“Uno puede esperar, pero las deudas no”, es lo primero que mencionó el volante de corte Mauricio Ramírez, quien lleva un retraso de dos meses con los pagos de varios electrodomésticos que adquirió a crédito.

La impuntualidad en la cancelación de sueldos en Deportivo Quito ha llevado a sus jugadores a situaciones cada vez más preocupantes. En el caso de Ramírez (20 años), no contar con su dinero le ha complicado cumplir con las letras de los electrodomésticos, le quedan pendientes todavía 700 dólares para cubrir esa obligación.

Sus prioridades son los 350 dólares del arriendo de su vivienda, los 120 dólares de un celular y los recursos que demandan la alimentación, atención médica, vestuario, etc., de su hijo de un año de edad y de su esposa.

Las llamadas de las casas comerciales con las que adquirió los compromisos son lo más acuciante. Afortunadamente su “hermano” y compañero de equipo, Darío Bone, le ha sacado de algunos apuros; entre ellos 10 o 15 dólares para gastos de comida. A Ramírez se le adeuda seis meses: tres de 2012 y tres de 2013.

Con haberes pendientes por cobrar correspondientes al mismo período (tres meses de 2012 y tres meses de 2013), el mediocampista Santiago “Pepo” Morales (34 años) manifestó que por ahora los ahorros lo han salvado de las complicaciones económicas.

Los jugadores viajarán mañana a Guayaquil para enfrentar al cuadro “canario” en duelo de la fecha 18Los desembolsos por cobertura de servicios básicos y necesidades prioritarias no se pueden dejar de solventar. Por ejemplo, en las pensiones de colegio de sus dos hijos (una joven de 16 años y un niño de 10) siempre está al día, pues de lo contrario a sus “retoños” se les negaría el ingreso a clases.

Añadió que la incertidumbre relacionada con los sueldos no solo provoca inconvenientes financieros, también afecta el ánimo de los deportistas. Lamentó  que sean su esposa e hijos quienes tengan que soportar  su mal humor ante la falta de respuesta de los directivos.  

Como en toda empresa, en el Quito los requerimientos económicos de cada jugador o empleado son distintos. Aunque no es el caso del “Pepo”, ha visto cómo unos compañeros han pedido dinero prestado a otros.

Pese a creer que las dificultades por falta de pago salarial fortalecieron los vínculos entre los futbolistas de la “AKD”, considera que lo mejor en toda institución es gozar del cumplimiento dirigencial. Espera que hoy, como  prometieron, los directivos salden parte de los sueldos pendientes.

A su turno el centrocampista Álex Bolaños, quien se rehabilita de una luxofractura en el tobillo izquierdo, afirmó que la credibilidad en la directiva volverá cuando exista el cumplimiento del caso.

En su opinión, es imposible negar que el déficit del club “chulla” no afecte el aspecto futbolístico. Recuerda las veces en que sus compañeros dejaron de entrenar o no concentraron debido a no recibir sus haberes. Según indicó, con él Deportivo Quito mantiene deudas desde 2011.  

Por ese motivo Rubén Darío Insúa, director técnico “azulgrana”, fue contundente al citar que en condiciones normales el Deportivo Quito podría pelear por el título, ya no quiere dar más ventajas a sus rivales. Subrayó que a fines de abril la directiva prometió cancelarles todo en mayo.