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La perseverancia y los buenos consejos llevaron al oro continental a los karatecas

La perseverancia y los buenos consejos llevaron al oro continental a los karatecas
27 de julio de 2015 - 00:00 - Redacción Fanático

PERFIL / Valeria Echever / Exponente de la categoría más de 68 kilos

La presea de oro que obtuvo el pasado sábado la guayaquileña Valeria Echever (22 años), en la categoría más de 68 kilos del torneo de karate de los Juegos Panamericanos Toronto 2015, se debe en parte a los consejos de su mejor amiga, la también karateca Gabriela Zambrano, quien la convenció de no retirarse.

Hace 2 años Valeria se sentía cansada de las exigentes rutinas de entrenamiento y quería retirarse, refiere Daniel Viveros, quien en 2011, en la serie hasta 67 kilos, cosechó la primera presea dorada del karate nacional en unos Juegos Panamericanos.

Viveros, amigo y compañero de Valeria, revela que centrarse de lleno en este arte marcial obligó a la porteña, incluso, a suspender sus estudios presenciales de Comunicación Social en la Universidad Técnica Particular de Loja (UTPL).

“Fue Gabriela quien la convenció de no abandonar la actividad deportiva. Le propuso que se ponga como meta estos Juegos Panamericanos y que, si le iba mal, tal vez ahí podría desistir”, cuenta Viveros.

Y es que, para llegar al alto rendimiento, Echever sacrificó bastante, incluso dejó su familia y se mudó de Guayaquil a Quito, eso le facilitó entrenar con la selección ecuatoriana.

En la decisión influyeron desacuerdos con la Federación Deportiva del Guayas (Fedeguayas), por lo que la joven se cambió a Concentración Deportiva de Pichincha (CDP).

Carlos Salazar, miembro del departamento de prensa de la CDP, recuerda que la peleadora llegó a Quito en 2011 y siempre se mostró como una deportista seria, tranquila y muy comprometida con su labor.

Antes de vestirse de ‘oro y grana’, Valeria se especializaba más en kata (exhibición de técnicas) que en kumite (combate).

Pero tras ver sus ejecutorias y condiciones, por recomendación de Luis Valdivieso, instructor del combinado nacional, puso más énfasis en kumite.

Echever comenzó en el deporte a los 6 años. Como su madre es adiestradora de gimnasia, practicaba esta disciplina y el karate.

Esta circunstancia, analiza Daniel Viveros, la benefició rotundamente, ya que sus conocimientos en gimnasia le dieron una flexibilidad envidiable al aplicar los golpes de karate.

En la actualidad, Echever vive en la capital con una tía y recibe la beca B del Plan de Alto Rendimiento que canaliza el Ministerio del Deporte.

Esta ayuda económica, equivalente a 4 salarios básicos unificados ($ 1.416 mensuales), le permite solventar sus necesidades.

La presea dorada que se adjudicó sobre el tatami del Centro Deportivo Mississauga, luego de derrotar 3-2 a la canadiense Camélie Boisvenue, es la más importante de su trayectoria.

Antes se alzó con la medalla de plata por equipos del Campeonato Panamericano de 2015 y los terceros lugares en los campeonatos continentales de 2012 y 2014.

“Ya estaba cansada de las medallas de bronce, quería una de oro”, comentó para varios medios después de conquistar el título. (I)


PERFIL / Franklin Mina / Exponente de la categoría más de 84 kilos

Franklin Mina (28 años) soñaba con manejar sus pies en el fútbol, pero las circunstancias de la vida lo llevaron a dominarlos para el karate.

Nadie sabe si como futbolista le habría ido mejor que como karateca, pero ahora sonríe con la medalla de oro en la categoría más de 84 kilos que cosechó en los Juegos Panamericanos que se celebraron hasta ayer en Toronto (Canadá).

Cuando salió de su natal Valle de Intag (Imbabura) su anhelo era ser jugador de El Nacional de Quito y hacer carrera en el rey de los deportes, tal como sus primos Raúl, Joffre y Hugo Guerrón. No obstante, la oportunidad de figurar se la daría el arte marcial.

Su hermano mayor, Giovanny Mina, quien era karateca de Concentración Deportiva de Pichincha (CDP), lo llevó a probarse en el gimnasio de karate y no tardó en demostrar que tenía talento.

“Si mal no recuerdo, eso pasó en 2003. Desde que comenzó a competir a nivel nacional siempre disputaba los primeros puestos”, cita Juan Paredes, quien dirigió la Asociación de Karate de Pichincha entre 2002 y 2010.

El exdirectivo narra que a los 16 años, movido por la necesidad de trabajar, Franklin dejó el karate y se fue a laborar como empleado de una ferretería donde ganaba $ 100 al mes.

Como tenía grandes condiciones, Paredes lo buscó y le ofreció gestionar que la CDP le brinde una beca, a través de la cual recibiría $ 150 al mes. Mina aceptó y volvió a las prácticas.

Otra remembranza de Paredes es la pasión de Franklin por el balompié. Jugaba en un equipo barrial y muchas veces llegaba golpeado a los ensayos de karate.

El temor a que se lesionara hizo que Luis Valdivieso, entrenador de la Selección Ecuatoriana de Karate, le recomendara alejarse del fútbol.

Como exponente de la disciplina originaria de Japón, el imbabureño-pichinchano surgió en la academia Kanasaki, del profesor francés Gilles Blain, uno de los principales difusores de esta práctica en la capital.

Carlos Delgado, aleccionador y juez panamericano de karate, reconoce en Franklin a un joven perseverante y sencillo; humilde, tanto en la derrota como en la victoria.

“Además de ser alto y tener extremidades largas, que le permiten un gran alcance, Mina tiene excelentes desplazamientos y, sobre todo, un carácter fuerte, necesario para superarse en este deporte”.

Casado con Verónica Anangonó, con quien procreó a Matías (3 años), matrimonio del cual es padrino Juan Paredes, Franklin desea cumplir otra de sus grandes aspiraciones: ganar un cetro mundial, que por no ser olímpico el karate, es lo más alto que puede tener un peleador de este estilo.

En su currículum destacan las preseas de plata en los campeonatos panamericanos de 2013 y 2015, la de bronce en el campeonato panamericano de 2014 y el galardón de oro en los Juegos Bolivarianos en Trujillo (Perú), en 2013. (I)

5 de los 7 oros ganados

Los deportes de combate tuvieron la mayor cosecha

De las 7 medallas de oro que Ecuador conquistó en los Juegos Panamericanos Toronto 2015, 5 corresponden a deportes de combate: 2 en judo, con Lenin Preciado en la categoría menos de 60 kilos, y Estefanía García, en menos de 63 kilos; una en lucha grecorromana, gracias a Andrés Montaño en los 59 kilos; y 2 en karate, con Valeria Echever en más de 68 kilos y con Franklin Mina en más de 84.

El metodólogo Vicente Vásconez, miembro del departamento técnico de Concentración Deportiva de Pichincha, cree que las preseas de oro en disciplinas de combate son el resultado de la experiencia de los atletas y la optimización de su preparación. Los 5 campeones son sénior y demostraron la experiencia ganada en sus trayectorias.

Lenin Preciado (21 años), Valeria Echever (22 años), Andrés Montaño (25 años), Estefanía García (27 años) y Franklin Mina (28 años) dan los primeros frutos del Plan de Alto Rendimiento que en 2013 instauró el Ministerio del Deporte.

Mediante él se les garantiza recursos para practicar en países de mayor nivel y se les entrega una ayuda económica mensual para cubrir sus necesidades sin preocupaciones, como ocurría antes.

Prospectos como la pesista Neisi Dajomes, la canoísta Anggie Avegno, la patinadora Emma Clear, la velocista Ángela Tenorio y la ciclista Doménica Azuero -que está saliendo de su etapa juvenil-, quienes subieron al podio, son otra muestra de que ahora los ecuatorianos se preparan en mejores condiciones. (I)

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