Joel Preciado no imagina una Navidad alejado de sus padres
Desde que llegó hace 2 años a la categoría Sub-18 de Deportivo Quito, el lateral derecho Joel Preciado recibe un ‘bono de ayuda’ de $ 200 por parte de la dirigencia del club.
Pero por la crisis económica que atraviesa el equipo capitalino, que tiene un déficit de $ 4,5 millones, no ha cobrado desde hace 7 meses. “Estamos aportando para el equipo y no recibimos nada a cambio. Vivimos una situación complicada y difícil”, manifestó el jugador de 19 años, quien jugó este año 38 partidos en el campeonato de reservas.
Él y unos 20 juveniles más que se encuentran en la misma situación confían en que pronto se solucionarán los inconvenientes. La directiva ‘azulgrana’ les aseguró que en poco tiempo cobrarán sus salarios.
Él es oriundo de la parroquia Anchayacu, al norte de Esmeraldas. Allí viven sus padres Saidy Porozo y Santo Preciado. “En estas fiestas navideñas voy a viajar a mi provincia para pasar con mis papás y tengo que buscar la manera de pagar el pasaje. Todavía no consigo plata, pero sé que alguien me ayudará”, indicó el exjugador del Brasilia de Quinindé.
DATOS
Con el ascenso de Juan Carlos Garay al primer equipo de Deportivo Quito, la categoría de Reserva ‘azulgrana’ aún no define a su adiestrador.
Johnny Montaño, DT del equipo Vargas Torres de Esmeraldas, conoció a Joel Preciado y él fue quien facilitó su llegada en 2011 a la Sub-20 de Deportivo Quito.
Deportivo Quito presentó la campaña de carnetización de socios y abonados para el próximo año. ‘Quiteño de Corazón’ se denomina a esta iniciativa que busca captar más hinchas aportantes.Anchayacu es una población rural donde las comunicaciones se dificultan. No puede hablar con sus progenitores a diario, pero cuando lo hace, ellos lo respaldan en su afán de alcanzar su deseo de niño: ser futbolista profesional. “Ellos me motivan y me apoyan. Este respaldo me mantiene contento y concentrado pese a que no hay plata”.
Joel arrienda un dormitorio en el sector de la Villaflora, al sur de la capital. Debe cancelar mensualmente $ 40, pero está atrasado 4 meses.
Se siente incómodo por no poder cumplirles a los arrendatarios. “Ellos se han portado muy bien conmigo y entienden mi situación, pero sí me gustaría poder pagar mis obligaciones; por suerte no me han cortado los servicios básicos”, cuenta.
Sus ganas de triunfar le permiten enfocarse en el fútbol. Sabe que tarde o temprano esta crisis será superada. “Pero hasta mientras no tengo para mi alimentación, pasajes y vestimenta”, dijo Quiñónez, quien reside en un sector que se encuentra a 30 kilómetros de distancia del complejo de Deportivo Quito.
Para mantenerse enfocado y motivado, Preciado fortalece su mente. “Me centro en mi deseo de ser jugador profesional. Desde niño solo pensaba en jugar fútbol y ahora tengo que seguir mentalizado en este gran objetivo. Con ayuda de Dios y mi esfuerzo sé que lo voy a lograr”, agregó.
Residir en Quito, alejado de su familia, es un reto adicional, pero pensar en sus objetivos evita que se deprima. Cuando va a Esmeraldas suele disfrutar del fútbol playero en el balneario de Las Palmas. Allí juega partidos amistosos con los amigos de su infancia.
“Es divertido porque es como el juego de la calle. Me siento bien porque somos conocidos y nos tenemos confianza. En las vacaciones viajo hasta allá para mantenerme en forma”, informó el futbolista afroecuatoriano, quien no sabe si podrá llegar este fin de año hasta la capital de la ‘Provincia Verde’ por falta de recursos.