Se extendió el sepelio de Sábato
El sepelio, que comenzó el sábado, concluyó unas horas después de las 13:30 para que inmediatamente los restos de Ernesto Sábato fueran sepultados en un cementerio privado de Pilar, a unos 50 kilómetros al norte de Buenos Aires. Centenares de familiares, amigos, vecinos y personalidades de la cultura y la política se acercaron al velatorio o, pese al pedido contrario hecho por Mario Sábato, hijo del escritor, enviaron arreglos florales, entre ellos Cristina Fernández, la Secretaría de Cultura y la embajada de España.
Entre los que acudieron al sepelio estuvo Ricardo Alfonsín, candidato presidencial por la Unión Cívica Radical en los comicios de octubre próximo, quien dijo escuetamente que "se fue el más grande".
Un vecino contó que hasta hace unos años el Premio Cervantes visitaba de forma asidua el club para practicar ajedrez y últimamente jugaba al dominó en una sala donde hay innumerables libros suyos.
En el mundo continúan emitiéndose reacciones sobre su deceso. El escritor ecuatoriano Juan Montaño invitó a releer El Túnel, “ pequeño libro que resume una experiencia onírica de cualquier mortal. Muere unos días después de celebrar nuestro compromiso con el libro y la lectura (el pasado 23 de abril)”. Añadió que el secreto del argentino para ser exitoso en la física y la literatura debió ser la lectura.