Alberto Contador (Saxo Tinkoff) descubrió ayer el lado humano de Chris Froome provocando un abanico que le hizo perder al líder 1:09 minutos, en una jornada revolucionaria en la que una rotura en la rueda eliminó a Alejandro Valverde y el británico Mark Cavendish celebró su victoria número 25 en el Tour de Francia.  

El Tour se volvió “loco” en una jornada de teórica transición llamada un rutinario esprín masivo. Hubo esprín, pero reducido, y ganó Cavendish su etapa 25 en el Tour; pero en ese grupo llegaban Contador y Mollema, pero no Chris Froome, que lo hizo a 1:09 minutos. Una estocada al hombre que parecía infalible, al líder sólido. Un detalle que abre el guión de la carrera.

Tampoco estaba en el grupo delantero Alejandro Valverde (Movistar), a quien una rotura en la rueda trasera en el kilómetro 80 le arruinó el Tour.

La maniobra del Saxo Tinkoff en el tramo final fue programada, según el técnico Fabrizio GuidiEl murciano, abatido, cruzó la meta a 9:54. Adiós al podio cuando estaba instalado en la segunda plaza. Sí estaba Bauke Mollema (Belkin), el holandés que lo sustituye en la general, ahora a 2:28 de Froome. A continuación aparece tercero Alberto Contador, a 2:45, con un nuevo horizonte ante sus ojos, convencido de que “sigue habiendo Tour”.

Fue un día de fiesta mayor para Cavendish, que sumó una victoria especial que lo coloca tercero en la historia junto con André Leducq, pero aún lejos de las 34 etapas logradas por Merckx. El “Expreso de Man”, como lo llaman, se impuso en la “Ciudad del Oro” por delante de Peter Sagan y Mollema.

La decimotercera etapa entre Tours y Saint-Amand-Montrond, de 173 kilómetros, se presentaba con “piel de cordero”, calificada de transición, pero cuando se dice que “el Tour es el Tour” es por algo.

El golpe de mano del Saxo Tinkoff del español Alberto Contador contra el líder, el británico Chris Froome, a quien han hecho perder 1.09 minutos con un abanico a 30 kilómetros de meta, han devuelto el ánimo a la escuadra danesa, que ahora ve con más optimismo la general con el madrileño tercero a 2.45. “Lo que ha pasado supone un gran golpe moral porque nuestros corredores han podido comprobar que pueden hacer diferencias y todavía queda la mitad de carrera” señaló Fabrizio Guidi, director del equipo.

Guidi, en momentos de euforia por el desenlace de la etapa, hizo un llamado a la calma para afrontar las etapas clave a partir del fin de semana. “Tenemos que estar tranquilos y centrados. Quedan etapas duras y muy difíciles, y estamos obligados a arriesgar y dar un paso adelante”, aseguró.

La maniobra del Saxo Tinkoff en el tramo final no se hizo por sorpresa, según Guidi, sino que fue algo programado de antemano. “Esta etapa ofrecía la oportunidad para atacar, pero el momento oportuno no llegó hasta 30 kilómetros de meta, cuando nuestro equipo se hizo fuerte alrededor de Alberto y logramos meter un minuto a Froome”, concluyó el estratega de origen italiano.