Alza de precios genera especulación
“Los precios no bajarán hasta que no pase la fiebre del Mundial y los Juegos Olímpicos de 2016”, dice resignado el brasileño Yuri Vasconcelos, a pocos metros de un bar ubicado en la vereda negra y blanca de la playa de Copacabana, en Río de Janeiro, que batió uno de los récords más absurdos del verano pre-Copa del Mundo: un jugo de naranja llegó a costar 10 reales (4,10 dólares).
La inflación oficial de 2013 en Brasil fue de 5,91%, según los datos del Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE). Pero el Mundial 2014 y la espera por la movilización de 600 mil turistas brasileños y extranjeros ha provocado el surgimiento de un nuevo índice económico de fantasía, la inflación de la FIFA.
¿En qué consiste la inflación de la FIFA? Básicamente en la decisión de personas y empresas en imponer precios muy elevados, en busca de salvar económicamente el año (o la década) con la llegada de funcionarios, diplomáticos, aficionados y contingentes de las 32 selecciones que estarán en el Mundial.
Uno de los casos emblemáticos es el de Río de Janeiro, que será el centro de residencia de la mayoría de los hinchas y que albergará la final del Mundial en el estadio Maracaná. Río -además- será sede de los Juegos Olímpicos de 2016.
La presencia policial en las favelas y su plan de pacificación provocaron que hasta en pequeñas casas de las comunidades pobres, ubicadas en los morros, como en Rocinha, Vidigal o Chapeu Mangueira, se pague hasta 150 dólares la noche durante el mes que durará el Mundial, que empezará el 12 de junio y finalizará el 13 de julio.
Avisos clasificados ofrecen en alquiler una casa por 12 mil dólares mensuales en la favela Rocinha, en la zona sur de Río, a unos 300 metros de distancia del hotel donde se hospedará la selección de Inglaterra, exactamente en el barrio de Sao Conrado.
Hoteles y posadas como Alto Vidigal y Favela Inn son alternativas que tienen los extranjeros que buscan explorar las comunidades que sufren desde hace varias décadas los estragos de la violencia y la marginalidad. Para los especialistas, el fenómeno de las favelas como centros de consumo y especulación inmobiliaria no es nuevo.
“La especulación inmobiliaria viene aumentando en las comunidades, no solamente por causa del Mundial, sino que están dentro del circuito turístico”, le dijo a EL TELÉGRAFO Lorenzo Piovesán, dueño de la agencia de viajes y hospedaje Río Apartment Service.
Piovesán, que organiza tours guiados a las favelas, advierte que otras comunidades, como Vidigal y Chapeu Mangueira, en la zona sur, bordeando los barrios clásicos Leblón y Copacabana, también experimentan cambios significativos. “Hay varios emprendimientos en esas zonas, impulsados por extranjeros y grandes cadenas de hostales o albergues”, sostuvo.
En Porto Alegre, capital del estado sureño de Río Grande do Sul, limítrofe con Argentina y Uruguay, y su municipio de Viamao, donde se hospedará Ecuador, los hoteles céntricos están agotados para la época del Mundial.
Vila Ventura, el resort que será la casa de la selección nacional en el Mundial, cobra por día una habitación doble a unos 600 reales (unos 251 dólares). Durante la Copa, en Porto Alegre habrá frío, temperaturas no superiores a los 15 grados y madrugadas cercanas a cero, lo que contrasta con el atractivo clima tropical que tendrán otras ciudades, como Sao Paulo, Río, Salvador, Fortaleza, Recife y Natal.
En materia de pasajes aéreos, el gobierno de la presidenta Dilma Rousseff amenazó con convocar a aerolíneas de los vecinos sudamericanos a competir con las brasileñas para reducir los precios durante el mes del Mundial.
Rápidamente, las compañías nacionales, como TAM, Gol, Azul y Avianca, redujeron sus tarifas e hicieron acuerdos de precios para evitar ser tomados como abusivos.
Según un informe del diario Zero Hora, un boleto de avión entre Porto Alegre y Río de Janeiro costaba en octubre de 2013 unos 750 dólares, ahora se lo consigue por 105.
La Agencia Nacional de Aviación Civil autorizó que durante el Mundial las empresas podrán utilizar 1.973 vuelos más que los que poseen actualmente, con eso se espera un respiro en la inflación de la FIFA.
“Para mí el mercado retrocedió ante el alza de precios, las empresas imaginaban una demanda que no ocurrió”, dijo Elis Rodrigues, de la empresa de viajes SkyTeam.
En Sao Paulo, la situación tiene ribetes ridículos. Avisos clasificados en internet anuncian precios de hasta 30 mil dólares por un mes de alquiler en una casa ubicada cerca del estadio Itaquerao del club Corinthians, que será escenario del primer partido del Mundial entre Brasil y Croacia, el 12 de octubre.
Itaquera es un barrio de la zona este de Sao Paulo que tiene uno de los peores índices de desarrollo de la ciudad. Allí se construye el estadio del Corinthians, donde en noviembre un obrero murió tras la caída de una grúa que destruyó parte del techo de una tribuna.
Itaquera, ubicada a 20 minutos de tren desde el centro, no tiene hoteles, por lo que vecinos están buscando salvar el año poniendo en alquiler sus viviendas, sobre todo para delegaciones o cadenas de televisión nacionales o extranjeras.
Marcelo Pimentel, administrador de empresas, le puso precio a su vivienda por un mes en Itaquera. Una vivienda de tres habitaciones como la de él costaría unos 700 dólares mensuales. Para el Mundial, Pimentel es un ejemplo de lo que muchos de sus vecinos están haciendo. El precio que puso fue de 50 mil dólares en un barrio sin infraestructura turística, transporte en malas condiciones y sin vida nocturna. “Me sostengo en el precio por la oferta, pero depende de la negociación que me ofrezcan para reducir el precio”, dijo Pimentel.