El deporte barrial se desarrolla mejor con la ayuda del Estado
En 2012, 423.532 personas participaron en torneos y competencias impulsadas por organizaciones deportivas barriales. Esto convierte a esta actividad en la más inclusiva dentro del sistema deportivo nacional. La cifra consta en los registros de la Federación Deportiva Nacional de Ligas Barriales y Parroquiales (Fedenaligas).
El propósito fundamental del deporte barrial es la masificación. Está dirigido a los ciudadanos que no buscan el alto rendimiento y que no pueden acceder al deporte profesional. Por eso, el principal precepto de la actividad física comunitaria es la recreación.
Esta aseveración se respalda en la Ley del Deporte, que a más de dividir en cuatro niveles el desarrollo deportivo (formativo, de alto rendimiento, profesional y adaptado), le da la misma importancia a las actividades recreativas, estudiantiles, militares, policiales y ancestrales.
El reconocimiento del deporte recreativo en la legislación ecuatoriana comenzó en 2008, cuando fue incluido en los artículos 381, 382 y 383 de la Constitución de la República.
La inclusión del deporte barrial en la estructura orgánica nacional ha facilitado y mejorado la organización de eventos en este ámbito, principalmente porque las matrices nacional, provinciales, cantonales, parroquiales y las ligas barriales cuentan con asignaciones económicas directas.
En 2013, la Fedenaligas contará con un presupuesto de 181.032,48 dólares, mientras a las federaciones y asociaciones de ligas barriales y parroquiales se les repartirán 2’018.784,99 dólares. Entre las ligas barriales se distribuirán 1’034.671,68 dólares. Las ligas parroquiales se dividirán 691.230,24.
Guillermo Caza, presidente de Federación de Ligas Barriales y Parroquiales de Pichincha (Fedebyp), considera que la Ley del Deporte ha facilitado la labor de las organizaciones deportivas barriales, pero existe cierta “discordancia” entre la Ley del Deporte y el Código de Organización Territorial, Autonomía y Descentralización (Cootad).
Mientras la ley brinda autonomía organizativa a las instituciones barriales a través de la Ley del Deporte, el Cootad acortó los períodos de administración sobre las canchas.
Antes las ligas podían suscribir comodatos con validez de 20 años para manejar los escenarios. Con el Cootad desaparecieron los comodatos y solo se firman convenios de uso por 5 años. Un tiempo que las entidades deportivas comunitarias consideran “muy corto”.
No obstante, según René Caza, ex presidente de Fedenaligas, se ha pedido a la Asamblea Nacional reformar el Cootad para permitir que los convenios de uso duren 10 años y se renueven automáticamente si la liga barrial cumple todas las condiciones de utilización.
Dentro de la propuesta está implícita la transferencia de competencias a la ciudadanía, es decir, así como las canchas pueden ser ocupadas por todos los ciudadanos, ellos también deben cuidarlas y mantenerlas en buen estado.
En ese sentido, los conceptos de responsabilidad compartida y de mejoramiento de calidad de vida coinciden con los principios del Buen Vivir de la Constitución.