José Luis Buitrón, utilero de Deportivo Quito
La vida de José Luis Buitrón transcurre entre zapatos de fútbol, camisetas, pantalonetas, medias y balones. De lunes a domingo vive una rutina similar, al alistar la indumentaria de Deportivo Quito, club donde cumple la función de utilero desde hace 21 años.
En la familia no es el único que ejerce esa actividad, ya que su sobrino, Richard Buitrón, cumple la misma función en la selección ecuatoriana. Es hincha de Deportivo Quito; en febrero de 1991, su amigo desde los 7 años, Fabián Cubero, le comentó que necesitaban a alguien para que colaborara con la utilería.
Cubero, que jugaba en el club y era vecino de José Luis, en el barrio La Vicentina, lo recomendó y este no dudó en ir al complejo de Carcelén. “En ese tiempo mi sobrino Richard estaba a cargo. Tiempo después fue a la selección y ahí quedé yo al mando”, recordó el quiteño.
Su tarea empieza una hora antes del inicio de la práctica en el complejo. El club renovó la concentración del plantel y le dio un espacio mayor a José Luis para que tenga todos los implementos ordenados. Antes, el lugar era más pequeño, pero en ese tiempo no se hacía problema para agrupar las cosas.
Tiene listos los implementos diarios de entrenamiento, como el uniforme, los zapatos, medias, guantes, canilleras, entre otros, para que a los jugadores no les falte nada. Antes de las 10:00 los futbolistas van llegando y pasan por el lugar de trabajo de Buitrón para retirar una canastilla con todo lo necesario para empezar la práctica. Luego van al camerino, donde cada uno tiene un casillero y se alistan para salir al campo de juego.
Cuenta con dos ayudantes: Dennis y Edwin Espinoza, que trabajan más en la cancha con la hidratación, los balones, conos y otros implementos. “No son familiares”, recalcó Buitrón.
Recordó que hace algunos años, cuando no podían trasladarse siempre vía aérea para disputar un partido, tenían problemas para llegar a tiempo. “Por algún accidente o porque se cerró la carretera, nos retrasábamos en el trayecto y muchas veces llegábamos con las justas. En alguna manifestación tuvimos que convencer a la gente para que nos dejara pasar”.
Ahora eso no sucede, y ha sido como un premio para él poder recorrer varios países del continente, cuando el actual campeón ha tenido que jugar Copa Libertadores o Sudamericana en el exterior.
Para Buitrón, el trabajo está antes que la amistad que ha hecho con varios jugadores a lo largo de su vida como utilero del club. Rememora con especial cariño a Cubero, quien le dio la oportunidad de vincularse al equipo, así como también a Jhonny Baldeón y Luis Fernando Saritama.
“A él (al actual capitán del equipo) lo conocí cuando era apenas un juvenil. Se notaba que tenía grandes condiciones para llegar lejos y se convirtió en un buen amigo. Los extranjeros y los técnicos también han dejado su huella”.
Compartió una anécdota que sucedió un día antes de enfrentar a Liga de Quito en el Campeonato Nacional de 1996. “Los hinchas de Liga ubicaron mi casa y no me dejaron dormir. Creo que me confundieron con mi hermano gemelo: Carlos, que fue árbitro en ese partido. Ganamos 4-0”.
El utilero del campeón contó que los que más calzado de pupos tienen en el equipo son Luis Fernando Saritama, Isaac Mina y Juan Carlos Paredes, con 7 cada uno. Nunca le han solicitado un requerimiento especial, pero últimamente le han pedido una camiseta térmica manga larga que va por debajo de la indumentaria oficial para contrarrestar el frío o la lluvia.
Ha vivido casi la mitad de tiempo que Deportivo Quito estuvo sin títulos, 40 años. Hasta que en 2008 estuvo presente en el tercer campeonato en la historia del club. “Siempre vi que se trabajaba por conseguir algo importante, pero no se lograba. Luego cambió la dirigencia y todo estuvo mejor organizado para obtener los resultados que ahora tenemos”.
Su hijo, Gabriel, de 14 años, también lo acompaña, pero cuando está de vacaciones del colegio. Cuando Rubén Darío Insúa era DT, en 2009, él le permitió que su primogénito lo ayudara en las labores de cancha.
“Mi familia está siempre pendiente de lo que hago y sabe que es una labor sacrificada, porque debo estar en los entrenamientos y en los partidos, que son fines de semana. Siempre van a ver al Quito”.
Cuando termina la práctica en Carcelén, Buitrón se prepara para recibir la indumentaria de cada jugador y ordenar nuevamente el cuarto para la próxima práctica.
Junta toda la ropa de entrenamiento y la envía a la lavadora. Luego limpia los zapatos, les saca la tierra y el césped que se acumulan en la planta, para mantenerlos a punto para su uso en los partidos.
Para el cotejo de hoy tiene listos 80 uniformes: 2 principales y 2 alternos para cada uno de los 20 convocados por el DT Carlos Ischia. Además, debe llevar la mayoría de zapatos de cada futbolista y ordenar todo dentro del camerino del estadio Atahualpa, por si es necesario algún cambio.
Su presencia es importante para el espectáculo y para los futbolistas, pues de él depende que todos los uniformes y zapatos estén al alcance de los jugadores. Desde su posición espera aportar para un triunfo del equipo en el Olímpico.