No solo es el único bitricampeón ecuatoriano, ahora El Nacional también es el primer plantel en conseguir 3 mil anotaciones en su historia institucional de 47 años, según indicó el estadígrafo Antonio Ubilla, quien agregó que el club que lo sigue es Barcelona, con aproximadamente 2.800 (no especificó la cifra). 

El delantero imbabureño,  Juan Luis Anangonó, fue el encargado de alcanzar ese logro el domingo, cuando los “militares” triunfaron ante Emelec 2-1 en el estadio Olímpico Atahualpa.

“Fue una sensación muy bonita porque mis tantos además sirvieron para ganar y levantar el ánimo de todo el plantel, después de caer en dos jornadas seguidas”, afirmó quien es el más efectivo ante las redes rivales con once conquistas a sus 22 años.

Anangonó confesó a FANÁTICO que fue su tío Darwin León quien lo motivó a insistir sobre el arco en ese cotejo. “Mi tío tuvo un sueño en el que  yo marcaba dos goles.

Me lo dijo antes del partido y lo único que hice fue sonreír. Él acudió hasta el graderío del estadio y  tras marcar me acerqué a  dedicárselos. Al final nos abrazamos. Ojalá siga teniendo este tipo de visiones”, dijo entre carcajadas quien es ya parte de la extensa historia “militar”, en la que también  se destacan los 13 títulos a nivel nacional.

Otros récords que  este club ha impuesto son:  mayor romperredes en un torneo con 100 goles en 50 cotejos en 1983. Tuvo además a los dos jugadores ecuatorianos que más veces fueron campeones: Fabián Paz y Miño y Carlos Ron, con ocho estrellas cada uno. Por sus filas pasaron los entrenadores con más títulos: Héctor Morales Altamirano (+) y Ernesto Guerra Galarza. Cada uno logró cuatro torneos.

Precisamente, fue el “Trompudo” Guerra quien desde la dirección técnica se convirtió en parte importante de la memoria futbolística “criolla”. Ayer tras enterarse de la anotación 3.000 evocó algunos de los grandes momentos que vivió con el elenco de las Fuerzas Armadas.

Guerra inició  el camino para los dos bitricampeonatos en 1976 y 1982. Del segundo tiene muy claro la definición del título que fue ante Barcelona en Ambato, en un tercer cotejo, porque los dos disputados en Quito y Guayaquil terminaron empatados. “En ese partido fuimos muy superiores, ganamos con dos goles de   Fernando Baldeón y José Villafuerte, y así obtuvimos la sexta corona, recordó el entrenador de 77 años.

En esa época engalanaron el plantel, apodado   la “máquina gris”, jugadores como Milton Rodríguez, Carlos Ron, Luis Granda, Wilson Armas, Fabián Paz y Miño...

Uno de los goleadores de esa final, el ex punta derecho y actual asistente técnico de Independiente del Valle, Fernando Baldeón, dio su punto de vista sobre la histórica conquista.  “Es importante que se reconozcan este tipo de hechos en un club con la historia de El Nacional. Sobre todo para motivar a los jóvenes valores que hay en el plantel  y esperar a que eso los ayude a encarrilarse  a la gloria de antes”.

Pero el gol que más emoción despertó en el “Trompudo” y que lleva grabado en su retina es  el del defensa Dixon Quiñónez, quien de cabeza puso  el empate 1-1 ante Barcelona en el Monumental de Guayaquil ante 60 mil personas, que esperaban la vuelta olímpica de los “canarios” en 1992.

“Esa fue la expresión del más hondo sentimiento de orgullo y del  ‘criollismo’, porque se logró una hazaña en un estadio casi imbatible, cuando Barcelona era realmente un equipo de temer en su casa. Ellos tenían toda la fiesta armada solo para festejar. Nosotros  al final fuimos los que disfrutamos”.

Esa corona fue la décima de los “criollos” y la  última de las cuatro que logró el adiestrador  en su paso por el balompié de primera división. También comandó a la selección ecuatoriana. Después pasaron 4 años para que los “militares” disfrutaran de un nuevo logro local. Esta vez fue el brasileño Paulo Massa quien los condujo hacia el objetivo.

En el plantel de 1996 destacaron elementos como Kléver Chalá, Oswaldo De la Cruz, Wellington Sánchez, Agustín Delgado, que fuera el goleador con 19 tantos. Precisamente, los dos primeros fueron quienes anotaron en la final ante Emelec, en la que  triunfaron  2-0.

“No recuerdo muy bien este tanto, solo sé que nos dio la victoria ante un estadio totalmente lleno. Fue impresionante cómo la gente festejó y todos nos confundimos en abrazos de alegría por esa corona que fue la undécima”, rememoró el atacante Kléver Chalá, que terminó ese año con 12 anotaciones.

Después  transcurrieron 9 años para volver a disfrutar de una corona. Con jóvenes elementos de la talla de Félix Borja, Segundo Castillo, David Quiroz y Jorge Guagua. En la final se consagraron ante el rival de siempre, Barcelona, con dos anotaciones del “Canguro” Borja que para la temporada siguiente abandonó el plantel.

Le tomó la posta Cristhian Benítez, que después emigró al balompié mexicano y  el plantel quedó mermado. Este año se cumple un lustro de la última corona “criolla”, el actual plantel, liderado por el estratega Mario Saralegui, espera acabar con la sequía, por eso  va por la corona 14.