El intenso crecimiento de Quito ha generado la formación de las ligas deportivas barriales en los distintos sectores de la ciudad, particularmente en el Distrito Metropolitano.

Con un aproximado de 2 millones 300 mil habitantes, la Capital es un centro de convergencia de ciudadanos de distintas provincias del país que ven la posibilidad de emprender nuevos derroteros.

La migración y la necesidad de “propios y extraños” por ocupar su tiempo libre en actividades sanas como el deporte, han dado lugar a la organización de barriadas y encaminado a deportistas aficionados a la constitución de entes jurídicos, como las ligas barriales.

El denominador común en cada una de ellas es el llamado “rey de los deportes”, el fútbol. La regulación municipal en torno a los espacios verdes  ha propiciado el surgimiento de las organizaciones deportivas barriales que inician su actividad priorizando torneos futbolísticos en distintas categorías, como parte del programa de masificación que impulsa el Ministerio del Deporte.  

Estudios realizados por la Dirección Metropolitana de Deportes, determinan que cada fin de semana se realizan no menos de 3.000 partidos de fútbol con una asistencia considerable de espectadores, que propician el desenvolvimiento de alrededor de 220.000 futbolistas varones, damas y niños.

En Quito existen aproximadamente 350 ligas deportivas barriales, que se encuentran aglutinadas en la Federación de Ligas Deportivas Barriales del Cantón Quito, la Asociación de Ligas Deportivas Barriales de Pichincha, la Unión de Ligas Deportivas Barriales Independientes y la Asociación de Ligas Rurales.

Cada liga deportiva barrial está conformada por un promedio de hasta 30 clubes  sujetos a su organización y pueden acoger hasta 3 categorías. Pero, según registros de la Federación de Ligas Deportivas Barriales de Quito, también existen entidades barriales con un mayor número de clubes masculinos y femeninos y otras que no llegan siquiera a 20 equipos.

Hasta el momento existen 7.600 clubes inscritos, según los registros de la  Dirección Metropolitana de Deportes. Unos 200 mil futbolistas participan activamente cada semana en los torneos barriales. “El fútbol tiene mucha acogida dentro del deporte barrial. Es el favorito no solo en Ecuador sino en todo el mundo, como sabemos. Este año buscamos potenciar los torneos en esa disciplina y así garantizar la masificación deportiva”, asegura Marco Collahuazo, presidente de la Federación de Ligas Deportivas Barriales del Cantón Quito.

La adquisición de uniformes, zapatos e implementos no representa una fuerte erogación para la práctica del fútbol organizado. El costo de la  vestimenta, que incluye camiseta, pantaloneta y medias fluctúa entre los 6 y 15 dólares, dependiendo de la calidad de la tela, aunque los de marcas internacionales alcanzan hasta 150 dólares.

Los zapatos se pueden adquirir a precios que están al alcance de los deportistas, desde 19 dólares, mientras los de marcas reconocidas alcanzan un costo sobre los 100 dólares. Los balones de elaboración nacional tienen precios cómodos, entre 5 y 19 dólares; pero los oficiales y profesionales, uno superior a los 140 dólares.

La proliferación de almacenes y talleres de confección de uniformes deportivos en la ciudad tiene mucha incidencia en los jugadores y dirigentes de las ligas barriales.

Estos negocios cuentan con una “clientela fija”, anota María Cuesta, propietaria de un taller de confecciones y venta de uniformes ubicado en Montúfar y Esmeraldas (Centro Histórico de Quito). “Son los jugadores los que vienen y encargan los uniformes, de acuerdo con sus gustos. Nosotros les confeccionamos y les entregamos en poco tiempo, porque en este sector hay bastante competencia”, sostuvo.

Con un costo individual aproximado de 35 dólares por uniforme  se puede tener a miles de futbolistas barriales dedicados a esta actividad. “El financiamiento de los equipos sale del  bolsillo de los propios deportistas y dirigentes, pero hay clubes que son financiados en su totalidad por dos o tres personas”, acotó  Collahuazo.

Todas las ligas barriales urbanas y rurales del Distrito Metropolitano disponen de espacios para la actividad tradicional del fútbol, pero existen diferencias en cuanto  a la infraestructura, por falta de coordinación para su utilización entre las ligas y la comunidad.

Los espacios destinados para canchas y escenarios deportivos barriales, con alguna excepción, son de propiedad del Municipio, sin que se haya cuantificado su costo, pero es significativamente alto en cuanto, tomando en cuenta la plusvalía.

Cuando surge una liga, con el trabajo de la gente más el apoyo de entidades gubernamentales (municipios), tras la suscripción de un convenio cuya figura es la de “uso y entrega” de los espacios por un tiempo de cinco años, se inicia la construcción de las canchas. “Es fácil reunir a algunos amigos para jugar fútbol, lo que no pasa con otros deportes; pero hay que destacar que el fútbol de las ligas barriales en el Distrito Metropolitano de Quito convoca e involucra a mucha, mucha  gente”, sostiene José Cruz, exfutbolista profesional y actual director de Deportes del Cabildo capitalino.

El fútbol, entonces, es la actividad de mayor despliegue en la comunidad capitalina, pero también hay prejuicios en el entorno de los torneos barriales. Generalmente  se los ha estigmatizado como un pretexto para el consumo exagerado de alcohol.

Sin embargo, mediante un convenio suscrito por el Municipio de Quito y la dirigencia de las organizaciones deportivas que rigen el deporte barrial, se está tratando de desterrar este mal que ha afectado a la juventud desde hace varias décadas. “Ligas barriales libres de alcohol” es el programa al que se han acogido un buen número de ligas, en aras del buen uso del tiempo libre, la educación física, el deporte, la recreación y la formación de valores. “Es un tema cultural que tratamos de ingresarlo en todo lado, es un plan piloto que nos está dando buenos resultados en el ámbito barrial”, sostiene Cruz.

Pero no solo el fútbol se practica en las ligas barriales. Disciplinas como el ecuavoley, baloncesto, artes marciales, ajedrez, tenis de mesa e inclusive la bailoterapia tienen buena acogida. “En las ligas yo veo que hay mucha actividad en ecuavoley. Este es un fenómeno nacional porque se practica en todo el país, hay entidades que realizan una serie de olimpiadas deportivas durante el año y en  ellas se incluye este deporte auténticamente ecuatoriano”, anota Cruz.

Esta actividad no demanda mayores egresos, solamente se requiere de un balón y una cancha que puede ser diseñada en un espacio no mayor de 25 metros; dos postes y una cuerda o una red y la participación de seis jugadores divididos en dos equipos. Esta disciplina, según la Dirección de Deportes del Municipio de Quito, es la segunda que más simpatizantes convoca en la ciudad.

“Después del fútbol, el ecuavoley tiene un gran número de practicantes y espectadores; las canchas tienen un marco impresionante de gente que se divierte mucho mirando en acción a jugadores que se exigen para salvar una bola y realizan espectaculares voladas; eso es muy lindo y es una muestra del desarrollo y crecimiento de este deporte en los barrios de Quito”, precisa el ex jugador albo.