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Tesoros bibliográficos volverán a los estantes

Un equipo de especialistas realiza un delicado tratamiento de desinfección a textos atacados por hongos producto de la acción de factores ambientales.
Un equipo de especialistas realiza un delicado tratamiento de desinfección a textos atacados por hongos producto de la acción de factores ambientales.
Foto: Miguel Jiménez / El Telégrafo
26 de enero de 2020 - 00:00 - Redacción Cultura

Un equipo de seis técnicos con especialidades en conservación o restauración y con experiencia en salvaguarda de documentos acomete la misión de devolver a la vida útil a 140 libros de la Biblioteca Fray Ignacio de Quezada del convento de Santo Domingo en Quito.

Ramiro Endara, magíster en Restauración y Museología, presidente y fundador de la organización no gubernamental ConservartEcuador informó que de ese total, 16 se encuentran infectados “o sea que fueron aislados para luego hacer un proceso más complejo de restauración”.

EL TELÉGRAFO accedió al taller donde los especialistas hacían su trabajo bajo el protocolo del Equipo de protección Individual (EPI) que garantiza el tratamiento de bioseguridad para proteger al técnico con el uso de gorros, mascarillas, guantes, overoles, gafas, entre otros.

Con una larga experiencia en esta profesión, Endara señaló que los libros afectados son “especialmente de teología, parte de la historia de la comunidad dominicana; hay libros de varias congregaciones religiosas, de historia, ciencia, medicina, esoterismo, la mayoría en latín y griego, francés, italiano, hebreo y catalán”.

Los libros forman parte de la valiosa colección de la Biblioteca del convento de Santo Domingo formada por 33.500 volúmenes que con la ayuda de los fondos de la Fundación del Príncipe de Holanda lograron ponerse en valor, por lo que el fondo se declaró como conservado.

No obstante, aclaró Endara, “se identificaron esos 140 libros con ataque microbiológico, es decir con hongos y hubo que hacer un proyecto adicional para el cual no había fondos para su ejecución”, pero que debía ser intervenido de forma urgente.

Fue así que los libros infectados pasaron a un área de cuarentena durante 15 días  e inmediatamente el convento de Santo Domingo bajo la dirección de su prior, el padre superior Fray Gonzalo Suárez Carvajal, contribuyó con una asistencia financiera  para hacer el proceso de desinfección en diciembre de 2019.

Este proceso debe terminar a principios del próximo febrero. El tratamiento para el control y eliminación de plagas, es decir microbiológico, es de índole físico con alcohol antiséptico, químico a través de cámaras con fluconasol que es una sustancia especial y por último un tratamiento con iluminación UV con herbicidas especiales para libros con hongos.

La Biblioteca del convento de Santo Domingo atesora la mayor cantidad de textos coloniales, el mayor número de libros incunables —26, algunos desde 1460—, que aunque aislados en una reserva necesitan ser conservados.

ConservartEcuador


Esta organización fue fundada en 2007 con el objetivo de gestionar fondos para la salvaguarda del patrimonio en riesgo. En estos 13 años ha realizado 10 proyectos y recibido  $ 1 millón en donaciones que son fondos no reembolsables; el trabajo que ahora realizan corresponde al proyecto número 11.

Endara destacó que el trabajo se ha centrado en proyectos emblemáticos como el Convento de Todos los Santos en Cuenca, la Casa Americana en Bahía, el reloj público de la torre de Calceta, la casa más antigua de Manabí y el convento de San Agustín en Quito donde se intervino la colección bibliográfica.

En el convento de Santo Domingo, refirió, “se restauró la obra más valiosa que es la Virgen del Rosario de la Escalera, pintada en 1600 por Fray Pedro Bedón, el padre de la Escuela quiteña”. Esta obra fue restaurada en 2007 y se cuenta como la más valiosa del Centro Histórico de Quito.

Llamado a la empresa nacional


El fundador de ConservartEcuador señaló que existe mucha sensibilidad entre instituciones extranjeras pero no sucede así con la empresa nacional. “Internacionalmente se cuenta con el apoyo de la Fundación Príncipe Claus de Holanda, pero de la parte nacional no vemos cooperación”, afirmó.

Para reabrir la biblioteca, ConservartEcuador necesita recursos para mantener o adquirir el instrumental, como un circuito cerrado de cámaras de seguridad, bloqueos UV con filtros en las ventanas contra la radiación solar, climatización, sistema de control y monitoreo de humedad y temperatura, entre otros.

También se requieren “equipos de audio, sonido, una base de datos, contratar un historiador y un filólogo especialista en lenguas clásicas, “con unos $ 20.000 podemos abrir la Biblioteca al público”, opina Endara.

Entre los tesoros de este recinto figura de manera destacada sobre un atril de madera, la Biblia políglota de París, que pesa unos 40 kilos. (I)

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