Rumania ha sido el primer país en realizar conciertos al aire libre, con aforo limitado para mantener el distanciamiento social entre sus asistentes. Una medida preventiva para evitar contagios.

Esto solo después de que las cifras han disminuido en ese país, y con miras a reactivar una industria que no solo emplea a músicos. También da trabajo a montajistas, ingenieros de sonido, técnicos de iluminación y actividades comerciales que se relacionan con los espectáculos.

El periodista Daniel Seclen Parraguez ha caracterizado estos eventos, en el medio Garaje del Rock. La iniciativa en Rumania fue la de “Form Days” que pone a los asistentes a dos metros de distancia frente al escenario.

En México se analiza si el sistema “Desde tu Auto” puede aplicarse como en las proyecciones de autocinema. Y España ensayará el “Sistema Marko”, toda una planificación del espacio en el Montgorok Xabia Festival, programado para septiembre.

En Ecuador, las expectativas de la audiencia son pesimistas. Eliana Montenegro, por ejemplo, cree que una mayoría de ciudadanos “ha mostrado una total falta de solidaridad por la salud del prójimo”, lo cual haría difícil que los eventos puedan cumplir condiciones sanitarias.

Dentro del rock y metal se han dado shows en el Teatro Nacional que han tenido asistencias menores a su aforo (400 de 2.000 para el concierto de Medina Azahara o el festival Rock X Ti), pero la Dirección de Teatros de la Casa de la Cultura no ha modificado sus reglas de uso.

“En un país en el que la cultura (y el metal) están en segundo plano parece imposible” que se logre tomar estas medidas, dice Abel Ramírez. La sostenibilidad y el que se reduzcan los consumos culturales será determinante, apunta Pablo Salgado.

Y para Tanya Sánchez, Europa “dispone de opciones para muchas expresiones del circuito público”.

Hay que considerar que en el “circuito comercial o Independiente, el aforo significa ingreso”. A esas condiciones deberán estar apuntadas las medidas de control sobre estos eventos, coinciden. (I)