El Pululahua prueba a los ciclistas más extremos
El verano quiteño secó todo el chaquiñán (sendero) y eso provocó que la tierra se levantara con facilidad ante el paso de los ciclistas. En la competencia Vuelta al Cráter no había tiempo para ir despacio ni tampoco dejar de pedalear, por más empinada que se presentara la cuesta.
La carrera era de 40 kilómetros para los más experimentados y de 30 para los principantes. También los mayores tuvieron su espacio en la categoría Máster. Uno de ellos fue Alfredo Cobo, de 77 años, que desde su infancia y juventud practica el ciclismo. En una temporada se dedicó al tenis, pero volvió motivado por su hijo, quien tiene el mismo nombre.
“No hay la Máster Z, por eso estoy en la C. Mi espíritu se mantiene joven y por eso sigo participando en competencias; no dejo de hacer actividad física”, bromeó mientras calentaba en la hacienda El Rosario, lugar de partida. La carrera reunió a 280 ciclistas de montaña, de los cuales el 70% era de hombres. Las mujeres también fueron partícipes del evento y podían intervenir en equipos o individualmente.
Las últimas indicaciones y los ajustes finales a las bicicletas coincidieron con la hora de salida. El clima en las cercanías del cráter del inactivo Pululahua era cálido y la temperatura aumentó con el pasar de las horas.
El grupo de élite tomó con facilidad la delantera de la competencia. Pasó de una sección asfaltada a otra llena de tierra y de rocas en la entrada a la reserva Yunguilla.
Los descensos fueron los más sencillos y los ciclistas lograron una velocidad de 60 kilómetros por hora. El esfuerzo fue más notorio en los ascensos, sobre todo en la parte final, en la que subieron desde 1.900 metros sobre el nivel del mar hasta 3.066 en la parte más alta de la montaña, antes de la meta.
“Soy principiante y la verdad es que fue muy duro para los novatos. Entrenamos mucho y nos cuidamos en la alimentación. Afortunadamente logramos terminar la competencia”, manifestó Santiago Zambrano.
Las caídas no faltaron en esta carrera extrema, pero no hubo heridos de gravedad. Belén Salazar, quien competía junto a Rodrigo Carrión, no pudo seguir por un accidente. Al estar en un equipo, la pareja debía terminar junta la competencia.
La última cuesta para llegar al criadero El Sol, punto de llegada, dejó sin aliento a varios. Sin embargo, consiguieron llegar hasta el final luego de un extenuante viaje de más de dos horas a puro pedal. (AGM)