real Madrid. Las bromas y burlas hechas un día anterior a sus rivales del Barcelona fueron recibidas ahora por los hinchas madridistas ante la eliminación de su equipo.
El Barcelona de España posee la plantilla más cotizada del mundo, valorada en 800 millones de dólares, mientras que el Real Madrid es el segundo club más costoso en relación al valor de sus jugadores. Los “merengues” están valuados en 720 millones de dólares.
Ambos clubes superan notablemente a los equipos finalistas. El Bayern Múnich cuesta, en el mercado, $ 510 millones, mientras que el Chelsea $ 470 millones.
Cada vez que un equipo necesita alcanzar una proeza, suele colocar toda su fe y esperanza en la máxima estrella, ese tipo de jugador del que se espera todo y al que no se le perdona el más mínimo fallo.
Pero los astros también pueden quedarse sin luz, apagados por la enorme responsabilidad que pesa sobre sus hombros, ya sean “biónicos”, como Cristiano Ronaldo; o “electrizantes”, como “Leo” Messi.
Cristiano, en el lanzamiento de penaltis tras la prórroga, y Messi, durante el partido, fallaron en el momento clave y el Real Madrid y el Barcelona aparcaron la que hubiera sido la segunda final española de la Liga de Campeones, tras la de 1999/2000 cuando los “merengues” ganaron al Valencia en París (3-0).
El líder blanco ya había vivido una circunstancia parecida en la Liga de Campeones, aunque terminó felizmente. Ocurrió en la final de 2007/08 cuando militaba en el Manchester United. En los penaltis, el astro luso falló el tercer lanzamiento. Por suerte sus compañeros acertaron y el United conquistó su tercera Copa de Europa.
“Creí que perdíamos, creí que era el peor día de mi vida”, dijo el portugués entonces. Seguramente fue la misma sensación que sintió al no poder batir a Neuer.
Messi y Cristiano ilustran la grandeza del fútbol, la que puede convertir en unos segundos a una estrella en un jugador que falla como cualquier otro.
Así, los mejores jugadores del mundo, militantes en los clubes con las plantillas más costosas del planeta, no estarán en la final de la Liga de Campeones, que se jugará el 19 de mayo en el Allianz Arena, y la que tendrá como protagonistas al Bayern Múnich (local) y al Chelsea.