Con el apoyo de su familia, el fisicoculturista Freddy Obando enfrenta la sanción de dos años de suspensión que la Federación Internacional de esta disciplina le impuso por haber dado positivo en el control antidopaje que se le aplicó en noviembre, luego de ganar la medalla de oro de la categoría 65 kilos en el Campeonato Mundial.

Obando viajó en diciembre a la finca de sus abuelos, en Esmeraldas. Ahí celebró la navidad y el año nuevo; espera retornar a Quito dentro de un mes y medio. Retomaría sus entrenamientos en marzo.  

En Quito, en tanto, su entrenador Jorge Troya anunció la organización de un evento para recaudar fondos y respaldar a Obando, un atleta de escasos recursos económicos que, según los análisis médicos a los que se sometió, utilizó diuréticos sin conocer -asegura- que se trataba de una substancia prohibida por la Agencia Mundial Antidopaje (AMA).

Troya manifestó que la sanción a Freddy Obando va más allá de quedarse sin el título mundial, también le significaría perder una beca que Concentración Deportiva de Pichincha (CDP) estaba dispuesta a pagarle a partir de este año.

Faustino Hernández, director técnico de CDP, manifestó que la Federación Ecuatoriana de Fisicoculturismo y Levantamiento de Potencia (Feficulp) no les  envía aún el documento oficial sobre el caso, pero adelantó que un deportista sancionado no puede recibir becas.