Entre la niebla que cubría Maranello, en una inmensa carpa blanca, de repente apareció una belleza italiana. Eso es lo primero que viene a la mente y al corazón al ver el nuevo Ferrari.

A la mente, porque se ve que es un coche mucho más bonito que el anterior, sin ese morro escalonado, mucho más trabajado en todos sus detalles y que tiene pinta de ganador.

Al corazón, porque estamos en Maranello, en la fábrica de una leyenda y aquí la emoción danza por las esquinas entre las palabras de los pilotos, coches de ensueño que enmarcan la escena y el discurso del jefe Montezemolo. Esto es Ferrari.

Según explicó Stefano Domenicali, el jefe de la escudería, el coche "es una evolución del de 2012 porque las reglas no dejan mucho margen, pero habrá evoluciones, este monoplaza es la base y seguramente el que veamos en Australia será diferente".

Los nuevos escapes del monoplaza están muy elaborados y la parte trasera y la suspensión delantera pull-rod, esa que ha copiado McLaren, mejorada. Ha sido muy trabajado en su aspecto y aerodinámicamente tiene pinta de referencia.

El monoplaza sorprendió por la proyección en tres dimensiones con que se descubrió en la tradicional lona blanca que lo cubre, después Domenicali lo destapó con una orden. Magia. ¿Será así de espectacular en la pista? Los pilotos, mientras, en sus asientos. Hasta que los llamó el jefe. Detalles... Y hablaron, claro.

Felipe Massa, para dejar claro que quiere seguir igual de bien como acabó la temporada pasada. Y Alonso, que quiere, espera y desea ganar. Como debe. El asturiano tuvo palabras de elogio para De la Rosa, el nuevo fichaje de la tradicional escudería italiana.
Precisamente el catalán, vestido de impecable traje con el logo de Ferrari, fue uno de los atractivos de la presentación, pese a no salir en ningún momento a escena.

El barcelonés estaba feliz, encantado con su nuevo proyecto y alucinando con la historia de Maranello.

De esa historia habló, como cabía esperar, el presidente Montezemolo recordando a Agnelli, a Enzo Ferrari y alabando a todos los que han conseguido que este equipo, esta firma italiana referente de lo que es capaz un país como el suyo, brille.

En ese momento los pocos españoles que aquí estamos sentimos envidia de que no tengamos algo así en nuestro país. Orgullo de nación, de marca, de personas. Montezemolo dijo que hay que ganar.