Más de 140 artistas, entre bailarines, coristas y músicos, estuvieron en las tablas del Teatro Nacional Benjamín Carrión Mora para la función de Saraguro, Historia de Toa y Manco.

La obra está basada en la película homónima, del cineasta lojano José Paúl Moreira, sobre la migración.

Empezó a las 20:30 del lunes pasado y reunió a la Orquesta Sinfónica de Loja, en el foso del teatro, el Coro integrado de la UTPL (Universidad Técnica Particular de Loja), el Grupo de Instrumentos Andinos del Municipio y Lojadanza Ballet Escuela junto con el Grupo de Danza Contemporánea de la UTPL y el grupo de la comunidad Saraguro Inty Guambracuna.

La batuta de esta pieza de ballet etnocontemporáneo la llevó la maestra Andrea Vela. “Hay una fuerza, energía de los saraguros, hombres y mujeres, en la obra”, explicaba Aura Ocampo unas horas antes de la puesta en escena, mientras los elencos se alternaban en los ensayos.

El trabajo escénico de Saraguro se inició el año pasado. Lojadanza Ballet Escuela lleva 23 años trabajando junto al Núcleo de Casa de la Cultura de Loja, especialmente con niños desde los 8 años en adelante. Han presentado versiones del Cascanueces, Copelia, La Cenicienta y Blancanieves.

La obra que estuvo en horario estelar en el marco del III Festival Internacional de las Artes Vivas de Loja (FIAVL) responde a la necesidad de “generar una danza escénica lojana, con identidad”, a decir de Aura  Ocampo.

El “Saraguro universal” que muestra la obra está narrado a través de Manco (interpretado por Paúl García), quien retorna a su comunidad a reencontrarse con Toa (Rebeca Matute), en medio de una gran celebración.

La banda sonora del filme, compuesta por el compositor lojano Leonardo Cárdenas, se mantiene en la obra, “y tenía todos los elementos para convertirla en un ballet”, según Ocampo, quien integra el elenco.

El libreto estuvo a cargo del dramaturgo Luis Eduardo Gómez y el coreógrafo Marlon Leiva completó el montaje junto a coristas y músicos.

La magnitud de la obra, que requiere una orquesta grande, hizo que los instrumentistas estén en la fosa del teatro, mientras que en tres escenas, un par de coristas aparece sobre las tablas.

A fines de abril pasado fue el estreno de esta obra que se presentó para el festival, para el cual hubo arreglos mínimos; el mayor cambio fue la integración de una docena de danzantes saraguros que ensayaron con asesoría del maestro Paco Salvador, quien ha investigado sobre la danza nacional.

Dos cambios de vestuario se dan a lo largo de la obra; incluyen diseños propios que facilitaron la movilidad de los bailarines. Pepe Rosales lo diseñó para un show que incluye al sahumerio y la estética saraguro como la urbana, de los migrantes internos.

Los intérpretes

Rebeca Matute es la intérprete de Toa. Esta bailarina lojana estudió artes escénicas en Cuenca, ciudad en la que reside. Paúl García es un bailarín cuencano que integra la Compañía Nacional de Danza de Ecuador y Pedro López es otro coprotagonista azuayo.

En total, 35 bailarines intervinieron en la obra que incluye a una docena de danzantes saraguros.

El montaje de Saraguro fue complejo, pero sus realizadores han pensado en montar un ballet de cámara que pueda llevar la obra a otras ciudades del país.

Más obras durante la semana

A las 20:30 de este miércoles 21 de noviembre, en el Teatro Nacional Benjamín Carrión Mora, se presentará la obra Mucho ruido por nada, de Teatro La Plaza, de Perú.

Este grupo homenajeará  a William Shakespeare con una adaptación del clásico Mucho ruido pocas nueces, convertido ahora en Mucho ruido por nada. Este trabajo expone las complejidades del amor y los prejuicios de una pequeña villa italiana del siglo XV.

La versión de Chela de Ferrari, directora de La Plaza, habla del amor más allá del género. Con solo actores hombres, como era tradicional en el teatro isabelino, algunos interpretarán papeles de mujeres, pero sin la ayuda de ningún tipo de artificio. (I)

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Opciones para financiar el Festival de Loja 2019

En la inauguración del III Festival Internacional de Artes Vivas de Loja (FIAVL), el 15 de noviembre, Raúl Pérez Torres, ministro de Cultura y Patrimonio, anunció que la próxima edición ya tendría opciones de financiamiento.

Este año, el festival se realiza con $ 2’600.000 de presupuesto, y culminará el 25 de noviembre.

Este lunes, el viceministro de Cultura, Gabriel Cisneros, explicó a este diario lo que considera “un diálogo sobre el sector cultural, en torno a la cultura y redistribución de las riquezas del festival”.

La proforma presupuestaria que el MCyP presentará a la Asamblea Nacional, dijo el funcionario, contiene “el mismo monto de este año para 2019”.

Los $ 2’600.000 fueron fijados este año, según lo dispuesto por el exministro (e) de Cultura, Andrés Aráuz, en mayo de 2017.

En el último mes de la presidencia de Rafael Correa, Aráuz gestionó la firma de un contrato por $ 5’600.000 con la empresa Stargroup (Ekos) para la segunda y tercera edición del FIAVL, que Correa declaró prioritario a 6 días de dejar el cargo, a través del Decreto Ejecutivo 1416, que lo concibe como evento artístico y no como obra artística, según la Contraloría.

Este último organismo emitió a mediados de año un informe en el que consta que “no presentaron documentos en el que se establezcan necesidad y estudios técnicos para fijar los presupuestos”. (I)