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Entrevista / Kuricama Llanganate / cineasta pilahuín

"Hollywood es artificial, pero nosotros somos reales"

"Hollywood  es artificial,  pero nosotros somos reales"
Foto: Roberto Chávez/El Telégrafo
06 de marzo de 2016 - 00:00 - Redacción Regional Centro

Kuricama Yupanqui Llanganate, de 25 años, se dedica a la realización de cine y actuación en cortometra-jes andinos que describen las costumbres y las tradiciones indígenas kichwas. Es nativo de la parroquia Pilahuín, en la provincia de Tungurahua. Está por concluir la carrera de realización y actuación para cine y TV en Incine (Quito).

Sus referentes son los directores James Cameron (Terminator, Titanic, Avatar), Krzysztof Kieslowski (El Decálogo) y otros. El club de periodismo de la Unidad Educativa Ambato (UEA) habló con él.

¿Qué problemas enfrentó para embarcarse en su carrera?

He enfrentado muchas dificultades: discriminaciones, críticas aún de mi propia gente y escaso apoyo. No me he rendido, pues esta fascinación empezó a los 10 años cuando vi la película Terminator.

¿Cómo ha enfrentado la discriminación?

Primero luché contra mi propia gente, luego contra nuestra sociedad. Llegaron a decirme que tengo 2 problemas: primero soy indígena y luego no tengo dinero. Sin embargo, mi forma de ser es enfrentar los problemas con una sonrisa y razonar con la gente.

¿Qué decían sus padres?

Mis padres son agricultores y siembran ajo (José Manuel Llanganate y Cecilia Muñoz). En sus vidas enfrentaron fracasos en la agricultura y eso dificultó mis inicios e intereses. Aun así terminaron apoyándome.

¿Qué es lo que usted ha producido?

En los 2 últimos años hemos trabajado con calidad cinematográfica en cortometrajes y documentales de leyendas indígenas y la escenificación de matrimonios. Incluso formé la Productora Wayra Films (películas del viento) y estudié fotografía y actuación bajo la dirección de Nicolás Kingman y Gabriel Díaz, respectivamente.

En esta etapa, ¿qué filmación se destaca?

Me viene a la mente Maymanta Shamunchy? (¿De dónde venimos?). Es un cortometraje de 4 minutos. La locación fue el páramo de Pilahuín dentro de una casa de adobe. La escena empieza cuando 2 mujeres tuestan maíz, pelan ajo y conversan en kichwa. Ellas no son actrices profesionales, pero, como otros tantos, me ayudan a cumplir con mi objetivo.

¿Cuánto le cuesta un cortometraje?

Alrededor de $ 1.500, de los cuales busco financiamiento privado (30%) y el resto sale de mi trabajo audiovisual. El Valor de la Pachamama es otro de mis trabajos en el que se muestra a las abuelas indígenas cuando obtienen la nutritiva machica.

¿Quién le apoya?

Uno de los principales creyentes en mi trabajo es Rodrigo Llambo, gerente de la cooperativa Chibuleo. Él también desea difundir nuestras costumbres y raíces. También trato de abaratar costos invitando a participar en mis filmaciones a parientes, vecinos y amigos. Los que tienen vehículos ayudan a movilizar a la gente y los equipos.

¿Hay otros como Ud?

En Chimborazo está William León. Su trabajo es también admirable. Considero que estamos haciendo camino al andar y nos estamos proyectando en el Ecuador y en otros países. Por eso impulsamos trabajos como Yahuar (Nuevo amanecer). Es un filme que combina leyendas indígenas con lo contemporáneo. Este trabajo cuesta unos $ 8 mil. Con el cortometraje Kundur Yaya participamos en un concurso en Brasil y en Francia en donde quedamos en los 100 mejores, pues la calidad de sonido no nos permitió avanzar más.

¿Cuál es su filosofía de vida ante el imperio cinematográfico de las multinacionales?

Lo que siempre digo y con mucha humildad: Hollywood es artificial, pero nosotros somos reales y naturales.

¿Es cierto que cuando ustedes filman arman un gran alboroto en el pueblo?

Así es. Todos nos notan. Es un enjambre de actores, actrices, camarógrafos, diseñadores, en fin. La gente, sin embargo, cuando nos ve piensa que somos un grupo loco que pierde el tiempo.

¿Por qué piensan eso?

En mi parroquia hay 14 comunidades rurales indígenas habitadas por unas 1.500 familias. Casi la totalidad se dedica a la agricultura, cuya producción se vende en el Mercado Mayorista de Ambato. Esa es la forma de ganarse la vida conocida y en la última década las cooperativas de ahorros indígenas también seducen a los jóvenes. En este estado de cosas, el cine no es una opción para ellos. Para mí, sí lo es.

¿Es sordo a las críticas?

Tengo el apoyo de mi familia y me he preparado desde los 15 años para esto. No puedo detenerme ahora.

¿Cómo está en equipos?

Empecé con una cámara handycam y un trípode que me costó $ 10. Mi madre me ayudó con un préstamo. Con el tiempo adquirí equipos más avanzados. Hoy cuento con un equipo bastante estable para hacer cortometrajes con calidad visual y narrativa para cine.

¿Se puede vivir del cine en Ecuador o hace otra actividad?

Hago documentales para empresas, spots publicitarios, videos musicales. Con auspicios y ganancias hacemos los cortometrajes. Yo creo que sí se puede vivir 100% del cine en Ecuador que requiere también una entrega total a esta actividad y buenos auspiciantes que valoren un trabajo de gran calidad.

¿Cree Ud. que la obligación de difundir contenidos interculturales en los medios de comunicación les beneficia?

Por supuesto que nos ayuda y beneficia. El artículo 14 de la Ley Orgánica de Comunicación establece que la difusión de los contenidos interculturales se hará en horario para todo público de 06:00 a 24:00. De este modo nos están tomando en cuenta a los productores ecuatorianos, especialmente a los indígenas. (I)

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