Salomé Velasco interpreta Sola, dos historias de Rame y Darío Fo
Sobre las tablas no hay más escenografía que un telón blanco de fondo. La actriz aparece y su vestuario conforma un mundo, el de una ama de casa encerrada en su departamento, cautiva de los celos de su marido, a quien encubre en las conversaciones que mantiene con una vecina que es su confidente invisible en la obra.
Cuando se apagan las luces, la misma actriz con otro vestuario, el de una mujer que ha padecido una violación que incluyó golpes bestiales, narrará la crueldad de sus cinco victimarios.
Son dos obras La mujer sola (Franca Rame) y La violación (Darío Fo), una farsa negra y una tragedia; es un teatro (Patio de Comedias) y la intérprete es una actriz sola: Salomé Velasco Rivera.
Los dos monólogos (ella: risas primero, llanto después) se estrenaron el pasado 4 de abril. Sobre las butacas rojas se había apostado medio aforo y, sola, Salomé hacía notar sus ensayos de tres meses, con rigor y un director, Alejandro Aulestia, que días antes de la función contaba que los libretos están en el libro Ocho monólogos, pero que son disímiles aunque hablan de mujeres sometidas.
“En los ensayos me decía: no trabajes desde la ira ni el dolor, la idea es hablar a partir del feminismo de la segunda ola, en que la mujer era un ser fuerte en verdad, y recomponerse en lugar de buscar un montón de herramientas que la conviertan en un ser indefenso”, dice Velasco, sentada junto al director: “hay que aclarar que el feminismo de estas historias es distinto al actual”.
Aulestia habla del riesgo asumido al no incluir más que una escenografía imaginaria, marcada por la actuación. Es una forma de reforzar la verosimilitud: “buscamos que le creas al personaje con lo que dice, está el juego aquel sobre si será cierto o no lo que cuenta, y hace cuestionar muchas otras cosas, su palabra incluso, porque si se victimizara, quizá habría quien deje de creerle”.
Sobre la campaña #Metoo, a través de la cual muchas mujeres contaron historias de abuso, ambos piensan que incluso “el movimiento actual se puede cuestionar” porque -a decir de Velasco- “no todo el mundo quiere a una víctima, ya que si eres incapaz de enfrentar al mundo no estás generando una empatía real para solucionar ciertos problemas”.
Los ensayos conjugaron el trabajo en cine de Aulestia y en las tablas de Velasco, quien ha interpretado Un tranvía llamado deseo y Tres historias de mar, cuya última función fue el viernes 30 de marzo en Portoviejo.
“El trabajo de actriz incluye un rol que, en Sola, te hace ver como responsable de todo el montaje”, dice Salomé.
Para Aulestia, las dos obras que conforman Sola hablan de la variedad del género del monólogo. En la primera, de 45 minutos, la actriz interpela a una vecina situada en la ‘cuarta pared’, donde está el público; y en la segunda, de 15 minutos, el soliloquio sostiene todo, un relato estremecedor.
Al inicio La Madre Pasota, de Fo y Rame, iba a incluirse, pero la actriz se decidió por el contraste. Primero hace reír y luego conmover. Para la transición, el cambio de vestuario se hace detrás del telón y las luces varían para que los espectadores estén conscientes de la mutación.
“Habíamos pensado si una mujer que acaba de sufrir una violación la narraría. Al final, el público dirá si funciona o no el relato”, cuenta Salomé, “creo que a veces hay historias reales que se dan de otras maneras, no solo de la forma gratuita y tan repetitiva como se hace ahora”.
Para Alejandro, el abuso incluye un despojo, el de la identidad de la víctima. Entonces hay una suerte de desdoblamiento, una máscara para mostrarse en público y, el interior, lo que se siente.
Las dos historias de Sola
Une femme seule trata de un ama de casa a quien su esposo no deja salir de su departamento, donde pasa sus días junto a su hijo y un cuñado postrado por un accidente de tránsito. El encierro se debe a una infidelidad que ella tuvo con un joven de 15 años. A la vecina-confidente trata de demostrarle lo perfecta que es su vida, con un relato en el que se cuelan las confesiones.
- ...¿Que si mi marido me pega?, ¿a mí? Pues claro, pero lo hace porque me quiere, que me adora, que yo soy como una niña y él tiene que protegerme... y para hacerlo mejor el primero en jorobarme es él.
Lo stupro relata un hecho real, ocurrido el 9 de marzo de 1973, cuando cinco hombres violaron y torturaron a la actriz Franca Rame en una furgoneta. Investigaciones posteriores revelaron que los violadores eran agentes del gobierno. Fue un crimen político: el comandante de la policía de la época, luego de enterarse de la violación fue citado diciendo: “Ya era hora”. “Franca Rame usó el teatro como arma de contraataque, aquel gobierno cayó. El acto, sin embargo, nunca fue borrado de su memoria”.
- Me han clavado en la espalda una rodilla, una rodilla, solo una, como si el que está detrás de mí tuviera la otra apoyada en el piso. Con sus manos retuerce fuertemente las mías llevándome hacia atrás, sobre todo la izquierda, no sé por qué. De pronto pienso que puede que sea zurdo. No entiendo nada de lo que está pasando, siento la angustia de perder la razón, la voz, la palabra. Tomo conciencia de las cosas con increíble lentitud. Dios mío, qué confusión... (I)
Monólogos
Patio de Comedias
La primera temporada de las obras interpretadas por Salomé Velasco Rivera se cerrará los días miércoles, 18 y 25 de abril, en el escenario ubicado en la calle 18 de Septiembre, entre 9 de Octubre y avenida Río Amazonas. La entrada cuesta $ 8.
8 funciones tendrá el doble monólogo basado en dos historias escritas por Franca Rame y Darío Fo.
Teatro Malayerba
La obra, dirigida por Alejandro Aulestia, tendrá funciones el 31 de mayo y los días 1, 2 y 3 de junio, en el escenario de las calles Sodiro y avenida 6 de Diciembre. Las entradas costarán $ 10, $ 8 y $5.