Un autor fascinado por la comedia
Retratista de una realidad risible y oculta
Un existencialismo que raya en lo absurdo, la mordaz exposición de paradojas sociales y un erotismo desbordante resaltan en las diversas obras de Adolfo Macías Huerta (Guayaquil, 1960), escritor que no suele poner límites entre la realidad y fantasía de sus ficciones, que se estrena en el género de la farsa con ‘Precipicio portátil para damas’ (Seix Barral, 2014) porque considera que en la buena literatura ecuatoriana la comedia es escasa, “la gran ausente dentro de la novelística seria; en ese sentido, juego con ventaja porque estoy haciendo algo que no se hace, un género olvidado: me había planteado hacer una novela con humor y luego me reí al escribirla. Así me decidí a hacer una novela cómica, en que lograra hacer reír en cada escena.
Me comí un payasito y comencé a buscar la manera más absurda, estúpida y ridícula de que acontezcan las cosas. El absurdo predomina en esas páginas, lo inapropiado, torpe, desmedido, carente de sentido común como el personaje que también carece de proporciones ante la vida. Una aventura imprevisible”.
Los títulos publicados por este autor son: El ‘Examinador’ (1995), ‘Laberinto junto al mar’ (Planeta, 2001), ‘El dios que ríe’ (Casa de la cultura ecuatoriana, 2007), ‘La vida oculta’ (El Conejo, 2009), ‘El Grito del hada’ (Eskeletra, 2010) y ‘Cabeza de turco’ (Antropófago, 2011).
‘Pensión Babilonia’ fue galardonada en 2013 como mejor novela por el Sistena Nacional de Fondos concursables del Ministerio de Cultura.
En la actualidad, el autor recopila historias a través de los relatos terapéuticos que le cuentan sus pacientes, y que se asemejan entre sí, para una serie de cuentos pequeños que llevará el nombre ‘La Experiencia de lo humano’.