Las serenatas son remplazadas por conciertos el Día de los Difuntos
En Latinoamérica, la celebración del Día de los Difuntos tiene una relación con el ritual indígena. Se entrega como ofrenda comida y música a los familiares fallecidos, en casas y cementerios.
Durante décadas, la costumbre de llevar serenatas al pie de la tumba ha sido uno de los actos característicos de este evento que se conmemora el 2 de noviembre.
“En mi opinión, esta tradición se ha perdido porque los ancestros que lo difundían ya no están o se han ido de viaje, y ahora lo que prima es la música urbana que a la juventud le gusta”, piensa Reynaldo Barros.
Hace 40 años este guitarrista, oriundo de Los Ríos, canta “los serenos” que suenan, en su mayoría, a pasillos, valses y boleros. “La gente siempre pide lo que le gustaba al difunto”, anota.
Canciones como “Nadie es eterno”, “Por algo siempre me han de recordar”, “Sendas distintas”, “El aguacate”, entre otras nacionales, son las que mayormente solicita el público que contrata a los “lagarteros” (guitarristas de serenatas) para esta práctica.
Barros ha ofrecido su servicio en Jardines de la Esperanza por mucho tiempo. Sin embargo, comenta que hace un año restringieron los permisos para músicos de su categoría y fueron remplazados por los sugeridos del lugar.
“Nosotros no dañamos la imagen, creo que hacemos una buena imagen porque la gente se emociona y hasta se olvida del dolor con la música”, asegura el artista.
En el Cementerio General, los “lagarteros” son contratados por los visitantes, en forma individual. Antes, los músicos solían estacionarse en las calles Lorenzo de Garaycoa y Luque o sobre el costado de Colón. Ahora lo hacen en el restaurante de fritada La Preferida, en las calles Alcedo y Esmeraldas.
Un concierto en vez de serenos
Aunque la tradición de llevar música a familiares y amigos a la tumba se mantiene, la tendencia musical en la ciudad ha cambiado la estética, pero no el sentido de la celebración.
Juan Carlos Ramírez, coordinador de eventos del Camposanto Parque de la Paz, lo corrobora al contar que hace seis años decidieron darle un giro a las fechas conmemorativas, como las de este día.
“Quisimos lograr un acercamiento de las personas al cementerio para que no lo vean como un lugar de tristeza, sino que puedan ir y salir con un sentimiento de paz con la creación de actividades culturales y entre estas, los conciertos”, explica.
Una noche antes del Día de Difuntos programan un concierto con reconocidos artistas, con la idea de que sea la antesala de la misa general.
El flautista Carlos Prado y los cantantes Karla Canora, Danilo Rosero y Jorge Luis del Hierro han llevado sus repertorios en años anteriores.
“Nos manejamos con respeto a las personas y hemos querido que esto no sea una novelería, sino una actividad que involucre a la familia en un evento gratuito, porque asumimos el costo del artista”, detalla.
El repertorio de los cantantes se enfoca en temas relacionados a la ausencia por motivo de muerte, pero Ramírez destaca el cambio que experimentaron con los años porque ahora el público pide canciones alegres, que le gustaba a su difunto familiar.
Este año se contará con la participación de los Hermanos Miño Naranjo, quienes deleitarán al público con un espectáculo que recorrerá el pentagrama de géneros nacionales y latinoamericanos.
Este viernes 1 de noviembre, a las 19:00, el programa denominado “Música ecuatoriana y boleros” será llevado por los ambateños Luis Eduardo y Héctor Danilo Miño Naranjo.
A las 12:30, la ceremonia religiosa contará con la actuación de Mirella Minervini, quien cantará temas de corte religioso.
Ambos recitales serán en el km 13,5 vía La Aurora. (I)