La nueva producción discográfica del grupo cuencano se presentó de forma oficial en Latacunga, el pasado 12 de septiembre
Siniestro es el nuevo disco de Basca, la banda más convocante del metal en el país
Frente a la Iglesia de la Merced, en Cuenca, hay una cervecería. A ese lugar llega Juan Pablo Hurtado, una noche sin niebla, fría, con un disco bajo el brazo. Volver a estrenar un redondo le tomó nueve años a Basca, la agrupación de metal en la que canta Juan Pablo. Desde que en 2006 publicaran ‘Resucita’, hubo giras, conciertos sin pausa y —pese a que en 2008 entraron a estudio para actualizar sus dos primeros redondos: Hijos de... y Tierras nefastas— la sequía de novedades casi se alarga una década.
“A veces, el tiempo nos complica la vida —dice Juan Pablo—, porque todos trabajamos, no nos dedicamos ciento por ciento al metal. Hay un tiempo que dividimos entre la familia y la música, algo complicado pero salimos, hacemos shows los fines de semana y ensayamos incluso para proyectos paralelos”, el suyo se llama Tribus y por estos días también lleva una muestra de lo que hacen en la mochila que carga a sus espaldas: el demo homónimo y el disco Condenados a morir que contiene once canciones inéditas.
Juan Pablo camina con calma, sin prisas y cuenta que, en los noventa, “era complicado trabajar con técnicos que no sabían nada de rock. Ahora es más fácil. Siniestro lo hicimos junto con amigos, profesionales que tienen su estudio, es una producción independiente y hemos tratado de hacer un disco especial, que tenga las ilustraciones de un amigo cuencano residente en Quito, Paolo Urgilés, un diseñador gráfico que ilustró cada tema, cada canción”.
Es un caballito de guerra lo que ha grabado Basca, ocho cortes que se compusieron cuatro años atrás, “había que darle unos toques finales —dice el cantante cuencano—. La intención es no parar, difundir este disco lo más que podamos, ya tenemos temas como para hacer otro disco, entonces, de pronto, en seis meses lo grabaremos y para el próximo año habrá un nuevo disco de Basca, para no tener esa distancia entre disco y disco”.
Una distancia que no les ha restado seguidores y que ha permitido que sus sonidos perduren desde hace un cuarto de siglo. (I)
Basca canta sobre la rebeldía
La agrupación que forjó la identidad rockera
El guitarrista Paúl Moscoso fue quien integró un fragmento de la canción ‘Megalomania’ que Black Sabbath grabó para el redondo Sabotage (1975) al disco Resucita (2006), de Basca. “Siniestro (2015) evoca a bandas que formaron nuestra identidad. Hay temas que suenan a Slayer, otros tienen un corte de Danzig, un saborcito a Black Sabbath. Es la influencia que tenemos”, dice Juan Pablo Hurtado. Los primeros temas del grupo se grabaron en la memoria de la gente con su impronta tradicional, “con (el guitarrista) Paulo Freire, a los 18 años, teníamos otra esencia, otra ideología. Éramos chiquillos que vivieron una vida tortuosa, la de ser el joven rockero que siempre estuvo alejado. El tema de la represión, de empezar a crecer y buscar trabajo fue complicado. Luego, fue más fácil grabar un disco, salir de gira... antes, buscábamos las ‘tocadas’ y, solo después, empezaron a buscarnos y pedíamos vuelos o una furgoneta para viajar, hoteles, mientras que antes dormías en los camerinos del escenario, te daban de comer cerveza y se acabó. Ahora tenemos otra mentalidad, otra percepción, somos gente que ya pasó por esa faceta y vive otra realidad”, dice el músico que ha visto pasar a dos generaciones que corean sus canciones frente a los escenarios.
Un recorrido en que también han cambiado el enfoque: “Ahora ya no le cantas a los temas políticos, religiosos o conflictos que hubo en el país o en el mundo. Ahora le cantas a otras cosas, de pronto a la persona, al ser interno que ha mutado, cambiado y que, de alguna forma, también es parte de la sociedad, ya no es que busque apoderarse de algo sin importar lo que esté en el camino, su familia, amigos. Un poco hacia eso está dirigida la lírica de este disco y su música va a mutar siempre porque es una evolución con músicos distintos. Ahora, además de buscar un mejor sonido, tiene que ver con irnos por otros caminos, otras opciones sobre qué contar a la gente, esa ha sido la mutación que hemos sufrido”.
Aunque la trayectoria otorga ciertas garantías, el quinteto cuencano aún tiene que ‘pelear’ por las ventajas que tienen los grupos internacionales. Basca es una banda que ha sido cabeza de un montón de eventos pero también telonera de grandes bandas con las que ha sido un gusto compartir porque son nuestros ídolos, como Megadeth, Sodom, Obituary y bandas españolas que también nos hicieron crecer: Barón Rojo, Ángeles del Infierno u Obús”, recuerda Hurtado “pero es complicado ser la banda telonera en este país, quizá en otros lados las condiciones son un poco más parejas pero acá es muy difícil”, sin embargo siguen bregando e Ibarra —anoche—, Guayaquil y Quito ya están entre sus derroteros. (I)